Alma Española
Madrid, 17 de enero de 1904
Año II, número 11
página 7

Pío Baroja
Silverio Lanza

Hay en Jetafe un hombre misterioso, que vive en una casita baja de la calle de Olivares.

A primera vista este hombre no tiene nada de extraordinario; es de mediana estatura, fornido, ancho de hombros; parece un buen burgués que, cansado de la vida ciudadana, se ha retirado a una aldea.

Pero hablad con él e inmediatamente quedaréis sorprendido, lleno de asombro, mareado. Experimentaréis al oírle la sensación de lo extraño.

¿Hay nada más extraño que un hombre de gran talento?

Silverio Lanza, por R. Baroja
Silverio Lanza
Retrato de R. Baroja

Los ojos de este hombre brillan con una luz fosforescente; su conversación es una serie de saltos, de cabriolas, de ideas que aparecen y desaparecen, tan pronto cómicas como profundas. Este hombre, el ingenio más frenético y más desarreglado de nuestra época en literatura se llama Silverio Lanza; en la vida don Juan Bautista Amorós.

He hablado con hombres de talento, he conversado con Eliseo Reclus, con Pi Y Margall, con Salmerón, con don Juan Valera, con Galdós, con Benavente; ninguno me ha producido el asombro, la admiración que me ha producido Lanza. Su cerebro es un hervidero de ideas y de paradojas; un bullir continuo de proyectos, razonados unos, ilógicos los otros, de planes políticos, sociales, mercantiles, de toda clase.

Y este hombre, ¿qué es? ¿Es un literato? ¿Es un filósofo? Sobre todo, y por encima de todo, es un pensador de una originalidad violenta, de una independencia huraña y salvaje.

Es el más anarquista de todos los escritores españoles contemporáneos.

Ha escrito mucho. Yo recuerdo ahora mismo: El año triste, Mala cuna y mala fosa, Noticia biográfica acerca del excelentísimo señor marqués del Mantillo, Ni en la vida ni en la muerte, Desde la quilla hasta el tope, Artuña y varios tomos de cuentos.

Yo escribiré algún día una crítica de las obras de este ingenio peregrino, y trataré de hacer un resumen de la filosofía de Silverio Lanza, que es, a mi modo de ver, de las más audaces, de las más atrevidas que se han expuesto en el mundo.

La filosofía de Lanza es una forma pintoresca de un nihilismo trascendental.

¿Cómo se explica el alejamiento del público de un escritor tan original y tan fecundo como Lanza? ¿Es por modestia del autor? No. Lanza no es modesto. Sabe que tiene mucho talento, y sólo los tontos poseen esa dulce cualidad de la modestia.

La explicación de la falta de popularidad de Silverio Lanza es cuestión de densidades.

El público español ahora, y más cuando apareció Lanza, era un publiquito para folletines de La Correspondencia, para el Madrid Cómico y la Gran Vía; Silverio era denso para sobrenadar en este mar de ñoñería: su barca tenía demasiado lastre y se fue al fondo. ¿Cuándo saldrá a flote? No sé. Quizá le pase a sus obras como a las de Stendhal, como a las de Schopenhauer, como últimamente, entre nosotros, a los libros de Ganivet.

Ganivet tiene muchos puntos de semejanza con Juan Bautista Amorós: son los dos escritores de una misma índole, paradójicos, contradictorios, en discordancia completa con el momento histórico en que nacen y con la sociedad que les rodea. Los trabajos de Pio Cid son la equivalencia de Artuña; pero mientras Ganivet, en medio de su paradojismo, sabe conservar una cierta ponderación que le hace fácilmente accesible a un público reducido, Lanza va abiertamente en contra de toda tradición, de toda medida y de toda regla.

Los dos, Lanza y Ganivet, no han conocido aún los favores de la crítica ni del público, pero una reacción va iniciándose en la juventud presente, que hará que estos grandes desconocidos sean al fin los triunfadores.

Pío Baroja

<<< >>>

www.filosofia.org Proyecto filosofía en español
© 2001 www.filosofia.org
Alma Española 1900-1909
Hemeroteca