LAS PIEZAS INFERIORES

Para la confección de las piezas inferiores del zapato, la fábrica de la piel envía al taller la piel bovina de curtido vegetal, de la cual el zapatero corta las piezas correspondientes. De la piel de la zona del cuello o de la falda, de 2,5 a 3,5 mm de grosor, se cortan las palmillas, las viras, los contrafuertes interiores del talón, los topes duros y, para el calzado de doble cosido, las entresuelas. La zona más gruesa y sólida de la piel bovina está situada a ambos lados de la columna dorsal y se extiende desde el cuello hasta la grupa, descendiendo hasta la falda. El grosor de estas zonas puede llegar a los 6 mm de media tras el curtido y el zurrado. Dicha zona se conoce también con el nombre crupón o corazón y es especialmente adecuada para las partes del zapato expuestas a más presión, como la suela, el tacón y el revirón, mientras que para los estratos del tacón suele utilizarse piel de la cabeza, de los muslos o incluso la piel sobrante de los laterales. A diferencia del cortador, que corta las piezas de la pala de una sola vez y las envía para que sean cosidas, el zapatero sólo corta las piezas inferiores que necesita para su próxima actividad, ya que las medidas finales de algunas piezas se calculan mejor después de haber montado el zapato.

Una vez realizado el curtido y el zurrado de la piel, los extremos de las zonas del cuello y de la falda resultan más delgados que la zona del crupón. El zapatero decide para qué pieza los utilizará basándose en el grosor de cada parte en concreto.

EL CORTE DE LAS PIEZAS INFERIORES

El cuchillo para cortar las partes inferiores del zapato es una sencilla pieza de metal. La parte afilada está algo torcida para que pueda adaptarse mejor a la piel durante el corte. El mango está cubierto por varias capas de piel para que el zapatero no se lastime las palmas de las manos durante el corte, ya que debe ejercer mucha fuerza. Una vez cortada cada pieza, el cuchillo se afila de nuevo con la piedra de amolar para facilitar el trabajo posterior y garantizar superficies completamente lisas.

La piel para las piezas inferiores llega de la curtiembre cortada por zonas: cuello, falda y lomo. Cada pieza se corta en la sucesión que marca el ritmo de la confección del zapato. El zapatero corta la pieza que necesita en ese preciso momento. La primera es la palmilla, que corta de la zona del cuello. Coloca la horma sobre la piel y copia su contorno cuidadosamente sobre el material. En algunos casos, debido a las características de cada pie, la diferencia de tamaño puede llegar a un número entero.

La piel del lomo o crupón, de 5 a 6 mm de grosor, llega al taller en hojas cuadradas. La sensación de solidez del material queda patente incluso en la fotografía. Durante la confección del zapato, esta pieza se utiliza con distintos fines. El zapatero corta la suela exterior cuando el zapato está casi listo. Coloca el zapato con la vira sobre la piel, copia el contorno y a continuación corta la suela de la misma manera que ha cortado la palmilla. Los estratos del tacón proceden también de la piel del lomo. Según la altura del tacón, pueden ser necesarias de cuatro a seis capas; el zapatero no los corta hasta que el zapato lleva incorporada la suela, ya que sólo así podrán determinarse sus medidas.

La palmilla debe ser fuerte y, a la vez, blanda y flexible. La piel de la zona del cuello, de 2,5 a 3,5 mm de grosor, resulta muy adecuada. El zapatero corta las suelas izquierda y derecha centímetro a centímetro. El tamaño de la suela determina la longitud de la vira.

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