La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto Filosofía en español
Grupos de discusión filosófica
Antropología
Recopilación de cartas
26 a 50
0026 03abr1997 / David Alvargonzález / Demarcación Ciencia Filosofía
0027 03abr1997 / Concepción Martínez / Mas vueltas sobre bosquimano
0028 04abr1997 / Alfonso López / Sincretismo
0029 04abr1997 / Javier Pulido / Re: Sincretismo
0030 04abr1997 / Felipe Giménez / Presentación
0031 07abr1997 / Xavier Allué / El nombre de los otros
0032 07abr1997 / Pedro Belarmino / Relativismo militar
0033 07abr1997 / Felipe Giménez / Bañolas
0034 08abr1997 / Ana Luisa Valdés / Re: Bañolas
0035 08abr1997 / Felipe Giménez / Bañolas2
0036 08abr1997 / Enrique Santos / ¿Salvajes?
0037 08abr1997 / Felipe Giménez / Salvajismo
0038 08abr1997 / Ana Luisa Valdés / Sobre Bañolas y lo salvaje
0039 08abr1997 / Enrique Santos / Salvajes y civilizados
0040 09abr1997 / Ana Luisa Valdés / Re: Bañolas2
0041 09abr1997 / Felipe Giménez / Irracionalismo iberoamericano
0042 09abr1997 / Felipe Giménez / Relativismo
0043 09abr1997 / Emiliano Fernández / Dos preguntas a Felipe
0044 09abr1997 / Lizardo Tavera / Re: Irracionalismo
0045 09abr1997 / Ana Luisa Valdés / Re: Irracionalismo
0046 09abr1997 / Jorge Sosa / El español «salvaje»
0047 09abr1997 / José Joaquín Narvaez / Re: Irracionalismo
0048 09abr1997 / Andrés Huguet / Re: Irracionalismo
0049 09abr1997 / Enrique Santos / ¿Escoger la cultura?
0050 10abr1997 / Ana Luisa Valdés / A la lista

Antropología 0026
Fecha: Jueves, 03 Abril 1997 11:41:30 +0200 (METDST)
De: David Alvargonzález / dalvar@pinon.ccu.uniovi.es
Título: demarcación entre ciencia y filosofía

Estimados compañeros,
Mi nombre es David Alvargonzález y soy profesor de filosofía de la Universidad de Oviedo. Interrumpo la animada discusión sobre el museo de Bañolas para retomar un asunto de carácter más teórico suscitado por la lectura de una de las misivas del Sr. D. Javier Pulido. El Sr. Pulido ha hecho una afirmación que me ha llamado poderosamente la atención: dice que la distinción entre ciencia y filosofía le parece aberrante. El tema puede parecer muy alejado respecto de las otras cuestiones discutidas pero, sin embargo, parece que afecta directamente al modo de concebir la antropología misma y, por tanto, puede afectar también a muchas de nuestras ulteriores discusiones. ¿Sería tan amable el Sr. Pulido de exponer y argumentar sus posiciones en este punto?

Un saludo muy cordial,
David Alvargonzález / Departamento de Filosofía
Universidad de Oviedo / Campus de la Vega / 33071 Oviedo (España)
dalvar@pinon.ccu.uniovi.es


Antropología 0027
Fecha: Jueves, 03 Abril 1997 13:53:51 +0200 (MET DST)
De: Concepción Martínez / chitty@arrakis.es
Título: Mas vueltas sobre el bosquimano

Hola a todos los miembros de la lista, me llamo Concepción Martínez y sigo muy interesada vuestro debate sobre el guerrero bosquimano disecado en el museo de Bañolas.

De vuestras últimas intervenciones se desprenden algunos apuntes que merecen la pena ser comentados, siempre dentro de mis pobres posibilidades, pues mi dedicación profesional no es la antropología sino la medicina (aunque siento una gran cercanía con los temas que se discuten en esta lista).

Sobre la polémica de si el bosquimano debe o no debe estar en un museo tengo que hacer notar, y en esto estoy en completa sintonía con lo mencionado por el señor Belarmino, que no podemos dudar de valor como «objeto» histórico-museístico; otro tema distinto es la pertinencia o no de su exhibición en la actualidad.

Tiene también un gran interés sociológico el enorme revuelo que ha causado (entre los progres bienpensantes) la polémica del guerrero, y creo que merece la pena subrayar las posibles causas del mismo; por un lado el bosquimano es negro (sin ánimo de ofender) y desde la óptica de lo políticamente correcto hay una especial sensibilidad hacia cualquier menosprecio por la gente de color, aunque también hay que señalar que un oficial inglés disecado no tendría mucho éxito por ser poco exótico.

Por otro lado no parece que esté muerto, sino en actitud fiera y amenazante lanza en ristre (es decir aparenta estar vivo), y esto, que puede sonar una bobada, es de suma importancia pues los demás cuerpos que se pueden admirar en los museos no, y me explico; las momias que se pueden observar en el Museo de Londres o en el Museo Arqueológico nacional están en sus sarcófagos con apariencia tranquila (como deben estar los muertos), los restos de antepasados prehistóricos yacen en sus enterramientos tal y como suponemos debían estar, el caso del bosquimano es distinto, pues no se le ha concedido el merecido descanso en el lugar que le corresponde, desde nuestra óptica occidental el alma del bosquimano no ha encontrado el descanso sino que sigue siendo torturada para mayor gloria científica.

No nos engañemos con argumentaciones sobre la pertinencia de tener o no un ejemplar humano disecado en un museo, pongamos que la única diferencia entre un museo y un cementerio es que en un museo la gente puede verlo previo pago de una entrada, y en un cementerio necesita la orden de un juez; si el bosquimano estuviese en el museo en un enterramiento típico del Kalahari no se hubiese armado tanto alboroto, porque el museo sería una especie de prolongación del cementerio donde -supuestamente- debería estar, y su alma descansaría en paz.

Un saludo para todos. Concepción Martínez.


Antropología 0028
Fecha: Viernes, 04 Abril 1997 07:30:14 +0100
De: Alfonso López Borgoñoz / borgonoz@nexus.rednsi.com
Título: Sincretismo y platillos volantes

En relación al tema que plantea Xavier Allué sobre sincretismo, creo que podría ser interesante el comentar un poco el caso del reciente suicidio en masa de una secta en San Diego, los cuales mezclaban creencias ufológicas, con un cierto misticismo, reencarnación, &c.

Aunque los fenómenos de sincretismo religioso son conocidos y en los mismos unos ciertos conocimientos pseudocientíficos se pueden usar en un contextos claramente místicos, un campo donde ello se ve muy claro -en la actualidad- es en el estudio del surgimiento de sectas relacionadas con un cierto culto a los seres de otros mundos que, en este caso, no son espíritus propiamente, sino que son extraterrestres espirituales.

En estas religiones, lo espiritual (como hasta ahora era entendido) se percibe de un modo diferente, como seres más avanzados que nos han de ayudar en nuestro tránsito a una vida mejor. No existe un Dios o espíritus claros, sino que lo extraterrestres ocupan su lugar.

La verdad, no lo tengo muy pensado, pero si se que este tipo de sectas (o religiones) con este tipo de pensamiento está aflorando en los EE.UU., principalmente, aunque tienen ramas por todo el mundo (la cienciología podría ser una de ellas).

Alfonso López Borgoñoz


Antropología 0029
Fecha: Viernes, 04 Abril 1997 09:05:30 -0800
De: Javier Pulido Biosca / fjpulido@dns.moomsa.com.mx
Título: Re: Sincretismo y platillos volantes

Bueno, personalmente creo que esto de los suicidios masivos justificados en espiritualismos castrantes y en fantasías ufológicas son muy californianos...

Incluso el tipo de sincretismo que se da, que tiene que ver con esas derivaciones de la cienciología, suena más a caricatura de Walt Disney que a un auténtico interés religioso.

Creo que la situación es efecto de la vacuidad que padece la humanidad actual, sobre todo en esos países que se ostentan como «desarrollados» y donde las raíces antiguas y el apego a la tierra han sido completamente eliminados para dar paso al consumismo y las fantasías.

