REFUERZOS EN LA PALA

Tal como hemos mencionado anteriormente, para que el zapato no pierda la forma con que ha sido confeccionado y para que pueda mantenerse atractivo y estable durante años, se aplican varios refuerzos a la pala. El aparador fija algunos de dichos refuerzos; otros los incorpora el zapatero en estadios posteriores.

Para empezar deben reforzarse aquellos puntos en los que la posibilidad de ensanchamiento sea mayor, como por ejemplo los bordes superiores de las cañetas, donde se fija una cinta de tela de 3 a 5 mm de anchura resistente a la rotura pero con poca capacidad de expansión. El aparador aplica asimismo refuerzos a las cañetas y a la empella, donde sitúa una tela del grosor de una sábana entre la piel exterior y la del forro.

Los refuerzos se pegan a las piezas que componen la pala con una goma elaborada con caucho disuelto en gasolina. Este tipo de cola se seca en 10 o 15 minutos y permanece flexible y elástica incluso cuando está seca.

El aparador refuerza todas aquellas zonas que puedan dañarse fácilmente con el uso diario, como la puntera. Para ello utiliza soportes y tiras elaborados con la misma piel que la pala. Las orejas son una zona muy sensible: la piel exterior puede desgarrarse muy fácilmente si el dueño de los zapatos aprieta demasiado al abrocharse los cordones. Por esta razón, el refuerzo de esta zona requiere una precisión particular. El aparador pega soportes de piel de 2 a 2,5 cm de anchura bajo la piel exterior, practica los agujeros y a continuación pespuntea el soporte al borde de las alas.

Las tiras de tela cosida y pegadas a las cañetas tienen como función evitar el ensanchamiento de la piel, aunque no pueden hacer nada contra el desgarre de los bordes superiores de las cañetas. Contra estas deformaciones se aplica un refuerzo particular, el ribete, que a la vez sirve de ornamentación. Se afilan los cantos de una tira de 1,8 cm de anchura obtenida de la piel exterior. Seguidamente se dobla la tira y se pespuntea. Se pega al borde y se pespuntea de nuevo dejando visible aproximadamente 1-1,5 mm por encima del borde.

El aparador refuerza la empella y las cañetas con soportes de piel o de tela.

 

Coloca un soporte de piel con los bordes completamente afilados debajo de las orejas.

Si las curvaturas son pronunciadas, practica hendiduras en el ribete para que la piel no quede demasiado tensa.

Una cinta de tela resistente evita que los laterales pespunteados se ensanchen.

Fija el ribete en el borde superior de la cañeta.

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