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Compendio moral salmaticense Indice
Marcos de Santa Teresa

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Prólogo al lector

La general aceptación que entre los Sabios tanto nacionales como extranjeros mereció en todos tiempos el célebre Curso Moral Salmaticense avivaba los deseos de muchos, no solo a solicitar un Compendio o Suma en la que recopilase su basta doctrina, para que de esta manera fuese más manual, sino que al mismo tiempo se atendiese en ella a reformar juiciosamente aquellas opiniones que aunque comunes entre los Teólogos Moralistas de su edad, se consideraban ya como menos conformes a las reglas de la más sana doctrina. Se lastimaban justamente los celosos al registrar en aquella Obra, por otra parte de tanto mérito entre tanta solidez de razones, tanta copia de doctrina selecta, y tanto número de resoluciones las más circunstanciadas, algunas menos sólidas, y que indicaban alguna parcialidad hacia el Probabilismo, que si en el tiempo en que escribieron los Padres Salmaticenses ejercía un como general y absoluto imperio en las Escuelas, siendo pocos los que no se dejaron deslumbrar con sus aparentes luces, se miraba ya casi derribado de su usurpado imperio, descubiertas sus falacias a las de la verdad siempre triunfante del sofisma. Apenas podían poner en duda cuantos con imparcialidad leían el Curso Moral Salmaticense, y veían en sus Autores siempre una innata propensión hacia lo que entendían tener en su favor más sólidos fundamentos y mayor autoridad extrínseca de Escritores graves, que si aquellos [iv] Padres hubieran trabajado su Obra, cuando ya tantos hombres sabios habían despojado de su máscara al Probabilismo, y descubierto sus engaños y perniciosas consecuencias, hubieran procedido de acuerdo con ellos; o para declararle la guerra, o para continuarla con vigor; y que si algún tanto se ladearon en sus opiniones a favor del sistema reinante en aquél tiempo, hubieran sido ahora los más acérrimos protectores del Probabiliorismo, descubierta la justicia de su causa por tantos, tan sabios, e imparciales Jueces, como son los AA. del más alto carácter, y profunda erudición que han convencido su necesidad para justificar las acciones morales.

Se deseaba asimismo, que en el expresado Curso Moral se arreglasen sus resoluciones en las materias respectivas que no lo estuviesen al tenor de las posteriores Bulas, y Constituciones Apostólicas; pues supuesto lo determinado en ellas, ya no quedaba libertad para resolver de otra manera en aquellos Puntos que por ellas se determinaban. Por lo mismo se hacía precisa esta reforma, para que con ella lograse un complemento notable de perfección una Obra, que se registraba en manos de tantos, y de que se servían con frecuencia los Confesores y Directores de las conciencias.

Estas tan eficaces razones movieron poderosamente a los Prelados de nuestra Descalcez a idear se formase un Compendio, en el que no solamente se recopilase toda la doctrina del Curso Moral Salmaticense, sino que al mismo tiempo se atendiese en [v] él a arreglar sus resoluciones conforme a los principios más sólidos de la moral cristiana y evangélica, ilustrando sus respectivas materias con las luces que de nuevo les habían comunicado sucesivamente los Oráculos del Vaticano en sus Bulas y Constituciones Apostólicas. Todo lo consiguieron felizmente con haber cometido esta importante, aunque dificil empresa al R. P. Fr. Antonio de San Joseph, bien conocido por sus elegantes Notas a las Cartas de nuestra Madre Santa Teresa, y que después de otros empleos pasó a la Curia Romana por Procurador General de la Congregación de España, habiendo impreso en aquella Ciudad en el año de 1779 un Compendio que dividió en dos Tomos en folio, en el que sin duda satisfizo completamente a los deseos de la Reforma y del público. Así lo acreditan las repetidas reimpresiones que se han hecho de él; pues además de otra que luego se repitió en Roma por el mismo Autor, se han hecho otras cuatro hasta el año pasado de 1798, esto es: una en Venecia, y tres en Pamplona. Y no es de estrañar hayan sido tantas; pues menos no hubieran sido suficientes para satisfacer a las repetidas instancias del público, que se apresuraba a gozar de una Obra en la que se celebraba tanto el método más genuino, el estilo más claro, y enlazado con la solidez de la doctrina la brevedad, y concisión, sin que por eso faltase en ella la fecundidad de ideas útiles, suficientes, sin duda para formar un completo Director de las conciencias de los fieles, sirviendo principalmente a granjearse el aprecio, aun de los más ilustrados en la Teología Moral, la discreción prudente [vi] con que se conduce en sus resoluciones sobre materias opinables, huyendo de los dos extremos peligrosos del rigorismo, y laxismo, descubriendo con la mayor claridad el camino medio por donde se conduce la virtud, y por el que caminan seguros los hombres, guiados de la prudencia cristiana inseparable de la recta razón.