Javier Pulido Biosca


Antropología 0030
Fecha: Viernes, 04 Abril 1997 19:33:28 +0100
De: Felipe Giménez / fgimenez@mx2.redestb.es
Título: presentación

Queridos contertulios:

Me presento. Soy Felipe Giménez Pérez, profesor de Filosofía de Instituto en Leganés (Madrid). A ver qué tal avanza la discusión.

Atentamente, Felipe Giménez Pérez


Antropología 0031
Fecha: Lunes, 07 Abril 1997 09:16:29 +0200 (METDST)
De: Xavier Allué Martínez / xallue@nil.fut.es
Título: El nombre de los otros

Los motivos para llamar militar al bosquimano de Banyoles
Los nombres de las otras culturas / Xavier Allué

Quizá fueran los romanos, que dejaron que la designación de los extranjeros adquiriese el tinte peyorativo de la palabra bárbaro. O es posible que todas las lenguas incluyan ese tinte para los de las otras culturas. La otredad, cuando resulta agresiva, cuando representa un nivel de cultura demasiado extraño, se considera peor que la propia.

Cuando no hay «otros» es posible librarse del prejuicio. Los inuit del Artico tienen una única palabra para nombrarse ellos y para decir «hombre», «ser humano». En su entorno no había nadie más. No había extraños, extranjeros.

Cuando los otros, los extranjeros, se abalanzan sobre nuestra civilización y la destruyen, reclaman el nombre de bárbaros y sus hechos son barbaridades.

Contrasta eso con las culturas benéficas, capaces de acoger al extranjero como fenómeno curioso, aceptarlo como tal y deseosas de integrarlo. Y también con el papanatismo postcultural de los decadentes que interpretan que todo lo que viene de fuera tiene patente de calidad, aunque probablemente eso no sea más que una respuesta a la opresión y a las fronteras y un efecto secundario del contrabando.

Los antropólogos sólo han conseguido superar la impronta evolucionista del pasado siglo poniéndole unas comillas al adjetivo «primitivos» cuando se refieren a otras pueblos que no utilicen la escritura. Y para remachar la diferencia despectiva han aceptado de los conquistadores y cronistas de Indias toda una taxonomía discriminativa y, a menudo, racista.

Una referencia en el suplemento de cultura de un rotativo nacional llama la atención sobre este hecho culpando a los medios de comunicación. La culpa es más lejana. Los mismos guionistas de cine han tomado los términos de los historiadores que, a su vez, también se los cedieron a los antropólogos.

El dirigente de un colectivo de una sociedad primitiva, como es un bárbaro, cuando no un salvaje, es como mucho «jefe». Nunca rey, príncipe o gobernador. A menudo «reyezuelo». O también «cacique», nombre que tenía una desaparecida sociedad caribeña caracterizada por un fraccionamiento de la autoridad. Ahora cacique es el que manda en un grupo social de tamaño reducido sin soporte democrático.

El responsable de la salud y, cuando la salud es un don, de actuar como intermediario con los poderes desconocidos que controlan el don, es el «brujo», el «hechicero». Aunque sus conocimientos no escritos incluyan una variadísima farmacopea y sus habilidades quirúrgicas superen las de muchos galenos. «Medicine man» («Hombre-medicina») dicen en inglés. Nunca se le llama doctor, médico, sanitario, físico (en inglés los médicos son eso, «physicians») o sanador. Como mucho, si se comprueba su capacidad para curar, es «curandero». Y si su vertiente religiosa es la más aparente puede ser un «druida» o quizá «sacerdote». Pero no eclesiástico o religioso. Ni mucho menos obispo.

Los individuos armados que, la mayor parte de las veces lo están por razones cinegéticas, no son cazadores ni encargados de intendencia. Son «guerreros» o, haciendo una concesión a su arrojo, «bravos». Nunca son soldados, militares o, sin eufemismos y ahora que los ejércitos del «1984» orwelliano están encuadrados en el Ministerio de Defensa, defensores.

En la interpretación de las culturas nativas de Norteamérica la agresión a su identidad se ha extendido a la traducción literal de los patronímicos. La confusa cruzada que fue la «conquista del oeste» norteamericana, al coincidir con el auge de los medios de comunicación periodísticos de la segunda mitad del siglo XIX, faltó totalmente al respeto a las culturas que iba gradualmente laminando con un esfuerzo sistemático traductor no exento de menosprecio. Tatanka Latanka, eufónico epónimo, fue siempre un «Toro sentado», aunque en realidad los únicos toros conocidos por los Sioux Lakota eran los machos de búfalo y, más bien, sería Bisonte o Búfalo Descansando.

Ta-Sunko-Witko es un nombre extranjero para todas las lenguas del mundo menos el Oglala. Es el nombre de un militar victorioso que doblegó a invasores mil veces más poderosos y mejor armados y cuya victoria es más conocida popularmente en todo el mundo que Cannas, Calatañazor o Austerlitz.

Pero su nombre traducido es ahora el de una cabaret parisino y despierta imágenes de champagne, globos y chicas desnudas. Poco serio y alejadísimo de la realidad de un defensor de la patria de sus abuelos. «Crazy horse», «Caballo loco», venció al 7° Regimiento de la Caballería de los Estados Unidos de América a las orillas de río Little Bighorn, la mañana del 25 de junio de 1876. Pero el adjetivo «loco» tiene en oglala unas connotaciones diferentes también a las nuestras pues «loco» es el poseído por los espíritus y no necesariamente las del psicópata o el orate. Si en los poblados sioux de las reservas la economía diera para ello y la cultura lo favoreciera, en mitad de la plaza figuraría Ta-Sunko-Witko en una estatua ecuestre de bronce.

En cambio nadie ha traducido el nombre del general que dirigió el desembarco en Normandía de la II Guerra Mundial como «El que blande el hierro» por más que sea eso lo que Eisenhower significa en alemán. O como «el que agita la lanza» al insigne bardo que nos dió Hamlet y El rey Lear pues eso es como se traduce literalmente Shakespeare.

El antropólogo moderno, el dedicado al estudio de las sociedades complejas y, dueñas de su escritura, lo son también de su lengua, suele y puede ser más respetuoso pues son culturas más próximas a la suya. Aún así hay que evitar los arquetipos, las simplificaciones y los prejuicios. Que son muchos.

Bibliografía
1. Smith PC, en Millán JA «El Cadillac de Jerónimo», Babelia. El País, Madrid 15 octubre 1994, pp. 24.
2. Gwinn RP. The New Encyclopaedia Britannica, 15th Ed. Chicago 1992, vol. 3, pp. 719.

Xavier Allué / Cadernera, 96 / Boscos de Tarragona / 43007 Tarragona (España) / xallue@tinet.fut.es


Antropología 0032
Fecha: Lunes, 07 Abril 1997 19:16:56 +0200
De: Pedro Belarmino / pbelarmino@arrakis.es
Título: Relativismo militar

Amigos de la lista,

Xavier Allué nos regala con una hermosa relación que pretende explicar los motivos por los cuales, según él, puede llamarse «militar» al bosquimano de Bañolas. Su exquisito relativismo cultural le hace dudar de los nombres de las otras culturas, pero sus incursiones filológico etimológico semánticas, más o menos conocidas y trilladas, no hacen más que cortejar cierto escepticismo nominalista que, la verdad, no me ha convencido sobre la pertinencia de llamar «militar» a la persona más ilustre de Bañolas, el bosquimano disecado que conserva el Museo Darder y que algunos redentores de la injusticia universal no saben si devolver a Botswana (¡otro africano deportado de Europa!), dar cristiana sepultura o incinerar de forma vergonzante.

Conste que a mi lo que hagan con el bosquimano me trae sin cuidado. Que pase lo que tenga que pasar. Lo que ya no me trae sin cuidado son los argumentos de que se sirven quienes quieren cercenar la gloriosa existencia de esa reliquia documental, eliminarla como si nunca hubiera sido... o darle reposo en tanto se produce la reencarnación con su blanca alma en pena, para que pueda gozar la vida eterna a la diestra del Padre, que sin duda le tendrá reservado lugar de honor en el paraíso que compensará su agitado paso por este valle de lágrimas.

