MODA EN LOS PIES

En la moda del calzado para hombres, desde un principio dominaron las botas, consideradas típicamente masculinas. A pesar de ello y de acuerdo con el espíritu de cada época, aparecen también zapatos bajos de distintos tipos, que sufren cambios impredecibles y extremos, al igual que la moda femenina.

La primera oleada de moda barrió Europa durante los siglos XII y XIII. Los cruzados fueron los que introdujeron las versiones modernas de los zapatos de pico que utilizaban los sirios y posteriormente los etruscos: los zapatos de pico, conocidos ya desde la Alta Edad Antigua (siglos V y VI d.C.). Una suela adicional de madera, que permitía mantener los pies secos al andar por la calzada, actuaba de refuerzo. ¡Es el único calzado que ha precisado utilizar espina dorsal! Con el transcurso del tiempo, la punta del zapato de pico, reservada sobre todo a cortesanos y a ricos mercaderes de la época, fue creciendo, puesto que todo el mundo quería mostrar con ella la posición social que había adquirido. Como era de esperar, sus proporciones adquirieron connotaciones fuertemente fálicas. Un edicto papal obligó finalmente a reducirlas a unas medidas aceptables. En el siglo XIV, el rey francés Felipe IV el Hermoso prescribió que a los duques les estaba permitido llevar puntas que midieran dos veces y media la longitud de sus pies, a la nobleza dos veces y a los caballeros una y media.

En 1436, el rey Eduardo IV de Inglaterra dictó la ley siguiente: " A los nobles cuyo título esté por debajo del de Lord no les están permitidos los zapatos o las botas cuy punta sobrepase las dos pulgadas; el Rey podrá cobrar una multa de tres chelines y dos peniques cada vez que se incumpla lo dictado".

Alrededor del año 1500, el Renacimiento y el florecimiento de la burguesía urbana impusieron un modelo de zapato muy ancho y sencillo que se convirtió en modelo básico para todas las clases sociales de entonces. De esta forma, el movimiento que se mostraba contrario a los zapatos cortesanos de pico llegó también a extremos similares. El calzado que utilizaban los burgueses ricos era muy ancho y redondo, y era calificado de forma despectiva de pie de oso o pico de pato. Pero a pesar de su forma casi cuadrada, resultaban más bien incómodos de llevar comparados con los zapatos de pico. Para empezar, la forma del zapato no se adaptaba a la forma del pie; además, se confeccionaba con varias  con varias capas de piel muy dura, incluso con abultamientos parecidos a cuernos en las punteras -de ahí otra de sus denominaciones: zapatos de cuernos-, que difícilmente cedían al movimiento del pie. Una de las características que poseían los zapatos de la época del Renacimiento era la apertura que tenían en la parte superior, para que las medias blancas fueran visibles hasta la altura de los dedos.

A partir del año 1565, el vistoso zapato español conquistó Europa y gracias  a su suave material garantizó más comodidad.

Durante el barroco, los hombres daban preferencias al calzado del material más refinado (piel o brocado) con tacón alto y ornamentos muy vistosos, como, por ejemplo, lazos, grandes hebillas, bordados y piedras preciosas. El rococó surgido en Francia bajo el reinado de Luis XV (1715-1774), tomó el relevo del pomposo barroco con zapatos más elegantes y decorados.

El zapato en forma de pico transmite un mensaje indiscutiblemente sexual en este grabado del siglo XV

Este soporte de madera del siglo XV mantenía la forma del zapato de pico al andar y lo protegía de la suciedad.

 

La moda y el arte seguían ligados a las tradiciones cortesanas, aunque dejaban entrever algunos nuevos elementos burgueses.

Las confrontaciones bélicas que caracterizaron el siglo XVIII (la guerra de sucesión de España, la guerra con el Imperio Otomano, la guerra de independencia de Estados Unidos y la Revolución Francesa, entre otras) devolvieron su importancia a la bota. Además de los modelos estrechos y elegantes de piel suave que lucía la corte (era necesario sumergir el pie en agua y contar con la ayuda de un sirviente para poder calzarse dichas botas), hicieron su entrada las botas robustas de caña alta, que siguieron en uso en el ámbito militar hasta finales  del siglo XVIII

El espíritu de la moda actual se desarrolló durante la Revolución Francesa (1789-1799), con la emancipación de la burguesía. La moda burguesa reflejaba los principios de la revolución: igualdad y fraternidad. A partir de entonces, los nobles prescindieron de los adornos vistosos: se adoptaron colores y formas más discretos, el tacón desapareció. Hippolyte Taine (1828-1893), historiador y filósofo francés, formuló la hipótesis de que la invención de los pantalones que cubrían el tobillo fue la mayor consecución de la historia de Europa, puesto que con ellos llegó el hombre civilizado. Podría añadirse que también fueron los responsables de la aparición del clásico zapato bajo, más adecuado para este tipo de moda.

Durante la época Biedermeier y el romanticismo, en los primeros años del siglo XIX, los zapatos con lazos y otras decoraciones regresaron durante un breve período, si bien a mediados de ese mismo siglo la moda del calzado masculino experimentó  profundas transformaciones en las que dominó mayoritariamente el zapato bajo.

Nuevas formas de zapatos y botas encontraron su lugar en el escenario de la moda, principalmente a través de personalidades sociales con mucho estilo o de militares (por ejemplo, las botas Wellington, los zapatos Blucher o Derby). En un principio, volvió a dominar la media bota. Cabe destacar especialmente a un creador de moda, el británico George Bryan Brummel (1781-1840), más conocido como Beau Brummel, quien prefería colores mates y valoraba sobremanera el corte exacto. Llevaba botinas de cordones bajo unos pantalones muy ajustados. Los hombres de Gran Bretaña, del continente y de ultramar siguieron su ejemplo hasta bien entrado el siglo XX (entre ellos su amigo y admirador, el príncipe de Gales y el rey Jorge IV de Inglaterra).

 Los modelos considerados clásicos hasta la actualidad surgieron como símbolo de comodidad y de elegancia. Los maestros zapateros de Londres, Münich, París, Viena y Budapest contribuyeron a establecer esta moda tan conservadora.

Los zapato "de cuero", con abultamientos parecidos a un cuerno en la puntera, difícilmente cedían a los movimientos del pie.

Luis XIV (1638-1715), el rey Sol, lucía zapatos ricamente decorados

El músico del baile campesino, de Pieter Brueghel el Viejo (hacia 1568) lleva los zapatos anchos ("picos de pato") típicos de la época, además de medias blancas.

 

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