EL ZAPATO DE VIRACOSIDA |
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LA COSTURA En el caso de los zapatos de vira cosida, la primera costura que se realiza es la que une la pala y la palmilla. Se trata de una costura invisible desde el exterior. Resulta especialmente importante que la disposición de los puntos sea compacta y regular, algo crucial para garantizar la solidez del zapato. Las piezas que se exhiben en los museos de calzado de todo el mundo demuestran que, con el paso del tiempo, las costuras realizadas con precisión han cobrado una importancia cada vez mayor. No es extraño que algunos zapatos con siglos de antigüedad presenten la piel desgastada y quebrada, mientras que sus costuras, por el contrario, se encuentran en un estado inmejorable. Para coser la vira se necesitan dos agujas para vira. Para facilitar su trabajo, el zapatero caliente sobre una llama las agujas rectas, de 8 cm de longitud y con un diámetro de 0,5 a 0,8 mm, y las curva ligeramente en arco con unas tenazas. A continuación, calienta el cabo impermeabilizado con cerote, lo enhebra y prepara la lezna, el punzón y la bisagra de asentar para los próximos procedimientos. Con la lezna, practica el agujero por el cual pasará el cabo sujeto a la aguja. El zapatero debe coser con rapidez para que el cerote del cabo calentado no se enfríe de nuevo. Para que la costura resulte regular, un buen zapatero debe confiar en su buen ojo y en los miles de puntos realizados anteriormente. El zapatero controla
que los cabos orientados en direcciones opuestas queden uno junto a otro y no
uno dentro de otro. Para coser la vira, el zapatero necesita dos agujas rectas de
8 cm de longitud. |
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