Y me interesan los argumentos para, dada su pobreza, poder por ejemplo devolvérselos a los de Bañolas reclamando ahora la paz eterna para la no menos famosa mandíbula encontrada allí en 1887, hace un siglo y una década.

¿Qué clase de demagogia es esta de enarbolar la bandera del bosquimano y olvidarse del drama que supone la mandíbula de Bañolas? ¿Qué triste vida eterna cabe augurar al propietario de aquella mandíbula, quizá el representante más auténtico de la genuina identidad bañolense, el único de sus habitantes que desde el paleolítico inferior sufre en silencio la incompletud de su ser? Es urgente incinerar la mandíbula de Bañolas, por lo menos antes de que Federico Mayor Zaragoza proponga devolverla a Neandertal.

¿O acaso no tenía alma el de Bañolas (el de la mandíbula), o es que no merecía todavía llamarse hombre?

Pero volvamos a la hermosa epístola de Allué. Podría ser comentada párrafo a párrafo, pero sería algo cansado y aburrido, por lo que pellizcaré algunos asuntos para terminar exponiendo la que parece ser divergencia fundamental entre nuestros planteamientos.

Recuerda Xavier la conocida «exclusividad» de los inuit del Artico, que solo tienen un término para nombrarse a ellos, pues no conocen extranjero alguno.

Ahora bien, Allué asume la interpretación tradicional: que con esa única palabra con que se llaman a sí mismos los inuit quieren decir «hombre», «ser humano». Esto se ha repetido muchas veces. Ahora bien, ¿de verdad alguien cree que un inuit está diciendo no sólo «hombre», por respecto a animales no humanos por ejemplo, sino nada menos que «ser humano»?

¿Acaso el propietario de la mandíbula de Bañolas podía dejar de pensar que era un «ser humano»? Con todos los respetos, ni siquiera el bosquimano.

Hay que tener despiste o mala fe para suponer tanto. Como el inuit, el pobre, sabe que es un «ser humano», aunque ignore, ¡que inocente candidez!, que hay otros «seres humanos», que además son malvados, sabe también que ese «ser» no existe porque sí, sino que ese ser viene de algún sitio y, ¡bingo!, un ejemplo más de la encantadora presencia de la idea de Dios en todos los pueblos de la tierra, pues al fin y al cabo somos todos hijos de Adán y Eva, y todas esas cosas.

Suponer que el inuit conoce que es un «ser humano» es creerse que Hayy en efecto, en su isla desierta, llega solo por observación de la naturaleza a deducir la existencia de un motor exterior a él e incorpóreo, como narra la novela apologética de Abentofail, un andaluz de Guadix del siglo XII, «El filósofo autodidacto».

Es obvio que no es Allué responsable de estas «ingenuidades interpretativas» pro domo Vaticana, pero no conviene olvidar que, precisamente porque unas culturas son más potentes que otras, en el sentido de que la cultura no-inuit que descubrió a los inuit sabía que no eran el único pueblo de la tierra (y no a la viceversa), son estas culturas más potentes las que contaminan enseguida lo que tocan, aprenden o escuchan, reinterpretándolo a sus categorías. ¿Será alguien tan ingenuo de seguir creyendo que la sorprendente presencia de la trinidad en el Popol Vuh no se debe a la mano del dominico «que se limitó a copiar» lo que le decían unos indios que nunca habían subido a un carabela (es decir, que no podrían haber descubierto ellos Europa)? Pero, ¿cualquiera les dice nada a quienes blandiendo tal manipulación, iluminados por el poema que da identidad y sentido a su ser cultural propio, buscan liberarse del yugo europeo, y encima hablando español?

Pero concretemos para facilitar el debate posterior, evitando caer en el confusionismo propio del bondadoso relativismo neo krausista y armónico.

No es sólo cuestión de nombres. No cabe equiparar médico, curandero, sanador, brujo o hechicero porque todos ellos sean «responsables de la salud». La cuestión no tiene que ver con los resultados en la salud del paciente, ni con los éxitos ni con los exitus: un algebrista puede reducir una descomposición ósea mucho mejor que un médico recién licenciado, un curandero podrá saber mucho más de plantas y remedios que un boticario adocenado, un chamán podrá ejercer mucho más influjo psicosomática que la misma Virgen de Lourdes y de Fátima, sanadoras ellas, juntas. No es ese el asunto. Lo que le da superioridad infinita a un médico que efectivamente lo sea respecto de un hechicero sabio en drogas y remedios prácticos, lo que hace que la cultura del médico sea más potente que la del hechicero, es la capacidad que puede tener el médico para comprender racionalmente los mecanismos que provocan las curaciones del hechicero, pero nunca la viceversa (a no ser que nuestro hechicero haya estudiado medicina, que los hay, pero entonces habrá dejado de ser ya hechicero: se aproximará al dominico que adaptó el Popol Vuh).

La peculiar justicia histórica reinterpretativa de Allué le lleva a decir nada menos que Ta-Sunko-Witko fue «un militar victorioso que doblegó a invasores mil veces más poderosos y mejor armados», comparando su hazaña con Cannas, Calatañazor o Austerlitz. Hombre, tampoco hay que pasarse: el general George Armstrong Custer era un poco cutre, todos lo hemos visto en las edulcoradas películas yankis (me parece que ni sioux ni cheyenes han hecho películas sobre el asunto), y el cepillarse a 264 yankis no fue para tanto (por cierto cuando más murieron no fue la mañana de 25 sino la noche del 25 al 26 de junio de 1876). Para los gringos aquello fue un revulsivo, que les sirvió para asesinar sin piedad a los que se habían aprovechado de la superioridad coyuntural, y en su proceso de magnificar el asunto han declarado nada menos aquel lugar como Little Bighorn National Battlefield (donde por lo menos hay seis mentiras: ni pequeño, ni grande, ni horn, ni nacional, ni batalla; pase lo de field, o sea, un prado donde el jefe indio y los suyos escorrieron a los del séptimo de caballería).

Por favor, no confundamos las cosas: los sioux y los cheyenes coaligados no «doblegaron a invasores mil veces mas poderosos y mejor armados»: los sioux y los cheyenes hablan hoy inglés y conservan en las reservas algunos tipismos muy entretenidos que les permiten vivir del turismo y a los antropólogos jugar un poco, una vez que los salvajes ya han desaparecido y sólo les queda o hacer antropología de los grupos marginales del entorno, en competencia con sociólogos y demás ralea, o reducir su saber al que se puede alcanzar desde un cómodo despacho. No fueron ni militares victoriosos ni militares vencidos.

Respecto a lo de levantar una estatua ecuestre en bronce en la reserva sioux le diré a Allué que, cuando esos hijos de los Estados Unidos recuperen su identidad cultural perdida, que quizá acaben haciéndolo con la colaboración de varios antropólogos y teólogos de la liberación, tampoco levantarán estatua ecuestre alguna, porque habrán descubierto que el caballo no pertenece a su cultura, y nunca faltará algún teórico sioux formado en la Universidad de Dakota, que con el espíritu de Wounded Knee y algún afrancesamiento vergonzante, sostenga que el principio del fin comenzó cuando se adoptó el caballo, artículo exótico, inicio de todos los males.

Aunque ese teórico supuesto, militante del AIM, American Indian Movement, no dudará en tomar un jet para desplazarse a conversaciones internacionales en Ginebra y lograr que se revisen los tratados (equivalentes a las baratijas y cuentas de cristal del XVI) que firmaron con el gobierno norteamericano.

¡¡¡ Y todo esto nuestro bosquimano sin saberlo !!!

Pedro Belarmino / pbelarmino@arrakis.es


Antropología 0033
Fecha: Lunes, 07 Abril 1997 21:08:03 +0200
De: Felipe Giménez / fgimenez@mx2.redestb.es
Título: Bañolas

Estimados contertulios:

La cuestión sobre el bosquimano disecado no me parece que tenga una difícil solución. Mi doctrina es que el bosquimano debe seguir expuesto en el museo para que lo admiren las generaciones venideras y sepan qué es el salvajismo. Los antropólogos lo necesitarán para ampliar su saber. También Jeremy Bentham está disecado en la Universidad de Londres y no pasa nada.

