LA ECONOMIA MUNDIAL SE RECUPERA

La economía mundial afirmó su crecimiento en el segundo semestre de 1999 y con EE.UU. como motor se recuperaron Japón y Europa. escribe Denis Dutra La economía mundial, que estuvo jaqueada durante dos años por una crisis financiera intercontinental sin precedentes, despejó en 1999 las dudas sobre nuevos rebrotes bursátiles o cambiarios, y logró un crecimiento productivo mayor al esperado, lo que fue posible porque Estados Unidos (EE.UU.) atraviesa el período de expansión más largo de su historia. Fue fácil encontrar una fecha de inicio de la que se dio en llamar la primer crisis financiera global, ya que involucro a los mercados bursátiles y de cambios de todos los continentes, que están conectados por redes informáticas y permiten operar durante todo el día. Y si bien no es fácil encontrar una fecha de su finalización, autoridades económicas, organismos internacionales y analistas financieros de primer orden coinciden en que los riesgos de continuidad de la crisis se fueron diluyendo en los últimos meses. Ello no significa que los mercados tengan asegurada la calma. Siguen existiendo varios focos de posibles complicaciones, como Rusia, China o países sudamericanos que no han logrado afirmarse en el camino de recuperación económica, pero ello no se encuadra en el efecto contagio que se inició en Tailandia el 2 de julio de 1997. En tanto, paralelamente al boom económico de EE.UU., Japón ha logrado -no fácilmente- una reactivación de su economía (lo que era esperado por toda la región del sudeste asiático) y Europa consiguió un dinamismo en su producción que no se percibía hace unos meses atrás. América Latina todavía sufre las secuelas del temporal financiero (y otros problemas climáticos) pero las expectativas indican una recuperación productiva para el 2000 (ver páginas 22 y 23). En el último informe sobre las "Perspectivas Económicas Mundiales", el Fondo Monetario Internacional (FMI) aumentó casi tres cuartos de punto porcentual -de 2,3% a 3% la previsión de crecimiento económico a nivel global respecto a la estimación inicial efectuada en mayo. Para el 2000 pronosticó un alza del Producto Bruto Interno (PBI) mundial de 3,5%. También el Banco Mundial revisó este mes sus previsiones de crecimiento del PBI mundial: la perspectiva de 1999 la elevó de 2,6% a 2,9% y la del año 2000 de 1,8% a 2,4%. El motor mundial En 1999 la economía de EE.UU. fue el motor del crecimiento mundial, con un aumento de su producción de una magnitud que superó ampliamente las expectativas del gobierno y analistas privados. El PBI creció 4,3% en enero-marzo, 1,9% en abril-junio y 5,7% en julio-setiembre, por lo que en el acumulado del año lo hizo en 4%. El gobierno estimó que en el último trimestre del año el ritmo de expansión se mantendrá y que al cabo de 1999 la economía crecerá en el orden del 5% y completará así una década constante de crecimiento. Uno de los principales motivos del vigoroso crecimiento de la economía es el fuerte gasto de consumo que en julio-setiembre subió 4,9% y en el año registró un incremento récord de 5,5%. En contrapartida, la tasa de ahorro se mantuvo sin variaciones en 2,1% en el tercer trimestre, la cifra más baja registrada históricamente. Las exportaciones registraron un fuerte incremento de 11,5%, frente a un aumento de las; importaciones mayor, de 14,9% (siempre en julio-setiembre en relación a igual lapso de 1998). También la productividad mostró un aumento de 4,2% en el tercer trimestre, con un aumento de sólo 0,6% del costo unitario del trabajo. Esto ha sido visto como un éxito de la combinación de flexibilidad del mercado de trabajo con innovación tecnológica, que permitió aumento de la productividad, con mayor nivel de ocupación y aumento de salarios reales sin producir inflación. La solvencia de la economía estadounidense se reflejó en el mercado laboral, ya que la tasa de desempleo se ubicó en noviembre en 4,1%, el nivel más bajo de los últimos 29 años. Pese al boom del consumo la inflación se ha mantenido en niveles manejables. En noviembre, los precios al consumo subieron sólo 0,1%, por debajo de lo esperado por el mercado, con lo cual en el año registran un alza de 2,7%. Pese a que es modesta, la suba del año es superior a la de 1,6% de 1998, lo que preocupa al gobierno, que teme que un recalentamiento de la economía haga que los precios se disparen. Por ese motivo, la Reserva Federal estadounidense (FED) aumentó en tres ocasiones, en junio, agosto y