CARACTERÍSTICAS DE LAS HORMAS

La horma alemana se caracteriza por un empeine elevado y posee una puntera ovalada. La horma vienesa tiene forma de plátano, con un arco latitudinal algo hundido. La horma abierta italiana se distingue por una puntera llana. La horma austriaca se caracteriza por una ondulación en el centro. En la horma Budapest, la puntera es elevada La horma inglesa cuenta con una puntera ligeramente

LA PRUEBA DE LA HORMA

Es responsabilidad del zapatero encontrar el tipo de horma más adecuado para cada cliente. A pesar de que todos los modelos de zapatos pueden confeccionarse sobre cualquier tipo de horma, según la tradición zapatera, un modelo de zapato Blucher se adapta mejor a una horma alemana o Budapest, y un Oxford a una horma inglesa. Evidentemente, la forma confeccionada a medida tiene que poder reproducir todos los rasgos característicos del tipo de horma, del pie y del modelo elegido.

Únicamente es posible confeccionar zapatos perfectos a partir de hormas perfectas. Por este motivo, la mayoría de los talleres de confección de calzado insisten en someter las hormas a prueba (con el consiguiente trabajo adicional que esto implica) a fin de disminuir el riego de defraudar al cliente con unos zapatos inadecuados o de derrochar tiempo y piel de extraordinaria calidad. El zapatero confecciona zapatos con piel de calidad media simplificando las fases de elaboración. Si el zapato de prueba resulta inadecuado en algunos puntos, todavía se está a tiempo de realizar las correcciones oportunas a la horma. En tal caso, el zapatero marca directamente sobre ésta los puntos que deben ensancharse o estrecharse. Tras esta comprobación, se considera que el zapato de prueba ha cumplido con su cometido y no se utiliza más.

DURACIÓN DE LA HORMA

Una horma de zapato a medida que resulte perfecta puede utilizarse durante muchos años. Para tal fin, se anota en ella el nombre del cliente y se almacena en una sala con la temperatura y la humedad adecuadas para que la madera conserve su forma y elasticidad como el primer día. Cuando el cliente lo solicite, el zapatero podrá confeccionar unos zapatos nuevos y cómodos a partir de la misma horma.

No obstante, es recomendable revisar el volumen de la horma cada dos o tres años. El volumen del pie puede variar por las causas más diversas: aumento o pérdida de peso, práctica intensiva del deporte, algunas enfermedades o deformidades del pie surgidas con el paso de los años. En tal caso, deben tomarse las medidas de nuevo y elaborarse nuevas hormas. Si no se han producido variaciones apreciables, el zapatero puede seguir utilizando las mismas hormas.

A pesar de todo, si el cliente decidiera elegir un nuevo modelo de zapato, sería necesario elaborar unas nuevas hormas.

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