Podemos disecar a muchos hombres siempre que les pidamos permiso. El bosquimano ya estaba muerto y entonces se le disecó para que el mundo admirara a un salvaje. ¿Qué más da que sea militar o civil? Eso es una cuestión baladí. Lo que dice Federico Mayor Zaragoza es una pijada progresista hipócrita. Lo que daña la dignidad humana es la desigualdad social y económica, la explotación y la opresión, no que un salvaje situado a 40 siglos de nosotros esté disecado y expuesto a la vista del público en un museo de Bañolas (Gerona).

Atentamente, Felipe Giménez Pérez


Antropología 0034
Fecha: Martes, 08 Abril 1997 12:49:42 +0200 (METDST)
De: Ana Luisa Valdés / agora@algonet.se
Título: Re: bañolas

Lo interesante, estimado Felipe, es que ese «salvaje» es uno de nosotros, lo que nos hace a todos ponerle tanta «pasión» al tema, es no la lejanía histórica del bosquimano con nosotros y sus diferencias, sino justamente su parecido con nosotros. ¿Quien puede hoy llamar salvaje a otro? El bosquimano no era, seguro, ni la centésima parte de despiadado que nosotros, «los occidentales cristianos», hemos sido con otros. Ni siquiera hay que buscar ejemplos en la Antigüedad, en como los cristianos cruzados entraron a Jerusalén en el siglo 11 y masacraron a cuarenta mil personas, incluidos cristianos coptos. Basta con recordar lo que paso en Bosnia, en Sarajevo, en los campos de concentración donde se violó sistemáticamente a decenas de miles de mujeres musulmanas.

Quien es mas salvaje? Seguro que no el bosquimano...

Ana Luisa Valdés


Antropología 0035
Fecha: Martes, 08 Abril 1997 12:59:59 +0200
De: Felipe Giménez / fgimenez@mx2.redestb.es
Título: Bañolas2

Queridos contertulios:

Ana L. Valdés me sale con un argumento relativista: Todas las culturas son iguales y con un argumento ético: Era un hombre como nosotros.

Mi respuesta será simple: No era un hombre como nosotros y, por lo demás, no tengo ningún inconveniente en que se diseque a otros hombres. En lo que discreparé de ella es que era un salvaje y esto dicho sin intención peyorativa. él no tenía nuestras necesidades, ni nuestras ideas, ni creía en la igualdad de los hombres ni tampoco se imaginaba que el mundo existiera más allá de 100 Kms a la redonda. Era una especie zoológica más, adaptada a su medio ambiente, al cual no alteraba en lo más mínimo. Nosotros no estamos en tal situación. Estamos, lo repito para Ana L. Valdés, de nuevo, a 40 siglos de distancia de él. Nos cae como algo muy lejano. Es indudablemente un hombre, pero no es un hombre civilizado, ni siquiera es un bárbaro, es un salvaje. Como nosotros estamos lejos de él y queremos estudiarlo y contemplarlo para darnos cuenta de lo que somos nosotros, es necesario tenerlo en Bañolas. Si a los de allí no les gusta, que lo traigan al museo de etnología de Madrid, para que lo vea toda España, pues es una pieza única.

No hay que magnificar a lo primitivo ni seguir con el mito del buen salvaje.

No se trata de quién sea más cruel, sino de qué valores o ideas son las mejores.

Atentamente, Felipe Giménez Pérez


Antropología 0036
Fecha: Martes, 08 Abril 1997 11:44:05 -0500
De: Enrique Santos Jara / ersantos@ECUA.NET.ec
Título: ¿Salvajes?

Estimado Felipe:

Me extraña que como eminencia académica en filosofía, con una declarada adscripción a posiciones políticas revolucionarias, utilices un termino de tantas implicaciones colonialistas y etnocéntricas como aquel de «salvaje». No es cuestión de términos únicamente; creo que hay correspondencia entre la utilización del término y el concepto subyacente. En antropología hemos abandonado ese concepto hace tanto tiempo, que yo personalmente me sorprendo de ver su libre uso en una lista de antropología. No creo que a estas alturas debamos enfrascarnos en un debate sobre la relatividad cultural, el etnocentrismo, el colonialismo en las ciencias sociales, y el eurocentrismo (es decir, lo que Ana Valdés llama la visión occidental y cristiana).

Si Bentham o Lenin están embalsamados y mostrándose al público, ambos elementos son el resultado de decisiones de los difuntos y quienes le rodearon, amén de que se los muestra en sus contextos y no en tierras lejanas de los colonizadores (eso se llama trofeo de guerra y no muestra antropológica o histórica). No puede compararse con el caso del bosquimano. Si hilamos fino, hasta un problema de autodeterminación de los pueblos podría ventilarse, pero quizá eso ya sea mucho.

Enrique Santos / Cuenca, Ecuador.


Antropología 0037
Fecha: Martes, 08 Abril 1997 20:54:41 +0200
De: Felipe Giménez / fgimenez@mx2.redestb.es
Título: Salvajismo

Estimados contertulios:

Los antropólogos pueden decir lo que quieran. Los hay relativistas culturales y los hay materialistas. Respecto al bosquimano, lo importante es que ya está el presunto mal hecho. Nadie le va a devolver la vida al bosquimano enterrándolo. ¿Botín de guerra? Puede que lo fuera, eso es lo de menos. Han pasado 100 años y todavía le estamos dando vueltas al asunto por lo políticamente correcto que inventaron los yanquis igual que inventaron el término «latinoamericano» que tantos usan siguiendo sus directrices. El bosquimano es salvaje porque no es civilizado y no es algo peyorativo, es una realidad objetiva nos guste o no nos guste. Ya que está disecado, que siga disecado. La Universidad de Lima fue fundada en 1570 por los terribles conquistadores. Tal universidad debe su existencia a la conquista, lo cual no la descalifica. El altar de Pérgamo está en Berlín: fue expoliado, pero qué le vamos a hacer, está allí y no pasa nada. Algunos pueblos primitivos tan adorados por los antropólogos practicaban hasta hace poco el canibalismo y otros practican la pederastia. ¡Vaya elevación moral! El bosquimano es una pieza museística digna de ser admirada con ojos desprejuiciados sin la mugre del progresismo barato. Se puede ser de izquierdas y no ser progresista. Ser de izquierdas es querer el socialismo, no destruir al bosquimano disecado para dar gusto a la UNESCO.

Creo que podríamos dar por cerrada la discusión en torno al bosquimano sobre si era un pobre hombre o no. El bosquimano fue encontrado muerto y no se le pudo preguntar nada. Además, su disecación nos permite contemplar cómo eran. También los restos de Homo neanderthalensis o del Australopithecus se conservan en museos ¿Tiene algo de malo? También el brazo de Santa Teresa se conserva como reliquia y no pasa nada. La UNESCO se dedica a hacer pijadas por todo el mundo en vez de dedicarse a su función de estimular la ciencia y el saber riguroso. Me gustaría que se analizara la función ideológica de la posmoderna relatividad de todo y de lo políticamente correcto exportado por la gran potencia imperial: los EE.UU.

Algunos se apresuran a copiar tales inventos. No hay que precipitarse ante las novedades.

Atentamente, Felipe Giménez Pérez


Antropología 0038
Fecha: Martes, 8 Abril 1997 22:18:49 -0100
De: Ana Luisa Valdés / agora@algonet.se
Título: Sobre Bañolas y el uso del término salvaje

Estimado Felipe y otros polemistas: Sí, insisto, todas las culturas son igualmente valiosas y lo que hoy se llama «civilización» no es otra cosa que la hegemonía por las armas y por la represión de cientos de modelos de culturas plurales. España es precisamente un modelo de ese mosaico de modelos culturales, reprimidos y oprimidos por un estado central de modelo totalitario que viene de los Reyes Católicos. La cultura de Al-Andalus era infinitamente mas «civilizada» que todo el resto de la península. Cuando Cortés y Pizarro llegaron a México encontraron ciudades de doscientos mil habitantes, más que los que vivían en Roma en ese entonces. Pero con cloacas, con agua pura, con casas bien construidas. Ya lo escribió Bernal Díaz: «he visto aquí palacios tan bien batidos como en Venecia o en París.»

