PIEL DE NUTRIAS

EL CUEREO, ESTAQUEO, SECADO Y ACONDICIONAMIENTO DE LOS CUEROS

Siendo el fin de la crianza de nutrias la producción de pieles, es indispensable para el criador el buen acondicionamiento de los cueros para no perder, en la última fase de su explotación, los frutos de su trabajo.

No basta con saber que el cuero de la nutria se saca en forma de bolsa, como el del conejo, se seca a la sombra, etc; se necesita cierta preparación del animal vivo, la matanza tiene que efectuarse en una determinada época, el estaqueo, secado, la conservación, exigen conocimientos que puede facilitar solamente aquel que tiene, por sí mismo, la experiencia práctica.

LA EPOCA DE LA MEJOR PIEL

La piel de la nutria presenta únicamente en invierno su completa tupidez. Aun no cambiando el pelaje de un golpe y en forma muy visible, como el zorro, el visón, el zorrino y otros animales pelíferos, pierde la nutria en primavera su pelo de invierno, poco a poco, reemplazándolo parcialmente por nuevos pelos. Este cambio de pelo se nota en la piel por ser los nuevos pelos más cortos durante su crecimiento, presentando en consecuencia, una superficie irregular del pelaje, que desmerece su valor notablemente. Esos cueros se llaman en el lenguaje peletero "de media estación". No todos los pelos de invierno son substituidos por otros en este cambio, de manera que el llamado "cuero de verano" es mucho menos tupido que el de invierno. En otoño se completa el pelaje otra vez, originando en la misma forma, como en primavera, por el crecimiento paulatino, un pelaje no uniforme en su superficie: un cuero "de media estación".

El crecimiento de los pelos de invierno termina en el mes de mayo, de manera que el buen cuero de invierno puede calcularse entre mediados de mayo y fin de agosto. Este período en que el pelaje se llama "prime" (maduro), varía según el frío del invierno, en un año más temprano, en otro más tarde, pero dura siempre por lo menos tres meses, mientras que, en los zorros plateados, los visones y otros animales pelíferos, se limita a pocas semanas, a veces a algunos días.

Concluimos: sólo el cuero de invierno tiene valor para el mercado peletero; solamente en invierno deben sacrificarse las nutrias para la piel.

LA ULTIMA PREPARACIÓN DEL ANIMAL, ANTES DE MATARLO.

Las nutrias destinadas a ser  sacrificadas para piel serán bañadas ampliamente en agua limpia y después puestas en jaulas sobre piso de alambre tejido de mallas de una pulgada, hasta que estén bien secos pelos y felpa. El objeto de esta última limpieza es el de evitar que se ensucien otra vez con tierra, pisándola, lo que implicaría la limpieza posterior del cuero sacado, más complicada en cuanto al procedimiento ulterior de sacarlo.

Claro que los métodos recién descriptos precisas alguna experiencia y práctica. Pero las ventajas de la muerte rápida, sin ningún dolor del animal sacrificado y la posibilidad de aprovechar la carne, justifican la preferencia del método, aún siendo algo más complicado que la simple matanza por golpe.

MÉTODO PARA SACAR EL CUERO

El cuero se saca más fácilmente estando el cuerpo todavía caliente; pero para la piel es mejor esperar que esté frío, pero no debe esperarse hasta que empiece la fermentación del organismo muerto. Nunca, aunque en pleno invierno, se debe dejar al animal muerto un día entero antes de sacar el cuero.

Para extraer la piel se procede de la siguiente manera: se cuelga el cuerpo por dos lazos fijados alrededor de los talones separando las patas. Se corta el cuero alrededor de los talones y se da un tajo de cuchillo de un talón a otro, atravesando el ano, y otro tajo de 10 a 12 centímetro de largo, vertical sobre el primero, desde el ano hacia el tronco de la cola. El cuero de la cola se abre alrededor de esta misma al final del segundo tajo descrito. Luego se despega la piel empezando con algunos cortes de cuchillo, tirándola después a mano, siempre cuidando que no quede ni carne ni grasa en el cuero. Antes de llegar a los codos, se da un corte de cuchillo alrededor de las manos, despegando después la piel de los brazos por medio del cuchillo hasta que se pueda dar vuelta completamente sobre las manos, quedando la piel por adentro y el cuero por fuera.

