Consejos
Prácticos
Cómo
realizar el cuereado y conservado de la piel y del cuero
de las patas del Ñandú.
Para un criador, la muerte de uno de sus animales, es
uno de los momentos más amargos de su labor productiva.
En nuestro caso, esto se ve acentuado, por el valor de
los ñandúes. Desde el comienzo los productores por
desconocimiento, como forma de evitar enfrentarse al
hecho o tratando de encontrar las causas: hemos
descuidado el aprovechamiento de la piel y del cuero del
animal.
Hoy día, ya contamos con la técnica necesaria para
poder obtener el producto y conservarlo hasta la etapa
de su comercialización. Vengan pues, algunos consejos
prácticos de, cómo hacerlo:
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CUEREADO:
El gráfico siguiente muestra el camino a seguir para
que el corte efectuado logre un buen aprovechamiento en
Pietaje y una buena categorización por el comprador.
El
cuereado, similar en técnica al del ovino, debe de realizarse
utilizando el cuchillo solamente para las aperturas y las manos
(puños) para el despegue.
Descripción:
Antes de dar comienzo al procedimiento, recomendamos colgar al
animal de las patas (individualmente), amarrándolas en la unión
con los dedos.
Luego de colgado, procedemos a podar las alas utilizando tijera
o cuchillo.
Recomendamos ser cuidadosos en este procedimiento y no dejar
ninguna astilla de hueso en las puntas, ya que esto podría
ocasionar rupturas en la piel al proceder luego a retirarla por
ese lugar.
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Procedemos a realizar el corte de circunvalación de la
cloaca del animal.
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Realizamos el corte de los muslos, que comienza al inicio de
los mismos y por el lado interior se desliza hasta encontrarse
con el corte principal.
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Realizamos el corte vertical, que comienza en la cloaca y
termina al final del cuello (garganta).
A
partir de este momento dónde las incisiones principales fueron
realizadas, comenzamos a despegar la piel hacia abajo, partiendo
de la apertura realizada en la cloaca.
Continuamos luego por los muslos y al llegar a las alas,
procedemos a desenfundar la piel hacía afuera (quedarán dos
orificios) y continuamos hacía abajo hasta sacarla
definitivamente por el cuello.
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Para obtener el cuero, primero debemos realizar un corte
circular en la parte superior de la pata.
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Luego por el lado anterior realizar una apertura vertical
hasta la base de los dedos.
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Realizar una incisión a partir de la base de la uña hasta
la unión con el corte vertical en cada uno de los dedos;
procedemos entonces a despegar desde arriba el cuero.
A continuación debemos tratar de lograr un desgrasado lo más
completo posible, con la cautela necesaria para no dañar y
sobre todo no "afinar piel" (errores que se pagan
caros a la hora del teñido de las mismas); recordando siempre
que la grasa es uno de los elementos que más perjudican la
etapa siguiente, que es la de lograr una buena conservación del
producto.
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CONSERVACIÓN:
Luego del procedimiento anterior, se debe proceder al lavado
profundo, con agua corriente, de las pieles y los cueros. El próximo
paso, consiste en preparar en un recipiente de volumen adecuado
al de los cueros y pieles a tratar, una solución salina
saturada y sumergidos durante el lapso de por lo menos 24 horas.
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6
cc. de Prevenzol Z (Bayer)
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ESCURRIDO:
A continuación, luego del tiempo de inmersión sugerido,
procedemos al escurrido del producto; tratando en lo posible de
que el mismo se realice a la sombra y al resguardo del rocío
(este procedimiento, debe de ocupar un mínimo de 30 minutos,
recordando siempre que la piel o el cuero no deben de secarse).
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SALAR:
Al finalizar e1 procedimiento anterior, debemos realizar el
salado de las pieles y cueros. El mismo debe de realizarse
utilizando sal gruesa en abundancia (sal industrial en bolsas de
50 kg.) cubriendo toda la superficie de los mismos y tratando de
lograr una capa uniforme.
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ESTIVAR:
Este es el último, pero no menos importante de los pasos a
seguir.
Existen usualmente dos formas de realizarlo. La primera es
similar a la utilizada con ovinos en las Estancias y consiste en
apilar las pieles y los cueros enfrentados sus interiores. En el
caso de las pieles por ejemplo, se coloca la primera con las
plumas hacia abajo y la siguiente con las mismas hacia arriba; y
así sucesivamente.
Otro
procedimiento menos común, pero no menos práctico cuando se
tratan pocas piezas, consiste en doblarlos sobre si mismos
(quedando en el caso de las pieles las plumas en la parte
exterior) y de esta manera proceder a apilados.
Por último, es muy importante el apoyarlos sobre rejillas (plásticas
o de madera) aéreas; para que puedan de ésta manera seguir
desarrollando el proceso de oreado. Caso contrario, es muy
frecuente que perdamos las piezas que colocamos, primero
(debajo) al recoger la decantación de las que están encima.
Recordemos siempre que las pieles y los cueros, deben de
permanecer "siempre" cubiertos de sal y
"nunca" deben "secarse", para no absorber la
grasa que imposibilitará un buen curtido posterior.
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