Mi argumento es este: el concepto de civilización o de barbarie está pintado de nuestro propio «etnocentrismo». Nos sentimos el centro del universo y juzgamos a los otros como diferentes, o «salvajes», según se aparten de nuestra línea de pensamiento.

La esclavitud en el siglo pasado en los Estados Unidos era perfectamente normal para la gente nacida en Louisina o Alabama y salvaje e inhumana para los nacidos en Washington o en Delaware. Las corridas de toros son normales, partes de la herencia cultural, &c., de gran cantidad de españoles e impensables y salvajes para otra gran parte del mundo.

Quiero decir: es imposible decir quien o que es más salvaje. Solo depende desde donde se lo mire.

Ana Luisa Valdés


Antropología 0039
Fecha: Martes, 08 Abril 1997 22:25:36 -0500
De: Enrique Santos / ersantos@ECUA.NET.ec
Título: Salvajes y civilizados

Escribió Felipe Giménez: >Los antropólogos pueden decir lo que quieran...<

Escribo yo: Los civilizados yanquis echaban napalm para quemar vivos a vietcongs y civiles vietnamitas. En Bélgica, está el centro de una red europea de pederastas. En la civilizada madre patria de nosotros los latinoamericanos (a mucho gusto así nos seguiremos llamando) cualquier rato un civilizado etarra le mete un balazo por la nuca a otro civilizado abogado de derechas; los civilizados grupos de neonazis en Alemania queman vivos a los turcos en sus viviendas; los cultos y también civilizados servios hicieron maravillosas limpiezas étnicas contra los bárbaros musulmanes. Los más civilizados alemanes de la primera mitad de este siglo, tenían una alta y refinada tecnología que implicaba hacer jabones con los restos de los seres humanos. Los asesinos de la SS es extasiaban con Wagner mientras mataban judíos como moscas. Los más civilizados británicos usaban asesinos profesionales de sus excolonias para aterrorizar a los también civilizados militares argentinos que cultamente echaban desde un avión a sus prisioneros de la guerra sucia, con el visto bueno y la bendición de un civilizado sacerdote católico, y eso cuando no, antes de hacerlo, el futuro difunto era torturado científicamente bajo la acusiosa mirada de un médico civilizado y apropiado de la civilizada ciencia occidental y cristiana.

¿Qué entiendes por civilización? ¿La tecnología armamentista con la cual un centenar de civilizadas escorias provenientes de la península ibérica arrasaron con miles de incas que acompañaban a Atahualpa? ¿O la sociedad comunitaria -dura sí, cruel también en muchas ocasiones- pero dueña de un saber agroecológico todavía hoy no bien asimilado? Para no hablar de Cortés y sus cultos y civilizados acompañantes que para gloria y felicidad del eurocentrismo terminaron con una cultura muy superior a la dominante en tantos sentidos; su pecado ... el canibalismo. Canibalismo ritual, por cierto, no el patológico que excretan las sociedades avanzadas y que pretenden ser mostrados con rarezas en el marco de sociedades cultas y no salvajes.

No señores. No hay relatividad. La bomba atómica es civilizada. Mucho más que la ridícula lanza, por supuesto. El napalm es más civilizado que la salvaje honda. ¿Seguramente el quichua es salvaje, y el suajili? Es más civilizado el LSD y el crack que el peyote y los hongos centroamericanos.

No Felipe, esta discusión nos agotó en 1992, cuando lo de los 500 años. Te puede disgustar mi etnocentrismo andino-latinoamericano. Pero nosotros fuimos los derrotados y conquistados. A mi me enerva la pedantería eurocéntrica, racionalista, y dizque civilizatoria de tus palabras. La necedad positivista de ver en un bosquimano una simple huella fáctica que debe ser tratada como «cosa». Cada vez que oigo un racionalista y positivista, así se ponga la etiqueta de marxista y de revolucionario, alerto mis sentidos. Pues son capaces de construir un discurso coherente en aras de la objetividad del ideal positivista de la ciencia, pero sin cuestionar jamás sus supuestos pre-teóricos (ideológicos, nacionalistas, y racistas).

No es peligrosa tu conclusión sobre lo que hay que hacer con el bosquimano. Es peligroso tu razonamiento, viniendo de quien viene. Ahora entiendo por qué ningún PC europeo logro liderar ninguna revolución: la religión del racionalismo, de la neoilustración, no mueve a nadie, no empuja a nadie, no convoca a nadie. Fríos, desapasionados, supuestamente objetivos, no podrán jamas mover a masas humanas que necesitamos pasión, voluntad, amor y odio, sentido de identidad, historia, y esa palabra que detestan los hiperracionalistas: humanismo. Se que Uds. dicen que eso no sirve. Pero ni lo han probado, ni lo han falseado nunca.

Tu opinión no va a cambiar, eso esta claro, pero no puedo dejar de expresar mi rechazo a que se exprese con la frialdad más absoluta, en las narices de una lista en que habemos muchos latinoamericanos.

Para terminar: de donde esa oposición de antropólogos relativistas y materialistas. El padre del materialismo cultural, Marvin Harris, jamas ha renegado del relativismo cultural, y se ha limitado a comentar sus formas más extremas, políticamente reaccionarios, y epistemológicamente subjetivistas. «Salvajismo, barbarie y civilización»: tres categorías de un textito especulativo y de pobre sustentacion empírica de Engels con los que se cree que están resueltos los complejos problemas del análisis de las culturas. Categorías, además, tomadas de la antropología evolucionista del siglo XIX.

¿Qué hacemos con los mapuches, entonces? ¿Qué hacemos con los huaoranis en mi país? Sería interesante conocer la opinión de los antropólogos que comparten sus luchas y dolores, y enfrentan las injusticias y prepotencia cotidianas de quienes se creen ungidos de la luz civilizatoria; sería bueno oír la propia voz de ellos.

Enrique Santos Jara / Sociólogo-Antropólogo
ersantos@az.pro.ec / Cuenca, Ecuador, Sudamérica


Antropología 0040
Fecha: Miércoles, 09 Abril 1997 09:21:42 +0200 (METDST)
De: Ana Luisa Valdés / agora@algonet.se
Título: Re: Bañolas2

Estimado Felipe: mi argumento no era relativista, pero sí, todas las culturas son igualmente valiosas y lo que hoy se llama «civilización» no es otra cosa que la hegemonía por las armas y por la represión de cientos de modelos de culturas plurales. España es precisamente un modelo de ese mosaico de modelos culturales, reprimidos y oprimidos por un estado central de modelo totalitario que viene de los Reyes Católicos. La cultura de Al-Andalus era infinitamente más «civilizada» que todo el resto de la península. Cuando Cortés y Pizarro llegaron a México encontraron ciudades de doscientos mil habitantes, más que los que vivían en Roma en ese entonces. Pero con cloacas, con agua pura, con casas bien construidas. Ya lo escribió Bernal Díaz «he visto aquí palacios tan bien batidos como en Venecia o en París».

Mi argumento es este: el concepto de civilización o de barbarie esta pintado de nuestro propio «etnocentrismo». Nos sentimos el centro del universo y juzgamos a los otros como diferentes, o «salvajes», según se aparten de nuestra línea de pensamiento.

