EL APARADO DE LA PALA

Unos 50.000 años antes de nuestra era, el hombre primitivo ya cosía la piel de su vestimenta con la ayuda de púas, espinas de pescado, huesos y tendones. Las primeras agujas de coser se han encontrado en excavaciones de restos de la Edad de Bronce (milenios III-I a.C.). Se trata de piezas de bronce estrechas y puntiagudas en las que se practicaba un agujero por el cual pasaba el hilo. Hasta mediados del siglo XIX, para el aparado de los componentes de la pala se utilizaban agujas de este tipo. Actualmente también suelen usarse para unir la suela con la pala.

En 1845, el ayudante de tejedor Elias Howe (1819-1867) construyó la primera máquina de coser útil con pespunteado doble. Los fabricantes de las máquinas de aparado modernas han perfeccionado el principio de su funcionamiento.

Dos aspectos determinan el pespunteado de la pala: los puntos deben ser fuertes y duraderos, ir en línea recta y ser regulares. Además, deben cumplir también una función decorativa.

El pespunteado puede ser simple o múltiple. En el extremo superior de las cañetas suele bastar un pespunteado simple o doble. Sin embargo, en los puntos donde la pala adquiere más grosor, como por ejemplo la unión de empella y cañetas, a menudo se aplican cuatro líneas de pespunteado. La separación entre puntos es de 1 a 1,5 mm. Así pues, cada centímetro puede incluir de cinco a seis puntos.

para unir las piezas más delgadas suele utilizarse hilo de algodón y para las zonas más gruesas, lino. Para realizar el aparado de las piezas más refinadas es aconsejable el uso de hilo de seda. El hilo que se utiliza para coser la pala se compone de tres, cuatro, seis o nueve filamentos. El grosor de hilo se deduce a partir de la relación entre longitud (metros) y peso (gramos). De esta manera, 80/4 hace referencia a una bobina en que 80 m de hilo pesan 4g. Si se cose a máquina, el hilo superior y el hilo inferior quedan entretejidos y unen conjuntamente el material, que puede tener una o más capas. El hilo superior es visible en el exterior de la pala. El hilo inferior recorre el interior del zapato.

A menudo, el pespunteado funciona como ornamento. El aparador trabaja con hilo de distintos grosores y puntos de distinto tamaño. Por ejemplo, con hilo grueso y puntos grandes (tres puntos en 1 cm) o combinando una línea de pespunteado más estrecha y otra más gruesa, el aparador puede remarcar el carácter deportivo del zapato.

Antes de que el aparador pueda empezar a coser, debe marcar en cada una de las piezas los puntos en que estas entran en contacto con las otras y debe pegar con una solución gomoso las superficies que va a unir de acuerdo con los puntos marcados. Esta fase del proceso facilita enormemente el aparado, ya que evita que las piezas se separen mientas cose. El pespunteado debe ser exacto y regular. Cualquier irregularidad estropearía la armonía del zapato.

El color del hilo utilizado para la pala debe ser de un tono más oscuro que la piel.

El color del hilo inferior debe hacer juego con el hilo superior.

El pespunteado de las piezas debe ser siempre exacto y regular.

1:La base de la empella y la empella se aparan conjuntamente.

3: Tras pegar el contrafuerte a la cañeta, apara ambas piezas

2: A continuación, el aparador fija la empella a la cañeta.

4: Si el zapato no dispone de contrafuerte del talón, aplica correas posteriores sobre la costura de las cañetas.

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