BOTAS

En los días fríos de invierno, el pie necesita más protección, algo que pueden ofrecerle las bota gracias a las cañetas, que se extienden entre 5 y 10 cm. por encima del tobillo. De este modo, no sólo cubren el pie, sino también la parte baja de la pierna. Existen botas Oxford, y Blucher: lisas, semi-brogue y full-brogue.

El material y el proceso de elaboración se corresponden con el del zapato bajo. La única diferencia es que las botas cuentan con doble suela, a menudo con suela exterior de goma para evitar los resbalones sobre la nieve o el suelo húmedo. Los laterales pueden abrocharse con cordones, ganchos metálicos o botones. Puesto que los pantalones cubren casi por completo dichos laterales, las botinas pueden combinarse con los mismos trajes que un zapato bajo, aunque no se consideran apropiadas para las ocasiones especiales.

Una variante de invierno muy extendida: el Blucher semi-brogue. La forma como abrocha es digna de mención: los cordones pasan primero por dos pares de agujeros, como en un zapato bajo y posteriormente por unos refinados ganchos metálicos.

La base del modelo conocido como bota Balmoral fue una bota diseñada a mediados del siglo XIX por J. Sparkes Hall, el zapatero de la reina Victoria, para el príncipe Alberto con ocasión de unas vacaciones en el castillo de Balmoral, Escocia. Pasadas algunas décadas, el Oxford liso de cañetas altas y abrochado con cordones largos se había convertido en calzado de trabajo, tanto para hombres como para mujeres.

La bota Oxford clásica ofrece muchas posibilidades de variación en el diseño. Aunque por una parte la forma básica se remite a la tradición clásica, esta admite perfectamente la armonización con atrevidas novedades. El corte de las cañetas cosidas a lo largo de la línea central, muestra una elegante curvatura. Los cordones, cruzados a través de diez pares de ganchos, constituyen la única pero destacada ornamentación de este modelo.

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