Ana Luisa Valdés


Antropología 0041
Fecha: Miércoles, 09 Abril 1997 17:14:28 +0200
De: Felipe Giménez / fgimenez@mx2.redestb.es
Título: irracionalismo iberoamericano

Estimados contertulios:

No me hace falta un recordatorio de horrores cometidos por europeos o norteamericanos o hispanohablantes. Enrique Santos, sabe como yo, perfectamente, que tales crímenes son execrables y que no estoy a favor de tales crímenes. El nombre de mi contradictor y la lengua en la que habla son la mejor prueba de que las cosas no son tan malas como el las pinta. La contradicción ya no está entre indígenas e hispanohablantes, sino entre inglés y español. Los EE.UU. han invertido mucho dinero en Iberoamérica para meter cizaña contra la cultura española para favorecer la suya propia y ello con la inestimable ayuda de la Iglesia Católica, cuando no de sus sectas financiadas por la CIA. Iberoamérica necesita la Ilustración, un Voltaire, un Holbach, un Diderot. Tal pasión que pone Enrique Santos no conduce a nada. A adorar a algún Dictador típico o a algún oligarca bien establecido.

Si tales grandes civilizaciones eran tan buenas y potentes, ¿por qué 500 hombres con Pizarro y 300 con Hernán Cortés acabaron con ellas sin ningún problema? Hay que asumir de una maldita vez lo que ha pasado y no lamentar nada. Yo no lamento que Escipión arrasara Numancia (Soria). Tampoco lamento que los musulmanes fueran expulsados de España en 1492 y posteriormente en 1609. El pasado hay que digerirlo pero no hay que estar constantemente invadido por la memoria. Eso es resentimiento, un sentimiento enfermizo.

«Ningún PC europeo logró liderar una revolución»: hombre muchos sí. Allí, en Iberoamérica ningún PC ha hecho nada especial, allí sí que ha ocurrido semejante hecho. El discurso de Enrique Santos despide un tufillo clerical que es más repugnante que el discurso racionalista siempre. Prefiero la impiedad, el ateísmo, el anticlericalismo que ese tufillo cristiano, indígena, relativista y antiilustrado que se advierte en muchas de las intervenciones de muchos contertulios del otro lado del Atlántico. Pero yo, que soy frío y que no siento ni amor ni odio, quiero que prosiga el debate antropológico para que todos podamos conocer nuestras posiciones y argumentemos lo mejor que podemos.

A los indígenas que Enrique Santos cita no les vendría mal leer a Diderot, Voltaire, Holbach, Spinoza, Kant, claro, que los jesuitas y curas de toda laya no lo permitirán para no contaminar su «pureza prístina» de buenos salvajes e hijos de Cristo.

Atentamente, Felipe Giménez Pérez


Antropología 0042
Fecha: Miércoles, 09 Abril 1997 18:20:40 +0200
De: Felipe Giménez / fgimenez@mx2.redestb.es
Título: relativismo

Estimados contertulios:

Ana Valdés se inventa una recreación de la historia de España que sigue la línea de Américo Castro. Yo por mi parte, asumo la línea de Sánchez-Albornoz, otro genio de la historiografía. Las culturas son incompatibles entre sí, por ello, al final se produjo el predominio de la cultura cristiana. ¿Qué hubiera sido de nosotros si España hubiera sido un país islámico? ¿Es que nos da igual seguir al Islam, al cristianismo o al ateísmo? Le pido a Ana L. Valdés que por favor reflexione sobre las implicaciones y consecuencias del relativismo cultural a nivel político.

Si los aztecas eran una cultura tan potente, ¿Por qué un puñado de españoles acabaron con ella de la noche a la mañana? Algo tenía que fallar ahí. Una cultura muchísimo más potente la destruyó e impuso sus valores y no es mejor por haber vencido sino porque es mejor venció. No me siento el centro del universo. Las culturas son alternativas morales, políticas, filosóficas, axiológicas, éticas, incompatibles entre sí y hay que escoger la menos mala. Yo, modestamente creo que la civilización occidental es la mejor y además, la que tiene un futuro más prometedor.

Atentamente, Felipe Giménez Pérez


Antropología 0043
Fecha: Miércoles, 09 Abril 1997 22:49:58 +0200 (MET DST)
De: Emiliano Fernández Rueda / efrueda@arrakis.es
Título: Dos preguntas a Felipe

Dos preguntas a Felipe Giménez:

Primera. ¿Qué pueblos son esos que reúnen las dos condiciones que aparecen en uno de sus últimos mensajes: ser adorados por los antropólogos y practicar la pederastia? Es preciso hacer esa afirmación dando nombres que permitan identificarlos. ¿Practicaban la pederastia de manera habitual, ritual, o de vez en cuando?

Segunda. ¿Solamente existen antropólogos relativistas y materialistas? ¿No los hay también estructuralistas, idealistas, funcionalistas, materialistas ecológicos -como Rapaport-, marxistas...? ¿De dónde viene esa clasificación que Felipe defiende?

Un saludo:
Emiliano Fernández Rueda


Antropología 0044
Fecha: Miércoles, 09 Abril 1997 17:03:54 -0400 (EDT)
De: Lizardo Tavera Vega / tavera@amauta.rcp.net.pe
Título: Re: irracionalismo iberoamericano

Estimados listeros,

>Si tales grandes civilizaciones eran tan buenas y potentes, ¿Por qué 500 hombres con Pizarro y 300 con Hernán Cortés acabaron con ellas sin ningún problema? Hay que asumir de una maldita vez lo que ha pasado y no lamentar nada. Felipe Giménez Pérez.<

Estas palabras me motivaron esta reflexión:
No fueron sólo 500 hombres y Pizarro quienes conquistaron a los incas. Fue una larga guerra la librada por «occidente» (los españoles invasores -no es peyorativo, es que simplemente eso fueron-) para conquistar los Andes y, desde antes América. Desde la llegada de Colón en 1492 hasta 1571, fecha de la capitulación del último gobernante Inca, Tupac Amauru (un tirano como todos los emperadores, claro que este, muy venido a menos), pasaron casi 100 años. De ahí a 1640, fecha en que la corona de España afianza sus tierras nuevas (Virreinato del Perú), pasaron casi 150 años, y mas de 100 desde la llegada de Pizarro (1535). Pero hasta esa fecha, muchas partes de la sierra centro y norte del Perú, aun no habían sido invadidas y controladas en su totalidad. Tanto es así, que hasta 1821, fecha de la independencia, la ceja de selva central (parte de la selva en la cordillera de los Andes), la tierra de los Ashanincas (llamados por los demás «Campas»), aun no había sido invadida. Solo hasta 1850 se funda el primer pueblo «occidental», y solo hasta comienzos del siglo XX comienza la «colonización» (que en realidad es una invasión) de esta zona por campesinos provenientes de la sierra.

Por todo ello, la imagen de Pizarro conquistando a los Incas de 2 patadas es más que una tremenda exageración de los vencedores. Con esto no quiero justificar nada («claro, nos conquistaron... pero dimos batalla!»), no. La cosa es mas complicada.

De tus palabras se desprende un tono determinista. «¿Por qué 500 hombres con Pizarro y 300 con Hernán Cortés acabaron con ellas sin ningún problema?»: ¿será que las culturas inferiores son arrolladas por las superiores en su vertiginosa carrera? ¿será eso el progreso?

Las cosas no se toman a la ligera, lo que paso pasó. Y ya. No. Todo evento importante de nuestras vidas o historia, debe dejarnos una lección.

Lizardo Tavera / «Arqueólogos en Acción» / Lima - Perú

http://www.geocities.com/Athens/Acropolis/9071
tavera@amauta.rcp.net.pe


Antropología 0045
Fecha: Jueves, 10 Abril 1997 00:13:56 -0100
De: Ana Luisa Valdés / agora@algonet.se
Título: Re: irracionalismo iberoamericano

Me pregunto con franqueza si el amigo Felipe no se ha equivocado de lista, porque de antropología no entiende un comino. No ha leído ni a Lévi Strauss, ni a Marvin Harris, ni a Marshall Sahlins. Confunde civilización con dominación de un modelo totalitario que sólo triunfó porque las contradicciones internas de los «dominados» les impidió unirse y resistir. Felipe Giménez alaba a los filósofos de la Ilustración, el esclavista Voltaire, que comerciaba con seres humanos, los filósofos que hicieron la Declaración de Derechos del Hombre basados en un hombre blanco de clase media y europeo, y que mandaron barcos y soldados a reprimir a los negros de la Martinica francesa, que se habían creído que ese discurso los hacia libres también a ellos.

