 |
A LA MODA |
|
Con alegría comprobamos que se comienzan a dar pasos en ese sentido: La Cámara de la Industria de la vestimenta de Uruguay se está moviendo para promover la moda diseñada en el país con proyectos de instaurar un curso de diseño conjuntamente con el LATU. En Brasil se está trabajando muy bien desde hace un tiempo y los diseñadores de ese país aparecen en las pasarelas internacionales con frecuencia. México tiene una industria de la vestimenta estimulada por la cercanía con los EEUU. República Dominicana y Costa Rica cuentan con infraestructura bien montada sobre todo para confecciones. Es un camino seguro, con sacrificios pero con la confianza de estar generando recursos auténticos que permitirá un crecimiento continuo. Tengamos en cuenta que el mundo desarrollado pasa por un momento de buenas posibilidades de consumo y que está en búsqueda de nuevas propuestas. Necesita estímulos que enriquezcan su sensibilidad. Y en nuestros países aparte de las materias primas contamos con la capacidad creativa y el buen gusto que combina las raíces nativas con las europeas. Además de contar con capacidad de confección. Como preveníamos los primeros pasos los deben dar los industriales. Los organismos educativos deben aportar lo suyo. Es necesario traer técnicos de escuelas de diseño y marketing de moda de países con trayectoria como Italia, EEUU, etc. El otro paso a dar es el de dotar de un perfil de diseñador al departamento comercial (hace unos días conversamos con la encargada de ventas de una gran tienda de muebles en EEUU, que a su vez era la jefa de diseño). Con esto pretendemos detectar en el cliente cuales son los parámetros por los que se mueve su gusto. Es decir qué podemos aportar nosotros para compensar sus necesidades. El que pegue primero para dar satisfacción a un mercado específico en el momento correcto y en la forma correcta, pega más veces. Por supuesto que también se puede pensar en un mejor precio; que además debe financiar nuestro esfuerzo. El tercer paso, tan importante como los otros dos, es el de fomentar exposiciones y ferias en la región para dar cabida a las propuestas surgidas de nuestras escuelas de diseño. Pero hacerlas con fuerza y dimensión internacional, acompañadas de un buen marketing. Se podría empezar realizando muestras en los mercados destinatarios de nuestras exportaciones, en eventos organizados por las cámaras de comercio y las embajadas, por ejemplo. Para luego ir potenciando las ferias locales. En esto de la moda tienen cabida todas las propuestas, aunque sólo fructificarán algunas. Para ser tenido en cuenta es entonces necesario hacer la propia propuesta. En eso estamos y esperamos las suyas. |
|
Como
proponíamos en el editorial de agosto: es tiempo de comenzar a generar
moda.