noviembre, las tasas; referenciales del mercado interbancario (fondos federales) y las que cobra por los préstamos otorgados a las instituciones financieras (tasa de descuento). La semana pasada la FED optó por dejar incambiadas ambas tasas, pero aseguró que la medida obedeció a "las incertidumbres de los mercados asociadas al cambio de fecha del siglo" y dejó entrever que podría elevarlas en febrero próximo. Fragilidad europea En el primer y segundo trimestre del año las economías europeas sufrieron los efectos tardíos de la crisis de Asia de 1997 y de Rusia de 1998. No obstante, la región logró recuperarse hacia julio-setiembre, motivada en gran medida por la fuerte alza del precio del petróleo, la mejoría de la economía mundial y gracias a la pujanza de algunos de sus principales países que permitieron sobrellevar el desplome de la moneda común, el euro. En el tercer trimestre de 1999 el PBI de la "zona euro" (que integran Alemania, Austria, Bélgica España, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Portugal) y del conjunto de la Unión Europea (UE) compuesta por los países de la eurozona más Reino Unido, Grecia, Suecia y Dinamarca- se aceleró con un aumento de 1% respecto a abril-junio. Respecto a igual trimestre de 1998, el crecimiento fue de 2,3% en la zona euro y de 2,2% para el conjunto de la UE, con lo cual en enero-setiembre el PBI registró un aumento de 1,9%, en ambos casos. Los resultados de la eurozona y de la UE durante el tercer trimestre se debieron principalmente al incremento tanto del gasto del consumo final de los hogares en 0,8%, como de la inversión. Ésta creció 1% en la zona euro y 0,9% en la UE (en comparación con el trimestre anterior). Ello se produjo en un contexto de baja inflación, ya que hasta noviembre los precios al consumo aumentaron en promedio 1,5% en la UE y 1,6% en la zona euro, por debajo de la franja de 2% establecida por la Unión Monetaria Europea. Los datos conocidos en el tercer trimestre del año indican, según analistas, que las principales economías europeas han iniciado un lento proceso de recuperación que abarca incluso a aquellas más retrasadas como la de Alemania, considerada el motor industrial del viejo continente. Sin embargo, esa aceleración de la actividad económica no fue pareja en todos los países de la región debido a las diferencias en las variables macroeconómicas que existen entre ellos, fundamentalmente en materia fiscal. Como consecuencia de esto, la Comisión Europea ha modificado su previsión de crecimiento económico para todo 1999, de 2,2% a 2,1%, tanto para el conjunto de la zona euro como de la UE. Para el año próximo y el siguiente, las autoridades prevén una aceleración del ritmo de crecimiento a 2,9%. Observadores económicos atribuyen el lento crecimiento europeo a la ausencia de medidas clave para dinamizar la actividad y disminuir el elevado nivel de desempleo, entre ellas, la necesidad de flexibilizar la legislación laboral y la de bajar la carga fiscal que recae sobre el trabajo. Mientras, en lo que respecta a las economías emergentes de Europa, los expertos han advertido sobre los peligros de contagio que podría causar el deterioro de los resultados económicos en Rusia. Tras los hechos de agosto de 1998, cesación de pagos de parte de su deuda externa y la devaluación de su moneda (el rubio) la situación es aún frágil y la recesión en ese país podría tornarse más prolongada en un contexto de elevada inflación. Derrumbe del euro A las dificultades económicas de Europa se sumó en 1999 el shock de desconfianza que generó en los inversores internacionales la persistente caída del euro, al que muchos suelen denominar la "tarjeta de presentación" del continente. Tras un auspicioso lanzamiento a inicio del año para disputarle al dólar estadounidense la supremacía como moneda internacional, el euro, que cotizaba a 1,1827 por dólar cuando se operó por primera vez el 4 de enero, ingresó en un proceso de depreciación casi constante que lo llevó a cotizarse por debajo de la paridad con el dólar a principios de diciembre. Hasta el lunes 27 inclusive, el euro se desvalorizó 14,3% frente al dólar, cotizándose a 1,013 euros por dólar. En tanto, frente a la otra divisa " Fuerte", el yen, la moneda común europea se depreció 22,73% desde su lanzamiento y su cotización alcanzó el lunes a 103,61 yenes por unidad. Entre las principales causas del derrumbe de la moneda común figuran las disparidades fiscales que existen entre las principales