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Visita oficial que deja sus frutos: India se interesa por varios productos uruguayos. Siguiendo los pasos del Dr. Hugo Batalla, el actual vicepresidente de la República, Hugo Fernández Faingold, ha realizado varios viajes con el propósito de impulsar el desarrollo de corrientes comerciales con países como China e India, los que por su particular organización demandan una tarea política previa. En particular en India las gestiones pueden desembocar en la colocación de rubros tales como vino, cueros, lana, piedras semipreciosas y madera. ¿Los viajes que Ud. ha realizado recientemente contribuyen al desarrollo comercial y enmarcan la gestión empresarial? - Exactamente. Esta es una costumbre que inauguró el Dr. Batalla que hizo varias misiones de carácter político-comercial en la región y fuera de ella, lo que según Relaciones Exteriores y Economía, al país le sirven mucho, porque al vicepresidente se le recibe muy parecido al presidente, lo que le da a los empresarios uruguayos, una gran exposición pública y en segundo lugar, la posibilidad de hablar con las máximas autoridades de gobierno y al mismo tiempo, vincularse al más alto nivel a empresarios y asociaciones empresariales de esos países. A pedido de Relaciones Exteriores nosotros seguimos con esta costumbre que instauró el Dr. Batalla, hicimos un viaje al norte de Africa, en el cual quedaron planteadas una serie de cosas extremadamente interesantes e hicimos este viaje a China e India. - ¿Por qué se decidió a visitar estos dos últimos países? En primer lugar, son países que concentran un tercio de la población mundial. Uno de cada tres seres humanos que caminan, vive en India o en China. Si bien no todos ellos son mercado potencial, porque no están totalmente incorporados a la vida económica de esos países, son mercados gigantescos que le interesan a todo el mundo. Todo el mundo está mirando a India y China, no se le ocurrió al Uruguay. Pero como son casos de países con economías centralmente planificadas o controladas -como el caso de la India- por lo menos es mi visión, es que cualquier intento de aumentar las relaciones comerciales con esos dos países, tiene que pasar primero por una negociación de carácter político. En definitiva, lo que Uruguay necesita es acceso a esos mercados y el acceso depende de decisiones que toman los gobiernos y lo que se trata es de negociar con esos gobiernos para que tomen decisiones que nos permitan acceder a los mercados. Esto no puede encararse como un negocio que uno llega un día, lo hace y vendió equis toneladas de tal cosa, nuestra visión es que esto debe ser encarado como negociaciones estratégicas de mediano plazo que permitan establecer corrientes comerciales estables, duraderas, sin incertidumbres y con posibilidad de crecer. Estimo que en ese sentido, en ambos países tuvimos éxito. En el caso de la India se han dado estos primeros pasos a partir de un trabajo excepcional de nuestra embajada en ese país, que nos ha permitido conocer los mercados, las posibilidades, la legislación, el gobierno, los empresarios. - ¿Cuáles posibilidades? - Hay sectores de la economía uruguaya como la madera, la piedra semipreciosa, el cuero, la lana, los vinos, tienen potenciales mercados de gran interés en la India, pero ese país a su vez quiere conectarse con el MERCOSUR para empezar a negociar. Le pide a Uruguay una ayuda para iniciar estas conversaciones, no garantiza resultado alguno, sino empezar las negociaciones. Son el tipo de cosas que creo le corresponden a Uruguay como puerta de entrada del MERCOSUR; le corresponden a cualquiera de los socios, pero brindada la oportunidad a Uruguay debe aprovecharla. Junto con esto están las alianzas estratégicas de mediano plazo que abran estos mercados por lo menos parcialmente, para nuestros productos. - ¿Y con China? - En este caso hay una larga tradición de venta de lana. El año pasado bajamos de 20 mil y pico de toneladas a 7 mil y estábamos preocupados porque las licencias para exportar, los permisos de exportación no salían. Ya llevamos un poco más que el año pasado, pero coincidiendo con nuestra visita, por negociaciones que se habían realizado en Uruguay y que se confirmaron allá, se terminaron de entregar todas las licencias. Ya estamos en el doble de lo exportado el año pasado, con la posibilidad de acercarse a lo colocado en el anterior, que fue casi el triple. Como se sabe, hay un problema de plazos, porque la licencia se abre por plazos cortos y hay tiempo hasta marzo, pero nuestros empresarios están trabajando y creo que van a conseguir la colocación. - ¿Hay otros rubros en el tapete? Por otra parte, debemos procurar que la carne, para la cual ya tenemos un convenio sanitario, sea el próximo rubro de exportación a China. Lo conversamos con el gobierno en varias provincias, hay posibilidades, hay deseos de hacer joint-ventures. China está interesada en el sector de mineras metálicas en Uruguay, tienen inversiones de este tipo en Argentina, las puede tener en nuestro país. Además, es importador neto de madera. Estamos negociando y ya firmamos con China una carta de entendimiento para su ingreso a la OMC, a cambio de la cual queda vigente nuestro patrimonio histórico de lo que hemos intercambiado hasta ahora, incluidos los volúmenes grandes de lana, pero también un memorándum que firmamos con China en 1993, incluido el arroz. China ha negociado con Estados Unidos la apertura progresiva de su mercado de arroz como contrapartida a su ingreso a la OMC, Uruguay se tiene que subir a esto. Todas estas cosas, con este tipo de países que tienen economías centralmente planificadas o controladas, tienen un necesario comienzo político, es decir, es el Estado el que tiene que romper la primera barrera y después ayudar a los empresarios que son los actores fundamentales. Los propios empresarios nos han dicho que en muchos casos, el comienzo de sus negocios surge precisamente de este primer envión de hacer las cosas juntos, gobierno y empresarios y me parece que por ese lado va la cosa. - ¿El próximo gobierno deberá mantener esta política? - Creo que sería muy malo que no lo hiciera. Con franqueza, insisto: el mundo de la economía se está globalizando y esto quiere decir que cada país tiene que poner al servicio de esos intereses, el conjunto de su sistema político. No hay esfuerzo chico y creo que hay que hacerlos todos. |
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CRONICAS 30 DE DICIEMBRE DE 1999 |
