ALGUNAS SUGERENCIAS PARA COMBATIR LOS DOLORES DE CRECIMIENTO

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Tal como lo advertíamos en el mes de abril, el recurso cueros se ha puesto en un punto crítico.
El incremento de las ventas de cuero para tapicería ha provocado un aumento en la demanda de la materia prima básica de nuestra industria.
Como la faena está en niveles más o menos estáticos la consecuencia es un aumento del precio del cuero.

Recapitulemos para ver cómo llegamos a esta situación:

Primero se salió a vender con precios bajos, dado que los costos del cuero eran menores.

Con ello se lograron buenos pedidos resultantes. Ofreciendo mercadería de calidad media a buena a precios competitivos.

Como el sector actúa aisladamente: todos hicieron el mismo esfuerzo con resultados similares.

Cuando se comenzó a cumplir con los pedidos nos encontramos con que los costos crecían día a día.

Además, como no hay más cueros que antes, la materia empieza a escasear, provocando mayor subida de precios.

Analizando esta situación encontramos que las causas están principalmente en dos puntos, ambos emparentados:

¿Cómo reaccionan las empresas a este problema?

Luego de reforzar su política de compra de cuero lo primero que hacen es intentar reducir costos: achicando sus estructuras operativas, aumentando las producciones, ajustando fórmulas, etc.

También la emprenden contra los otros proveedores, forzándolos a financiar la situación. Lo que claramente resulta un ejercicio, ya que ningún costo que se reduzca un, supongamos10% (cifra razonable), compensa la suba del cuero. Por lo tanto lo que ocurre es que se patea la pelota para adelante, buscando plazos más largos que lo único que hacen es dilatar la situación.

Por último se buscan financiaciones externas al sector, las que si se consiguen tienen un costo elevado.

Las reacciones que tienen las curtiembres tienen como consecuencia una pérdida del control del crédito. Es decir cada vez tienen menos crédito.

Si no se introducen medidas alternativas lo que va a ocurrir es que nuestras industrias tendrán: Poco crédito y poca ganancia; lo que va dificultando su funcionamiento y competitividad.

Es prioritario encontrar soluciones alternativas a esta situación que limita el crecimiento del sector.

La búsqueda de las mismas debería surgir, entre otros lugares, de las organizaciones empresariales (que deberían ser más profesionales) y de los organismos gubernamentales (que lo que hacen es observar como se desperdicia un esfuerzo que apunta al crecimiento de la economía).

Las propuestas van por el lado de organizar los esfuerzos, ya que todos implican mucho dinero, haciéndolos eficientes.

Si contamos con 100 cueros no podemos vender 200. ¿No sería preferible defender el precio para que con 100 logremos ganancias adecuadas?

Otra alternativa es comprar cuero extra región, como forma de regular el precio y contar con materia prima suficiente (lo que implica vender a precios adecuados a los costos).

El negocio del cuero va a más, lo decimos con la seguridad de estar viviendo inmersos en él. Hay que hacer los esfuerzos necesarios para que la industria de la región lo acompañe.