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Constructor de tenerías A 24 años de
su muerte, Cipriano Huerta Flores fue reconocido por la cámara de la
curtiduría con el premio San Sebastián -póstumo-, por su
contribución al impulso del sector industrial.
En la década de los cuarenta e instalado desde entonces en la
esquina de rayón y Aquiles Serdán, con un camión Ford modelo 1939 de
tres toneladas de color gris, Cipriano Huerta, empezó a dar servicio de
fletes transportando cueros secos en el Barrio Arriba, zona donde se
concentran las principales curtidurías.
Pero como todo comienzo, no fueron aquellos años tan felices, ya
que tuvo que utilizar todo su ingenio y sensibilidad, para hacer de sus
herramientas de trabajo que eran unos cuantos tubos, varias palancas y
cuerdas, todo un equipo, que le servían para el impulso y rodamiento
del montado y desmontado de la maquinaria para tenería.
Aunque rodara en plataforma las máquinas de pulir, las
perforadoras o cualquier tipo de equipo, todo llegaba siempre a tiempo,
hasta la fábrica de Manuel Almanza, Guadalupe Durán, Medina Torres o
los Villegas.
Años más tarde, y con las exigencias que el mercado le marcaba,
su equipo de trabajo se modernizaría, primero con algunos ganchos,
cadenas y carruchas que le harían un poco más liviano el trabajo, sin
embargo poco a poco fue equipándose con el equipo más sofisticado que
en su momento había: patines, malacates y grúas. El equipamiento de
Grúas Huerta fue lento pero progresivo; siempre trabajó con camiones
Ford, su segundo vehículo fue un modelo 47 color verde militar,
posteriormente se hizo de un 66 que adquirió en una fabrica de calzado.
Cipriano Huerta trabajó con casi la totalidad de los curtidores,
grandes y pequeños que se agrupan en el barrio Arriba, lugar donde se
encuentran ubicadas las curtidurías de mayor tradición en la ciudad.
Dentro de su trayectoria como fletista, uno de sus principales y más
importantes trabajos fue el trasladar desde la estación del
ferroacarril hasta las tenerías, los cueros secos, sal, y tablones para
clavar, así como furgones completos de azúcar de maíz para este mismo
sector.
También, transportaba caña de azúcar para las embotelladoras en
donde como propinas le daban refrescos; además dentro de lo más
difícil que llego a realizar fue descargar vagones completos de
cascalote provenientes de Michoacán y Guerrero.
Su ingenio lo llevó a especializarse en la transportación de
maquinaria pesada, así como en montar y desmontar máquinas.
Información proporcionada por: periódico A.M.
02-may-2000 |