En
el tacto superficial de una piel influyen en parte, el tipo y grosor de
las diversas capas aplicadas durante el acabado, pero de una forma muy
importante la última aplicación. Como agentes que modifican el tacto
superficial bastante específicos podemos considerar las siliconas, los
aceites y las ceras. No hay que olvidar que la mayoría de los productos
auxiliares que introducimos en un acabado modifican el tacto superficial
final del acabado de la piel
En la utilización de estos auxiliares debemos tener en cuenta sus
características de cargas inertes con la posible reducción de las
propiedades físicas del acabado.
El tacto puede ser: natural o cálido, ceroso, graso a
silicona, sedoso, plástico y pegajoso.
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TACTO
NATURAL O CALIDO: Tacto muy cálido, seco, liso y suave muy
similar al de la piel suave ablandada. En este caso se trata de
buscar productos que no modifiquen mucho el tacto de la propia piel.
Este tacto natural generalmente se consigue dando aplicaciones
ligeras de una mezcla equilibrada de productos proteínicos y en
especial de caseína, más o menos plastificada. Para los acabados
anapados la incorporación en pequeñas proporciones de alguna cera,
de punto de fusión medio o alto ayuda a conseguir un tacto más
agradable.
Tacto cálido pegajoso, no untuoso que es algo deslizante;
características que aumentan con la temperatura y se presentan en
artículos mates o semibrillantes.
Este tacto es el proporcionado por las ceras. Las ceras de tacto son
aquellas cuyo punto de fusión es bajo y por consiguiente son
blandas. Con el calor de la mano y a temperatura ambiente son
suficientemente plásticas para proporcionar este tipo de tacto.
Para incorporarlas a las formulaciones acuosas se utilizan las
emulsiones de ceras y para añadirlas a las formulaciones en medio
orgánico se utilizan soluciones de ceras en medio solvente.
La adición de ceras se realiza tanto a los aprestos proteínicos
como a las lacas nitrocelulósicas, aunque a veces también se
aplican solas. Para obtener un buen tacto ceroso será necesario que
las capas intermedias nos sellen bien la piel y que contengan ceras
a fin de intensificar el efecto. Deberemos tener en cuenta los
efectos secundarios tales como el mateado y quiebre blanquecino
además de la reducción de la adhesión y de algunas solideces.
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TACTO
GRASO: Es un tacto cálido y untoso, resbaladizo y con una
cierta tendencia a pegarse a la mano, normalmente se presenta en
artículos de aspecto mate o semibrillo.
El tacto graso se consigue aplicando grasas o aceites aunque
no necesariamente debe tratarse de un triflicérido. A veces
también se obtienen buenos tactos grasos por aplicación de
emulsiones catiónicas de ceras.
Por su forma de aplicación las grasas utilizadas pueden encontrarse
en emulsión acuosa o en medio solvente. Las grasas se pueden
aplicar juntamente con las lacas tanto si el medio es orgánico como
acuoso, obteniéndose excelentes resultados. Algunos tipos de
plastificantes de la nitrocelulosa proporcionan un tacto ligeramente
grasoso.
En algunos artículos como la napa de confección en que después de
aplicar la laca los cueros se bombean hasta lograr el tacto de piel
que se desee, es recomendable aplicar la grasa o producto graso al
final del proceso, después del abatanado. En este punto también se
consiguen tactos grasos satisfactorios mezclando con el modificador
de tacto una laca en emulsión, en bajas proporciones.
Aunque en general la utilización de estos productos conducirá a
mejorar la resistencia a los frotes y al calor conviene recordar que
los productos grasos en emulsión pueden disminuir la resistencia al
frote húmedo debido a la presencia de tensoactivos.
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TACTO
A SILICONA: Tacto frío, muy resbaladizo, deslizante y
antiadherente se puede aplicar en artículos brillantes o mates.
El tacto a silicona se consigue mediante la aplicación de aceites
de silicona. Estos son polímeros lineales del tipo:
Los compuestos de silicona permanecen líquidos a temperatura
ambiente, hasta que su peso molecular supera el valor
2.000.Prácticamente todos los productos utilizados en las industria
del cuero son lineales y líquidos, tales como los aceites de
silicona, mientras que los ramificados, tales como resinas y gomas
de silicona tienen otras aplicaciones.
