EL ENGRUDO

Los zapateros tradicionales elaboran su propio engrudo con almidón de trigo, castañas o patatas. A las láminas de engrudo seco se les añade la cantidad correspondiente de agua y se remueven hasta conseguir una pasta de fácil aplicación. La dosificación exacta exige mucho tacto. Si la pasta es demasiado líquida, se escurre mucho. Si es excesivamente espesa, produce grumos. Además, el zapatero tiene que controlar la cantidad de engrudo que aplica. Si es demasiada, después de haber colocado el tope de la puntera, el contrafuerte y el forro de refuerzo, la pasta se filtra a través de la piel o del forro y produce unas manchas muy desagradables.

 

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