He querido amado Lector prevenirte con esta digresión que espero me disculparás, porque sin ella no pudiera manifestarte plenamente mi idea de la formación de esta Suma Moral Salmaticense que ahora te presento en nuestra lengua vulgar, y en la que he atendido a reducir a mayor brevedad la doctrina del expresado Compendio tan estimado, siendo su general aprecio todo el motivo de mi determinación. Porque considerando yo, y favoreciendo éste mi juicio sujetos de la más recomendable prudencia y circunspección, cuan útil podría ser a nuestros Moralistas nacionales, en especialidad para aquellos, que o por carecer de medios para hacerse con otros libros magistrales; o por no proporcionarles sus talentos, o anteriores estudios más profunda y extensa instrucción, se ven precisados a aprender las materias morales por alguna Suma de esta Facultad, el presentarles más usual y fácil la doctrina del sobredicho Compendio, me determiné a tomar este trabajo, que aunque materialisimo en su fondo, me persuado se ha de conseguir por él la importante ventaja de formar en breve una multitud de sujetos, que aplicados al estudio de esta Suma, se instruyan en lo necesario para dirigir con acierto las conciencias de los [vii] fieles y desempeñar con utilidad los muneros de Directores de almas, logrando por un camino más breve una instrucción a que acaso no llegarían jamás, por los motivos arriba notados, con el estudio del Compendio Latino.

Por esta misma causa he omitido cuanto he creído no ser tan necesario al fin que me he propuesto, el mismo que acabo de insinuar; esto es: varias impugnaciones de las opiniones opuestas; vindicaciones de las propias; Puntos meramente especulativos, y escolásticos, y réplicas o argumentos no tan necesarios para dar más luz a las materias. Pero al mismo tiempo he procurado con el mayor cuidado no omitir cosa alguna substancial de las que pudieran echarse menos para la cabal instrucción de los Confesores y directores de las conciencias, y aunque reducida esta Suma a mayor concisión de palabras, nada falta en ella del fondo de las sentencias, como en semejante asunto lo decía S. Jerónimo epist. ad Pamach. Ut nihil desit ex sensu, cum aliquid desit ex verbis.

Habiendo sido varias las impresiones del Compendio Salmaticense aun viviendo su Autor, y añadido y mudado en las últimas lo que se persuadió convenía para más perfección de su Obra, seguiré al que se imprimió en Pamplona en el año de 1791, cuando aún vivía el R. P. Fr. Antonio de S. Joseph, y es la más correpta, y conforme a su último modo de pensar, y la más adaptada a las circunstancias del tiempo, que hace variar con los derechos las resoluciones morales. [viii]

Lo que debo de prevenirte con más cuidado para que esta Suma no desmerezca tu estimación, amado Lector, apreciándola como un diseño del célebre Compendio Salmaticense es, que nada he puesto en ella de mi propio ingenio que merezca particular atención. Sigo en todo su método claro su estilo fácil, y sobre todo el prudente medio de sus resoluciones. Sólo hallarás la variedad que era precisa a la naturaleza de una Suma más reducida; esto es: unidos varios Puntos en uno, las pruebas de las resoluciones más concisas en las palabras, y en el número; los argumentos contrarios propuestos de este mismo modo; pero sin disimular su fuerza para aclarar más la verdad con sus respuestas.

Toda esta variación al paso que en lo substancial no causa diferencia entre esta Suma, y el expresado Compendio, hace ver que mi trabajo en formarla no sale de la esfera de materialismo, y que siendo por lo mismo tan poco recomendable por sí, no puedo pedir al público recompensa alguna por él. Sola mi intención de servir por este medio a la común utilidad es la que pudiera alegar en mi favor, si llegare a conseguir alguna parte de mis deseos, pero aún estos quiero sean totalmente desinteresados, y sólo solicito de la benevolencia de mis Lectores, que no parando su consideración en los muchos defectos de esta Obra, miren a la rectitud de mi voluntad en publicarla. Vale. [ix]


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Moralistas Compendio moral salmaticense
Pamplona 1805, tomo 1, páginas III-VIII