Diccionario soviético de filosofía
Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1965
páginas 45-46

Bien

Objeto o fenómeno que satisface determinada necesidad humana, responde a los intereses o anhelos de las personas, posee, en general, un sentido positivo para la sociedad, para una clase, para el individuo. Si un objeto dado es un bien, posee un valor positivo para el hombre. Lo contrapuesto al bien es el mal, o sea, todo cuanto posee un sentido social negativo. Se distinguen bienes materiales y espirituales. El bien material satisface necesidades materiales del ser humano –de alimentación, vestido, vivienda, &c.–. También quedan circunscritos en la esfera de los bienes materiales los medios de producción: máquinas, edificios, materiales, &c. Pertenecen a los bienes espirituales los conocimientos, los resultados de la cultura espiritual de la humanidad, la bondad moral comprendida en los actos de las personas, &c. El bien supremo es el hombre mismo, creador de todos los valores materiales y espirituales. Muchos bienes tienen un carácter de clase. Lo que es un bien para los explotadores puede ser un mal para los explotados. En este hecho se revela con claridad la contradicción de los interesen de clase.

 

Bien y Mal

Categorías de la ética en las que se expresa la estimación moral de los fenómenos sociales y de la conducta de las personas. El bien es aquello que la sociedad (o una clase social dada progresiva) considera moral, digno de imitación. El mal tiene un significado opuesto. Los explotadores presentan su idea del bien y del mal como «eterna» y válida para todos los hombres, remitiéndose, para ello, a prescripciones divinas o a principios «metafísicos». Uno de los sistemas morales idealistas más influyentes es la teoría de Kant. Según ella, es un bien todo cuanto está en consonancia con el imperativo de la ley moral, dado en cada ser racional independientemente de las condiciones en que el hombre vive (Imperativo categórico). Ya en la filosofía antigua, se abrió paso la dirección materialista en la concepción del bien y del [46] mal, de la conducta moral. El hedonismo (Arístipo, Epicuro) consideraba un bien sólo lo que causa placer. Dicha teoría ética fue desarrollada por los materialistas franceses del siglo XVIII, ante todo por Helvecio. El materialismo premarxista veía la fuente de la conducta moral en la naturaleza humana, en las condiciones de vida y de educación del hombre, pero declaraba eternas las representaciones del bien y del mal. Por lo que respecta a la ética burguesa contemporánea, lo más característico consiste en que, por una parte, intenta fundamentar y justificar el derecho a la explotación de los trabajadores y de los pueblos de los países coloniales; por otra, niega el significado de todos los juicios morales (positivismo lógico en ética). La ética marxista-leninista rechaza la interpretación metafísica del bien y del mal. «Las ideas de bien y de mal han cambiado tanto de pueblo a pueblo, de siglo a siglo, que no pocas veces hasta se contradicen abiertamente» (F. Engels, «Anti-Dühring», pág. 87. E.P.U. 1961, pág. 114). Por otra parte, los conceptos de «bien» y de «mal» tienen su fuente objetiva en el desarrollo de la sociedad. Las acciones de las personas pueden ser estimadas como buenas o malas, según faciliten o dificulten la satisfacción de las necesidades históricas de la sociedad. El código moral del constructor del comunismo tal como se halla formulado en el programa del P.C.U.S. sirve de pauta para valorar la conducta moral (buena o mala) de los hombres soviéticos.


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