Y los jesuitas, hasta cuando se va hablar de la «historia negra» de los jesuitas, que lograron que durante un siglo y medio los indios guaraníes vivieran en comunidades en donde nadie pasaba hambre ni era vendido como esclavo.

Hay que ser más prudente antes de usar términos tan ambiguos y contradictorios como «cultura española». ¿Cual cultura española? La de la oligarquía andaluza, que es la madre y la abuela de todos los modelos oligárquicos de América Latina? La del centralismo de Castilla, que en el siglo XVI reprimió a sangre y fuego a las Comunidades levantadas en toda la península contra el emperador Carlos V?

Hay que aprender a ser ecléctico y pragmático en cuestiones de terminología, y no hay que galardonarse de absolutismo cultural. Eso es de dinosaurios, estimados polemistas.

Ana Luisa Valdés


Antropología 0046
Fecha: Miércoles, 09 Abril 1997 22:13 +0000
De: Jorge Sosa / jsosa@ethnik.filo.uba.ar
Título: El español "salvaje"

Felipe escribió: > Los antropólogos pueden decir lo que quieran. Los hay relativistas culturales y los hay materialistas. Respecto al bosquimano, lo importante es que ya está el presunto mal hecho. Nadie le va a devolver la vida al bosquimano enterrándolo. ¿Botín de guerra? Puede que lo fuera, eso es lo de menos.<

¡Felipe!, no se trata de crear zombies, de lo que se trata es de devolver a quien se le ha quitado, en este caso el bosquimano, algo que le fue robado, en este caso su derecho a yacer de la manera que lo hubiese hecho en su propio contexto cultural.

> El bosquimano es salvaje porque no es civilizado y no es algo peyorativo, es una realidad objetiva nos guste o no nos guste.<

¡Felipe!, en función de un mensaje que enviase un colega desde Ecuador supongo que eres filósofo (perdón si me equivoco pero solo hace un par de días que me integro a la lista). En ese caso (y si no también), que forma tan poco crítica de definir algo por la negativa, hasta podría decirse que es algo infantil proveniendo de alguien de nivel universitario.

Por otro lado, creo que te quedaste desenganchado de un debate que ha comenzado el siglo pasado acerca de la supuesta existencia de una «realidad objetiva».

La «realidad» no es una cuestión de gustos, es una cuestión de construcción social.

>Ya que está disecado, que siga disecado.<

Un comentario de tipo autoritario que nada tiene que ver con una lista de discusión.

> La Universidad de Lima fue fundada en 1570 por los terribles conquistadores. Tal universidad debe su existencia a la conquista, lo cual no la descalifica.<

Nadie pretende cuestionar la excelencia de la Universidad de Lima. Lo terrible es que merced a la actitud de tus históricos paisanos (los conquistadores), hoy en día no pueda existir una universidad en donde enseñen «amautas» en lugar de «profesores».

> El bosquimano es una pieza museística digna de ser admirada con ojos desprejuiciados sin la mugre del progresismo barato.<

Ese es el problema de tu discurso, ves al ser humano como un objeto, una concepción que tal vez se ajuste muy bien al positivismo que profesas con tus palabras, pero que hoy no puede ser aceptada por aquellos que pretendemos hacer una ciencia social.

> Se puede ser de izquierdas y no ser progresista. Ser de izquierdas es querer el socialismo, no destruir al bosquimano disecado para dar gusto a la UNESCO.<

¿Vos decís ser de izquierda? me parece que te olvidaste de la frase que condena a «la explotación del hombre por el hombre», que se efectúa mediante la apropiación. No te parece que en este caso un Museo se apropiado de un hombre?

> Además, su disecación nos permite contemplar cómo eran.<

Justamente, de no haber existido personas que juzgasen a los bosquimanos como simples potenciales piezas de Museo, hoy en día en lugar de «contemplar» en un museo un cadáver (una especie de necrofilia cientificista), podríamos conocer una sociedad.

> La UNESCO se dedica a hacer pijadas por todo el mundo en vez de dedicarse a su función de estimular la ciencia y el saber riguroso.<

Ojalá la UNESCO siga tus directivas de estimular el «saber riguroso», ya que de ese modo podremos estar seguros que nunca gastarán fondos en solventar a «estudiosos» como a los que vos representás y que de científicos no tienen nada. Tus discurso carece de toda argumentación científica y sólo parece el discurso de una persona etnocentrista y racista.

>Me gustaría que se analizara la función ideológica de la posmoderna relatividad de todo y de lo políticamente correcto exportado por la gran potencia imperial: Los EE.UU. Algunos se apresuran a copiar tales inventos. No hay que precipitarse ante las novedades. Atentamente, Felipe.<

Aquellos antropólogos que se dediquen a «estudiar» tus mensajes podrán ver ellos el resultado de una parte de esa «exportación» imperialista a la que haces referencia: «el otro como inferior.»

Resumen: ¡Che!, te quedaste en el XIX. Te recomiendo una lista donde encontrarás gente que compartirá tus ideas: kulturgenen@etnoimperium.arian.miserium

jorge sosa / jsosa@ethnik.filo.uba.ar


Antropología 0047
Fecha: Miércoles, 09 Abril 1997 20:41:43 -0400 (EDT)
De: José Joaquín Narvaez Luna / narvaez@amauta.rcp.net.pe
Título: RE: Irracionalismo Iberoamericano

Estimado contertulio Felipe:

Creo que ya te habrás dado cuenta que tus afirmaciones referidas a un supuesto «irracionalismo iberoamericano» no nos gustaron nada a los que estamos al otro lado del Atlántico. Probablemente lleguen más mensajes a la lista de todos aquellos inscritos que, con dos dedos de frente, no están de acuerdo con tamañas barbaridades. Como no quiero repetir lo que con toda razón te están criticando, quisiera centrarme un punto, a mi parecer fundamental, y que hasta ahora no se ha tocado.

En una parte de tu escrito dices que: «...el pasado hay que digerirlo pero no hay que estar constantemente invadido por la memoria.» No Felipe, ni en América ni en ninguna parte del mundo debemos dejar de estar invadidos por la memoria. Los hechos históricos sólo tendrán valor para las generaciones futuras si estos están constante en el recuerdo de los pueblos, si estos sirven no solo para explicarnos el presente sino para no cometer las mismas salvajadas que tus antepasados cometieron en el pasado. ¿Sabes qué está ocurriendo debido a una «digestión» del pasado? Hace poco tiempo una señora congresista de la República del Perú afirmó que el único idioma viable en el país era el castellano y que debería enseñarse este idioma a las comunidades quechua o aymarablantes a partir del tercer grado de educación primaria. Esta propuesta, aunque no tuvo mucha acogida, muestra la forma de pensar de muchos miembros ilustres de la burguesía criolla peruana, burguesía que no sólo es descendiente sino por momentos calco y copia de la aristocracia colonial que se enquistó en el Perú desde el inicio de la Colonia. La independencia pudo librarnos de la corona española pero, desgraciadamente, no nos libró de dicha aristocracia que se siguió comportando como se comportaban los conquistadores en el siglo XVI. Como verás, la agresión a nuestros pueblos indígenas, que aun sufren de marginación y abuso, no sólo viene del «Gran Norte» sino de la mismas sociedades criollas que están en nuestros países, mal llamados «latinoamericanos», desaguisado yanqui que muchos siguen repitiendo sin reflexionar acerca de su verdadero significado y función para los EEUU. Sólo se detendrá la agresión a nuestros pueblos indígenas cuando tengamos constante recuerdo de lo que fue la conquista y le pongamos por tanto fin después de casi 500 años en el Perú.

Finalmente, sin detenerme en criticar tus pésimos criterios teóricos y terminológicos (probablemente no seas antropólogo ni científico social, sólo un aficionado, lo cual lo explique) te aconsejo que no le hagas tanto caso a la bibliografía historiográfica oficial de tu país, que liberes tu mente y trates de buscar, de alguna forma, un contacto más cercano y real, con los pueblos ubicados al otro lado del atlántico. Tal vez así, un poco desde nuestra perspectiva, entiendas lo que en verdad significó la conquista y colonización de América.