potencias, fundamentalmente Alemania, Francia e Italia, lo que ha reducido en gran medida las posibilidades del Banco Central Europeo (BCE) máxima autoridad monetaria- de instrumentar medidas para frenar su caída. En 1999 el BCE dispuso dos bajas en sus tasas de interés principales, en abril y en noviembre últimos. En su última reunión anual de hace dos semanas la autoridad monetaria se inclinó por dejar sin cambios la tasa clave de refinanciamiento en 3% anual y sus tasas overnight de emergencia de depósitos overnight (a un día) en 4% y 2%. Reactivación en Asia En Asia la recuperación de la economía de Japón fue el elemento de mayor empuje durante 1999. Esto se sustentó en algunos elementos clave como la reforma bancaria y la capitalización del sistema financiero, incluyendo la solución al problema de las instituciones insolventes, mejoras en la divulgación de información y la supervisión, lo que favoreció el retorno de los capitales. En julio-s el deterioro de los resultados económicos en Rusia. Tras los hechos de agosto de 1998, cesación de pagos de parte de su deuda externa y la devaluación de su moneda (el rubio) la situación es aún frágil y la recesión en ese país podría tornarse más prolongada en un contexto de elevada inflación. etiembre el PBI de Japón registró una caída de 1% respecto a abril -junio, pero el gobierno aseguró que ello se debió a aspectos técnicos por cambios en las formas de cálculo y a que el crecimiento del segundo trimestre fue revisado de 0,1% a 1%. Los datos oficiales indican que en enero-setiembre la economía japonesa creció 0,4%, por lo cual el gobierno prevé para el año fiscal 1999-2000 que culmina en abril un alza del PBI cercana al 0,6%. En 1998 el PBI de Japón había caído 2,8%. El Banco Central japonés señaló en su último informe de coyuntura que la economía "dejó de deteriorarse y comenzó a mejorar" en un contexto de suba de las exportaciones y de la producción, y de aumento de la demanda privada. Pronosticó un fortalecimiento en el ritmo de crecimiento como efecto de] plan de reactivación que el gobierno aprobó semanas atrás, con estímulos fiscales e inversiones por unos U$S 178 millones. Como reflejo de la fortaleza económica, la moneda nipona, el yen, se apreció sensiblemente frente al dólar a lo largo de 1999. Hasta el lunes 27, la apreciación del yen frente a la moneda estadounidense alcanzaba a 9,78%, cotizándose a 102,28 yenes por dólar. Pero el gobierno japonés teme que el yen siga subiendo porque ello perjudica la competitividad de las exportaciones y reduce los beneficios de las grandes multinacionales, muy dependientes de las ventas al extranjero. Para evitar eso, el Banco Central de Japón intervino a lo largo del año en el mercado con el fin de vender dólares al menos 13 veces, incluyendo una operación conjunta con el Banco Central Europeo y otra por medio de la FED (EE.UU.). Por su parte, en lo que respecta al resto de las economías asiáticas, el último informe del Banco Asiático de Desarrollo (BAD) aseguró que las mismas se están recuperando más rápidamente de lo previsto, pero advirtió de todas formas que los riesgos de recaída siguen existiendo y deben ser eliminados para apuntalar un sano crecimiento. Entre las dificultades a subsanar destacadas por el organismo figuran los problemas estructurales de los conglomerados surcoreanos y sus deudas, la consolidación del sistema financiero en Indonesia, así como las reformas de los sectores de finanzas y las empresas en Tailandia. Para las economías asiáticas consideradas en ,vías de desarrollo" el BAD pronosticó un crecimiento promedio del PBI en 1999 de 5,5% frente al 4,4% previsto a comienzos de año. En tanto, para los denominados "tigres asiáticos" Hong Kong, Corea del Sur, Singapur y Taiwan- la entidad aumentó su proyección de crecimiento de 2,3% a 5,2%, al tiempo que para las naciones del sudeste asiático, entre las que se encuentran Malasia, Tailandia, Indonesia, Filipinas y Vietnam, se espera un alza del PBI promedio de 2,6% en lugar del 0,8% estimado a comienzos de año. Para algunos países como China las estimaciones fueron reducidas a la baja pero con un crecimiento esperado que es de todas maneras muy alto, del orden del 6%. En ese país, los especialistas han destacado los avances logrados mediante las políticas de apertura económica aplicadas, y las medidas adoptadas para mantener la estabilidad de su moneda, el yuan.

BUSQUEDA 30 DE DICIEMBRE DE 1999

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