Las propiedades físicas de la siliconas dependen del tipo y tamaño
del radical, que pueden ser grupos metilo, étilo, o más complejos,
de la proporción relativa del número de radicales al número de
átomos de silicio y dela configuración molecular del polímero, es
decir de si es lineal, ramificado y del grado de reticulación.
Son materiales muy inertes al ataque químico y presentan una gran
estabilidad térmica. Se utilizan en los acabado porque reducen la
adherencia a las placas de la prensa de planchar y porque aportan a
la piel un tacto deslizante o resbaladizo que es bastante frío.
Precisamente por este efecto conviene recordar que un exceso de
silicona puede conducir a serias dificultades en el apilado de los
cueros.
Su modo de aplicación de aplicación puede ser en emulsión o en
solución orgánica. Se aplica en el apresto final conjuntamente con
lacas o bien después del bombeado en una capa final de tacto
superficial. Las siliconas pueden enmascarar los ensayos de solidez.
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TACTO
SEDOSO: Tacto muy suave, liso y cálido que generalmente tiene
poco brillo. Para la obtención de este tacto no se dispone de
ningún producto específico que nos permita conseguirlo. Para ello
deberemos recurrir a la mezcla de los productos básicos que se
emplean para la obtención de los otros tactos. La palabra que
define este tacto es la palabra suave. Se puede lograr un tacto
suave utilizando una mezcla de ceras y siliconas, empleando una
mayor proporción de la primera; ayuda a alisar la piel un prensado
a baja presión y temperatura o bien pasando la piel por una
máquina de planchar de rodillos.
Para obtener este tacto es muy importante que el cuero a terminar
sea blando y tenga resorte.
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TACTO
PLASTICO: Es un tacto artificial y frío, que proporciona una
sensación táctil desagradable, algo rígido y gomoso pudiendo ser
de aspecto brillante o mate.
Este tacto corresponde al tacto frío y desagradable de las resinas
y lacas. Es decir cuando sobre la piel formamos una capa de resina
gruesa y continua que corresponde al tacto de un plástico. En
general cuando se hable de este tacto es para intentar evitarlo.
Para ello la capa de acabado debe ser lo más fina posible y ponerle
productos para que la capa de resinas sea discontinua, por ejemplo
ceras y caseína.
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TACTO
ASPERO: Es un tacto no deslizante, irregular y de superficie
rugosa. Se obtiene por un exceso de carga en relación al ligante,
por mala pulverización de las pistolas aerográficas y por
aplicación de una cantidad de dispersión muy reducida o
concentrada que no le permite formar una película uniforme sobre la
piel.
Normalmente deberemos evitar este aspecto. Para corregirlo existe la
posibilidad de alisarlo planchando a presión y temperatura. Los
acabados mates siempre tienen una tendencia a ser más ásperos que
los acabados brillantes.
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TACTO
PEGAJOSO: Con tendencia a ser adherente entre sí y a la mano
generalmente cálido. Este tacto lo proporcionan los productos
blandos y se favorece cuando se incorporan a la película final
aceites, grasas y plastificantes.
Un tacto pegajoso puede ser moda, no obstante en general no es
deseable. Para evitarlo se pueden añadir ceras de alto punto de
fusión y productos preteínicos que endurezcan el apresto.
MIGRACIONES:
Se debe procurar que el tacto superficial que se logra sea permanente,
es decir que tenga la misma intensidad recién aplicado que al cabo de
un cierto tiempo. Sin embargo, hay productos que presentan la tendencia
a migrar hacia el interior del cuero y al cabo de un cierto tiempo
desaparece su efecto superficial. Para evitarlo es necesario sellar la
superficie de la flor de forma que no puedan entrar en el cuero. A veces
también da buen resultado realizar una aplicación abundante en
previsión que una parte penetrará dentro de la piel.
Normalmente los tactos grasos, a silicona y el tacto pegajoso
desaparecen con tiempos largos de almacenaje por problemas de
migración, mientras que el tacto natural, ceroso, plástico y áspero
acostumbran a ser mucho más permanentes.
José
María Adzet
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