Principal
En estos momentos en que no parecen cumplirse los
parámetros de otrora en la cuestión de los precios relacionados con la
industria del cuero, es que nos planteamos: ¿Cuál es el verdadero valor
del cuero?
Y hablamos de valor intencionalmente porque es necesario diferenciar
precio de valor.
El precio se refiere a las condiciones de intercambio. En cambio el
valor implica un todo.
En el contexto actual tenemos que mayoritariamente el precio de un
artículo de cuero al distribuidor se compone básicamente del costo de la
materia prima básica (la piel). Y esta se ha ido valorizando con el
tiempo en valores reales (U$S/Kg. 1,38 en 1997 a U$S/Kg. 1,81 en abril del
2000 Branded Cows USA salado).
Pero también si tenemos en cuenta que un pie cuadrado de, pongamos por
ejemplo una tapicería pigmentada en el mismo período bajó de U$S 2,5 a
U$S 1,3 aproximadamente, y que el precio de los descarnes (serrajes)
bajó, la participación en el costo final también subió.
Los otros componentes del costo sufrieron variantes: Los productos
químicos bajaron significativamente: 1Kg de emulsión acrílica pasó de
U$S 3 a U$S 1,5 y el Cr bajó de más de U$S 1,2 a menos de U$S 1 el Kg.
El costo de mano de obra bajó por dos razones: menores salarios
(sobretodo de los cuadros técnicos que ganaban más de U$S 3000 por mes y
hoy salvo excepciones superan la mitad).
Además la automatización de las tareas con la incorporación de
nueva maquinaria bajó el número de operarios aplicados.
El capital invertido aumentó, justamente por lo expuesto antes.
Pero los bienes de capital cada vez significan menos por tener un bajo
precio residual o de reventa (debido a la concentración de la industria).
Pero además los costos de maquinarias, por la misma razón bajaron
sustancialmente (una prensa hidráulica costaba más de U$S 40000 y hoy se
puede comprar por U$S 30000).
La incidencia de los impuestos y otros gastos fijos de
funcionamiento industrial (energía, agua, etc.) subieron. Aumentó
también el costo de tratamiento de efluentes y desperdicios, por las
mayores exigencias al respecto y por los transportes más caros y a
distancias mayores.
Los costos de financiación aumentaron, por precaución de los
otorgantes de crédito debido al riesgo y por las mayores tasas de
interés, cada vez menos preferenciales.
Los gastos de transporte subieron espectacularmente.
Básicamente por no contar con programas de producción a largo
plazo que permitieran el embarque programado por vías más económicas
(barco), pero también por lo fraccionado de los pedidos.
Tenemos, entonces, que en el contexto actual la rentabilidad del
negocio hasta la etapa de distribución del cuero para su confección no
es la misma que antes.
Resumiendo: subieron las pieles (un
30%); los gastos de energía, tratamiento de efluentes, financiación y
transporte (en cantidades superiores a un 10% en total).
Bajó el precio del artículo al distribuidor en más de un 45%.
Diferencia subvencionada por las menores rentabilidad, salarios y
costos de productos químicos.
Solamente la aplicación de cambios estructurales que dotaron de
mayor productividad a las plantas explica la factibilidad del negocio. Y
en las industrias adjuntas (máquinas y productos químicos) la fusión de
empresas es el esfuerzo por sobrevivir.
Si a todo esto se suma que no existen políticas de real incentivo al
sector (los reintegros, salvo excepciones son insignificantes, la
prefinanciación es cara, etc.), da la impresión que a los organismos
reguladores de la economía la industria del cuero le interesa cada vez
menos.
O lo que es lo mismo: ya no le dan el mismo valor que antaño.
Pero ¿tiene realmente menos valor?
Para
tratar de contestarnos esa pregunta debemos analizar la evolución del
sector:
Los costos de la materia prima piel subieron, lo que indica que es más
codiciada. Es decir en las reglas del mercado hay mayor demanda. Eso
implica que la característica de natural del cuero es cada vez más
valorizada. Por otro lado cada vez se paga menos por un cuero terminado.
Seguramente debido a la mayor oferta, producto de la automatización,
concentración y crecimiento en volúmenes de las curtiembres. Pero
también debido al origen de los artículos: no se paga lo mismo por un
artículo hecho en Italia con un cuero original del Brasil que por el
mismo fabricado en el propio Brasil.
Y cada vez se trasladan más plantas al tercer mundo.
O sea que el valor agregado en los procesos es cada vez menor. Sin
embargo los procesos fueron evolucionando con una gran inversión
tecnológica, cuyo know how financiaron sobre todo los proveedores de
productos químicos y máquinas.
A pesar de mayor investigación, creación, tecnología y técnica
aplicadas (con su costo correspondiente) se valora menos esa parte del
artículo de cuero. Y resulta paradójico que en economías en desarrollo
no se apoye el desarrollo industrial y se valore más las materias primas
básicas que la industria de procesamiento.
En este proceso los más estimulados son los que menos invierten en
mejorar la industria del cuero: los frigoríficos y los hacendados, lo que
también resulta paradójico. (Pero ya que estamos de paradoja en paradoja
aprovechemos a mencionar el increíble pero cierto status de cueros
provenientes del tercer mundo que se venden en el primer mundo a menos del
precio de origen; echo sólo explicable por la presencia de subsidios o
negocios financieros.)
Resumiendo: se valora lo natural en una mezcla de ecología y economía de
mercado más que los procesos que permitieron que ese material fuera un
bien de uso:
Lo que se devalúa es el esfuerzo humano.
Deberíamos concluir que realmente el cuero tiene menor valor
además de menor precio a menos que logremos amalgamar (sin posibilidades
de separar) la naturaleza del material con el esfuerzo de procesamiento.
Para ello nada mejor que cuando hablemos del cuero nos refiramos al
artículo de cuero terminado y viceversa en toda la negociación, en la
legislación y en los acuerdos comerciales correspondientes.
Y no estaría nada mal una campaña de
educación para que la población en general comprenda cual es el
funcionamiento de una industria de las más antiguas, que constituye de
los tres primeros rubros de exportación de muchos de nuestros países,
que es una fuente de trabajo de las más importantes dado su carácter
manufacturero y que no es conocida a tal punto de que muchos de nuestros
hijos piensan que los zapatos marrones están hechos con pieles de vacas
marrones. En eso estamos. Cueronet.com
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