José Joaquín Narvaez Luna / Lima. Perú / narvaez@amauta.rcp.net.pe


Antropología 0048
Fecha: Miércoles, 09 Abril 1997 06:00:31 +0000
De: Andrés Huguet Polo / huguetpo@amauta.rcp.net.pe
Título: Re: irracionalismo iberoamericano

Y por lo que veo no les vendría mal a algunos españoles leer nuevamente a Gumana Poma de Ayala y su carta al Rey.

>Felipe Giménez: irracionalismo iberoamericano...<

Andrés Huguet Polo
E-Mail: huguetpo@amauta.rcp.net.pe
http://members.tripod.com/~Huguet/index.html Lima, PERU


Antropología 0049
Fecha: Miércoles, 09 Abril 1997 23:16:02 -0500
De: Enrique Santos Jara / ersantos@ECUA.NET.ec
Título: ¿Escoger la cultura?

Felipe escribe: > Las culturas son alternativas morales, políticas, filosóficas, axiológicas, éticas, incompatibles entre sí y hay que escoger la menos mala. Yo, modestamente creo que la civilización occidental es la mejor y además, la que tiene un futuro más prometedor.<

Creo que deberías leer a Marvin Harris. Dentro de la antropología, podría gustarte muchísimo su veta materialista; yo, sin estar de acuerdo totalmente con su base filosófica, reconozco su honestidad intelectual de reconocer abierta y argumentadamente su admiración por David Hume.

Digo que deberías leerlo porque él, todo un antropólogo materialista, fuente de inspiración también de muchas corrientes de la antropología ecológica e inclusive de cierta interpretación marxista de la antropología contemporánea, jamás comete la barbaridad de definir a la cultura como una especie de objetos en un bazar, a los que puedo acercarme para tomar el que más me gusta, y comprarlo.

Las culturas no son alternativas para que individuos 100% racionales las miremos, sopesemos, comparemos y escojamos. Somos nosotros, los individuos, los hijos y tramas de cada cultura. No somos externos a ellas, somos parte de ellas. Si hablo español no es porque alguien me dió la posibilidad de escoger entre esta lengua y el portugués (que tanto me gusta) como lengua madre. Si pertenezco a los «irracionales iberoamericanos» (¿no habrás querido decir irracionales latinoamericanos, y te mordiste los labios?) no es porque lo escogí frente a la opción de ser un ario o un vietnamita. Si para comer uso cuchara, tenedor y cuchillo (así los llamamos en mi país), no es porque se me haya dado antes la opción de ser diestro desde temprana edad con los palillos chinos. Todo eso puedo aprenderlo después, como segunda destreza. Pero estoy estructurado desde que nací por la socialización a la que fui sometido, y eso es lo más profundo que hay en mí. Esa es la cultura (vista aquí en su relación con un individuo), no opciones «axiológicas».

No escogemos la cultura. Somos parte de ella. Tu miras el mundo -eso esta claro para el resto de listantes que este rato debaten contigo- desde la óptica de un español ilustrado en la filosofía iluminista y racionalista, de una cultura marcada por la religión sin Dios de la fe en el progreso que parió intelectualmente el iluminismo, primero, y el positivismo después. Alguien dijo, lo haces con una mirada del siglo XIX, y en muchos sentidos creo que eso es cierto. Sigues creyendo que en el mundo sólo hay salvajes, bárbaros y civilizados. Igual que Morgan en el XIX, cuando hacía un esfuerzo especulativo interesante, pero visto retrospectivamente, sin base empírica rigurosa y bajo supuestos eurocéntricos hoy totalmente expulsados de la antropología. Miras el mundo desde el optimismo civilizatorio del positivismo del XIX.

Dije que entendía por qué ningún PC europeo había dirigido una revolución y me corregiste en el sentido de que tampoco ninguno latinoamericano lo había hecho. Tienes toda la razón. Pero, ¿qué han sido nuestros PC sino expresiones históricamente atrasadas de un iluminismo ateo, anticlerical y pretendidamente racionalista, que casi siempre han buscado inspirarse en sus homólogos europeos? Pero preciso: como los hiperracionalistas creyentes del avance irreversible de la civilización occidental y cristiana no pudieron llegar a las masas, sí lo pudieron, en su momento, los «barbudos» de Sierra Maestra y los sandinistas en la Nicaragua de hace más de una década, es decir, las expresiones nacionales de los movimientos sociales, con amor y odio. Los curas a los que tanto aborreces (¿masonería del XIX?) acá han tenido el valor de dejar la vida cómoda de la pureza académica universitaria y están de veras comprometidos no sólo con los indios, sino también con los mestizos y blancos que viven en la pobreza. No puedo cerrarme a esa verdad, y si ello hace que de mis palabras emane un tufillo clerical, ese tufillo es resultado de procurar conectarme con el mundo en el que vivo a través del cerebro y el corazón, de la ciencia y la comprensión cultural, de la explicación «externa» y el sincero intento de comprender los sentidos de las gentes y pueblos asignan a sus actos y obras. Esa es la «naturaleza» de la mayoría de pueblos, Felipe, y ningún buen tratado de la Ilustración podrá cambiarla.

Escribió bien José Narvaez: > te aconsejo que no le hagas tanto caso a la bibliografía historiográfica oficial de tu país, que liberes tu mente y trates de buscar, de alguna forma, un contacto mas cercano y real, con los pueblos ubicados al otro lado del atlántico. Tal vez así, un poco desde nuestra perspectiva, entiendas lo que en verdad significó la conquista y colonización de América<.

Las cosas más importantes que aprendemos los seres humanos lo hacemos en la viva interacción con el mundo que nos rodea. Desde caminar y hablar la lengua materna, hasta «mirar» el mundo, valorar los actos y procesos, aborrecer y amar. Yo no puedo renunciar a esa, mi condición de ser humano, en nombre de la adoración a la letra muerta de los filósofos del XVIII y el XIX. Yo quiero ser lector de mi tiempo y mi circunstancia, y ser consciente que para ello debo comprometerme con la cultura de la que son parte las gentes, pues no soy un extraterrestre venido de otro mundo, que pueda mirar «limpiamente» y sin sesgos culturales lo que aquí ocurre. Pero diré con Marx y Lukacs: desde la posición de los oprimidos y dominados podemos mirar mejor la sociedad, y entenderla mejor, porque estamos mejor posicionados. No perfectamente posicionados, solo mejor posicionados. Aquí no hay verdades absolutas. Tampoco hay relativismo absoluto.

Tu inclusión en esta lista podría ser una buena oportunidad para que te acerques a la antropología contemporánea. La hallarás, desde tus «leit-motiv» intelectuales sumamente interesantes, y políticamente sugerentes.

Atentamente
Enrique Santos Jara
Cuenca, Ecuador


Antropología 0050
Fecha: Jueves, 10 Abril 1997 09:46:39 +0200
De: Ana Luisa Valdés / agora@algonet.se
Título: A la lista

Participo en otras listas de discusión de antropología y de periodismo en inglés, allí también se da a veces el mismo fenómeno, dos o tres «contertulios» acaparan la «palabra», se enzarzan en una polémica que se empieza a parecer a un encendido debate personal, en donde los argumentos se enfrentan y la discusión se muere, porque todos empiezan a lanzar sus monólogos al eter, en lugar de darle la posibilidad a un diálogo en donde dos posturas enfrentadas se modifiquen entre sí y creen un híbrido. Para evitar esto en esta lista, me gustaría saber si hay otros que están interesados en discutir más «polifónicamente», como diría Bachtin, este tema tan importante que nos está ocupando a Felipe Giménez, a mi y a otros colegas.

Si no, prefiero callarme y dar la oportunidad a otros de lanzar otros temas, no tengo interés en defender posiciones ni intentar convencer a Felipe de que su posición es equivocada. Soy tan relativista, que no creo ni en la existencia de una verdad absoluta, ni de la mía.

Ana Luisa Valdés.


Antropología / Cartas
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