La parte más complicada para el cuereo es la del cuello y del cráneo. Al cuello hay que vigilarlo bien, sacando todos los tejidos adheridos al cuero y evitando que se abran las venas para que no se ensucie este con sangre. Llegando al cráneo se despega el cuero con cortes cuidadosos de cuchillo. Las orejas se cortan bien al ras y se despega el cuero alrededor de los ojos con un tajo circular, sin lastimar los párpados.

Llegando a la boca, se corta la nariz cerca del hueso. Agujereando el cuero alrededor de la salida de los incisivos, con tajos circulares por el agujero de los incisivos de abajo y luego de los de arriba, quedando en el medio la abertura chiquita, natural de la boca.

Se puede facilitar este trabajo minucioso, cortando, antes de empezar el cuereo, los incisivos en su base con una tenaza, como lo hacen los nutrieros baqueanos.

Si no se observa esta forma de despegar el cuero de la boca queda un agujero grande, que se compone de los dos agujeros de los incisivos y de la boca misma; y este agujero grande deforma la cabeza, impidiendo colocar el cuero bien en el molde.

El ESTAQUEO

El cuero sacado en bolsa se estaquea sobre un molde construido de alambre grueso de 8 a 12 mm. Para su construcción se corta el alambre en pedazos de 210 cm.; a los 90 cm. se dobla en ángulo agudo; los restantes 20 cm. de la segunda pierna del ángulo se doblan otra vez para unirse con el principio. En realidad no quedan 20 cm. por gastarse de 2 a 3 cm. en los mismos ángulos. Desde el ángulo agudo a los 24 cm. el ancho del molde debe llegar a 13 cm., a los 33 cm. más a 15 y al final a 17 cm.

Al poner el cuero sobre el molde se estira solamente la parte de la cabeza y del cuello para ajustarlos bien al ángulo agudo del molde; el resto del cuero no debe estirarse mucho, sino solamente hasta tanto que no queden pliegues en la piel. Las dos patas y el tronco de la cola se fijan en la parte transversal del molde con un alambre fino.

El molde descrito presenta la ventaja de servir tanto para cueros grandes como para medianos y chicos. Para extragrandes, arriba de 90 cm. de largo conviene tener en existencia algunos moldes de 100 o 105 cm., con un ancho correspondiente al mayor tamaño, o sea de 19 cm.

Haciendo el molde de madera, se usan las mismas medidas. El grueso de la madera será de 2 cm.; los bordes deben ser bien redondeados.

EL SECADO

Para secar los cueros, nunca deben exponerse directamente al sol, sino colgarlos en la sombra o en un galpón abierto bien aireado. En días secos de invierno los cueros se secan dentro de las 48 horas; en días de mucha humedad, en cambio, a veces dura el secado hasta 8 días. No conviene nunca sacar del molde los cueros antes de estar bien secos.

CONSERVACIÓN Y ACONDICIONAMIENTO DEL CUERO

Después de sacar los cueros de los moldes, se cuelgan todavía algunos días en un galpón bien aireado, cabeza arriba. Si se dispone de una pieza aireada con mosquiteros bien ajustados, los cueros pueden conservarse en ella colgados, intercalando entre cada diez o doce cueros una bolsita con naftalina. Si no se dispone de tal localidad adecuada, conviene conservar los cueros en cajones bastantes grandes para no doblarlos, y bien cerrados para evitar la entrada de polillas, contra las que se protege además con naftalina por dentro de los cueros y sobre la parte del cuero que queda afuera. La naftalina puede reemplazarse por una solución de fungicidas.

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