La firma de capitales alemanes juntó en San José la curtiembre y la confección para mejorar su productividad, exporta la totalidad de su producción a Europa, Estados Unidos y Japón.

Proceso completo: El cuero ingresa en Toryal y sale la prenda terminada.

Como parte de un plan estratégico, la curtiembre de capitales alemanes Toryal SA unificó las áreas de curtiembre y confección en el departamento de San José buscando una mejor productividad.

Esta es una de las últimas etapas de un plan a largo plazo que la empresa —perteneciente al grupo alemán Christ, dedicado a la confección y venta de prendas de cueros— se trazó cuando se instaló en Uruguay en 1982. El plan de inversiones incluía el montaje de una curtiembre propia primero y la unificación de todo el proceso (desde la recepción de cueros hasta el taller de confección) en un único predio, después.

En todo este proceso de 13 años la compañía invirtió un total de US$ 17 millones, sin contar la cifra para el tratamiento de los efluentes, que es de US$ 2,5 millones.

La curtiembre que opera en Uruguay es la única que la compañía tiene en el mundo y abastece a las plantas de confección que el grupo tiene en Alemania y Filipinas. En Argentina hay una pequeña curtiembre que no hace el proceso completo.

Las aproximadamente 50.000 prendas que se producen anualmente en Uruguay se exportan básicamente a los países de la Unión Europea y algo a Estados Unidos, Canadá, Japón y Rusia.

Christ tiene una casa propia en Alemania donde vende su mercadería y, además, corners en varias tiendas europeas.

Desde Alemania también llegan las colecciones de cada temporada vía e-mail a las oficinas de Montevideo.

Los inicios

La compañía de origen alemán —dedicada a la confección de prendas de cuero de abrigo exclusivamente para la exportación— se instaló en Uruguay en 1982, con el nombre Milton SA.

La empresa pertenece al grupo alemán Christ, especializado en la confección y venta de cueros de distinto tipo.

Inicialmente a nivel local sólo se realizaba la confección, abasteciéndose de cueros procesados por varias curtiembres locales. En 1987 resuelve la construcción de una curtiembre propia que fue inaugurada en 1988 en el departamento de San José.

Otro de los motivos por los cuales los inversores optaron por Uruguay fue que en el país es posible la recolección de corderitos (cuero de la oveja que nace y que muere de muerte natural en las primeras 24 horas). Dadas las dimensiones de las estancias uruguayas la recolección de corderitos se hace posible mientras que en otros países esta tarea resulta muy costosa.

Del total de cueros que pasan cada año por la curtiembre, el 40% son de corderitos. Como la producción de estos cueros cayó sensiblemente —se llegaron a recoger unos 3 millones de cueros por año y hoy en día se juntan unos 700 mil— la empresa debe complementar con cueros importados. El cuero de corderito también llega de Nueva Zelanda y Australia mientras que las napas se importan de Argentina, Chile y China.

La empresa recibió de manos del BROU el premio de mayor exportador de prendas de cuero durante 1999 y el de mayor crecimiento porcentual de las exportaciones del mismo año.

Hay dos nuevas líneas de productos que se están comenzando a fabricar en la planta. Una es la de productos medicinales (mantas de cuero y protectores que facilitan la recuperación después de alguna enfermedad), la otra es la confección de artículos para la equitación.

Una curtiembre, una planta de confección y un edificio como pocos

En una superficie edificada de 20.000 metros cuadrados se levanta un moderno edificio de tres pisos, una curtiembre y un taller de confección. Todo súper organizado, oficinas impecables, mesas donde se cortan los moldes que se reciben por e-mail, un taller de confección en el que se puede apreciar paso a paso el proceso de elaboración de las prendas (desde la recepción de cueros hasta la ubicación en los mismos contenedores que llegan a los distintos países de la Unión Europea). Todo aquel que ingrese por primera vez dudará de estar pisando territorio uruguayo. Pero sí, está en Uruguay. Más precisamente en el km 34 de la ruta 1 vieja, en San José.

El tratamiento de los efluentes de la curtiembre es un capítulo aparte. La intención final de todo el proceso es recuperar el agua que se usa en la curtiembre para volver a usarla. Por día se consumen 1.200 metros cúbicos de agua. Se separa el efluente libre de cromo de los que contienen cromo. El efluente con cromo se trata y parte se envía al proveedor de cromo para que la trate y vuelva a la curtiembre. El libre de cromo se filtra, se oxigena y pasa a un puente barre lodo, luego se precipita. El agua restante recibe un tratamiento biológico que consta de tres lagunas.

Fuente: El Observador Uruguay