MODELOS DE VERANO

En general, todos los modelos clásicos pueden adaptase como zapatos de verano con aireación si el zapatero utiliza piel fina o por ejemplo, confecciona determinadas partes de la zona superior con piel trenzada. Sin embargo, un zapato de verano elaborado según las reglas más estrictas del calzado clásico no está pensado sólo para una estación. En el clima europeo, puede llevarse durante más tiempo que un zapato de confección industrial, que sólo resiste su uso durante unos meses.

Sorprendentemente, en el calzado de verano son más populares las tonalidades oscuras que las claras.

Este Oxford con el clásico dibujo de las perforaciones se convierte en un zapato de verano gracias a la piel con que ha sido confeccionado: la piel fue acondicionada para que resultara muy suave y no se le aplicó coloración alguna para que conservara su tonalidad natural.

La ornamentación de este clásico modelo Blucher consiste en una empella trenzada que contrasta con los laterales lisos. La piel trenzada permite mucha más aireación que la piel lisa más fina. El material se corta en tiras de 3 a 5 mm. de anchura. La mitad de ellas se cuelgan paralelamente en una estructura parecida a un telar; a continuación, el zapatero entrelaza el resto en ángulo recto: primero por encima y luego por debajo de las tiras verticales (podría decirse que teje la piel). De este modo consigue una superficie trenzada de patrón cuadrado. Cuánto más estrechas las tiras, más atractivo el efecto.

Los agujeros practicados en la piel de la pala de este modelo Blucher garantizan una aireación del 100%. En el modelo de la fotografía, la puntera y las orejas permanecen lisas, mientras que el resto presenta grandes perforaciones con una función estética parecida a la del brogueing, que además permiten la aireación. Los agujeros están ordenados en un patrón geométrico sistemático fijado por el diseñador. La separación entre las perforaciones de 3 mm. de diámetro es de 1,5 cm. y forma una especie de red. En este modelo de verano, la piel de la parte superior y la del forro han sido punzonadas conjuntamente. El forro ofrece a la pala la consistencia necesaria.

Actualmente, las sandalias no representan ningún símbolo de posición social como en la antigüedad. Son, ante todo, cómodas, puesto que resultan muy agradables en días calurosos. El modelo de la fotografía conserva algunos elementos del calzado clásico  masculino: la puntera y el contrafuerte del talón son cerrados y lisos para que los prendederos de distinto grosor destaquen más (especialmente el que se extiende hasta la parte más alta del empeine). Esta sandalia es una variante típica del Monkstrap: el prendedero es una prolongación de la cañeta y se sujeta con una hebilla. Para el diseñador, la funcionalidad era muy importante, aunque consiguió hacer especial la sencillez de su modelo.

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