Diccionario soviético de filosofía
Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1965
páginas 109-111

Democracia

(del griego dh<moV: pueblo, y krátoV: fuerza, poder). Una de las formas de poder; se caracteriza por proclamar oficialmente el principio de la subordinación de la minoría a la mayoría y el reconocimiento de la libertad y de la igualdad de derechos de los ciudadanos. En la ciencia burguesa, al caracterizarse la democracia por lo común no se va más allá de aducir esos rasgos formales al margen de las condiciones económico-sociales de la vida de la sociedad y del estado real de las cosas. Surge, como resultado, la idea de la denominada democracia «pura», compartida por oportunistas y reformistas. La realidad es, no obstante, que toda democracia, como forma de organización política de la sociedad «sirve, en última instancia, a la producción y está determinada, en último término, por las relaciones de producción de la sociedad dada» (Lenin, t. XXXII, pág. 60). Ello hace que sea necesario tener en cuenta el desarrollo histórico de la democracia, su dependencia directa del cambio de las formaciones económico-sociales, del carácter y dureza de la lucha de clases. En las formaciones clasistas, la democracia aparece como forma de la dictadura de la clase dominante; posee, en consecuencia, un carácter de clase y de hecho existe sólo para los miembros de aquella clase. Así, en la sociedad burguesa, la democracia constituye la forma del dominio de clase de la burguesía. Durante cierto tiempo, la burguesía está interesada en la democracia como instrumento de su dominio político. Elabora una constitución, establece un parlamento y otras instituciones representativas, introduce (bajo la presión de las masas) el derecho general al voto y las libertades políticas formales. No obstante, las posibilidades de utilizar todos estos derechos democráticos e instituciones, se reducen por todos los medios para las amplias masas de trabajadores; todo el aparato democrático de la república burguesa está estructurado de modo que pueda paralizar la actividad política de las masas y desplazar a los trabajadores de toda intervención en la vida política. Por otra parte, nada hay que garantice la vigencia de los derechos políticos formalmente proclamados, y las instituciones representativas sirven sobre todo para encubrir los objetivos reales de la política que la clase dominante lleva a cabo. Es un rasgo característico de la democracia burguesa la existencia del parlamentarismo, o sea, la [110] división del poder legislativo y del poder ejecutivo, con una manifiesta tendencia a aumentar el papel de este último. En la época imperialista, se produce en los estados burgueses un giro de la democracia a la reacción política. La democracia socialista constituye la forma más elevada de democracia, es la auténtica democracia para la mayoría del pueblo, para las amplias masas trabajadoras. Su base económica radica en la propiedad colectiva de los medios de producción. En la U.R.S.S., por primera vez en la historia de la humanidad, se ha establecido el sufragio efectivamente universal, directo e igual (con votación secreta), sin las limitaciones de toda clase que existen en las constituciones incluso, de los estados burgueses más «democráticos». Todos los ciudadanos de la U.R.S.S., independientemente del sexo, de la nacionalidad y de la raza, gozan de los mismos derechos en la vida política, económica y cultural del país del socialismo, participan en condiciones de igualdad en la dirección del Estado. La democracia socialista asegura con garantías materiales los derechos de los ciudadanos en el orden legislativo. Así, en la sociedad socialista, el derecho al trabajo no sólo se proclama, sino que, además, se consolida mediante la ley y se asegura realmente gracias a que se ha liquidado la explotación, se ha acabado con el paro forzoso, se han abolido las crisis de producción, &c. En eso estriba la diferencia radical entre el democratismo de la democracia socialista y el de la burguesa. El ulterior desarrollo del democratismo socialista se halla vinculado al surgimiento en la U.R.S.S. del Estado de todo el pueblo. El programa del P.C.U.S. establece que en el período en que la sociedad socialista se va convirtiendo en comunista, seguirá desarrollándose en todos sentidos la democracia socialista, la cual, con el tiempo, conducirá a la sustitución del Estado por la autogestión social comunista.

 

Democracia militar

Forma primitiva de la organización política de la sociedad en el período en que el régimen gentilicio se desmorona y se forma el Estado. El término fue introducido por Morgan. Existió la democracia militar en la antigua Grecia de la época homérica (siglos XII-IX a. n. e.) y en la Roma del período denominado de la monarquía (siglos VIII-VI a. n e.), existió en los pueblos escitas, celtas, entre los antiguos germanos y normandos. La democracia militar se caracteriza por una concentración cada vez mayor del poder en manos de los cabecillas –jefes militares y sacerdotes– por una transformación gradual de aquel en institución hereditaria. Las guerras se convierten en ocupación permanente que tiene como objetivo el saqueo; se organiza la mesnada, que posee varios privilegios. De este modo, los órganos del régimen gentilicio «se convierten en órganos independientes de dominio y opresión dirigidos contra el propio pueblo» (Marx y Engels, t. XXI, pág. 165).

 

Democracia popular

Es una de las formas de la dictadura del proletariado; en ella se refleja «...la peculiaridad del desarrollo de la revolución socialista en circunstancias en que el imperialismo se debilita y la correlación de fuerzas se modifica en favor del socialismo. En ella han encontrado asimismo su reflejo las particularidades históricas y nacionales de diversos países» («Documentos del XXII Congreso del P.C.U.S.», pág. 333). La democracia popular ha surgido en el curso de la revolución democrática popular en varios países de Europa Oriental y de Asia. Ésas revoluciones han resuelto las contradicciones existentes entre los imperialistas extranjeros, la gran burguesía interior y los terratenientes, por una parte, y una amplia coalición de las clases restantes por otra parte; se han llevado a cabo bajo la dirección del proletariado y de su vanguardia –el partido comunista. El éxito en el desarrollo de las revoluciones democráticas y populares ha llevado a la creación de la democracia popular en los países de Europa oriental y en algunos de Asia. A medida que la revolución se hacía más profunda, invadía cada vez en mayor escala a la economía capitalista (nacionalización) a la vez que se reducía la influencia política de la burguesía. Para el avance de las revoluciones democráticas y populares han sido de gran importancia las reformas agrarias, con que se ha puesto fin a las supervivencias de tipo feudal y se ha consolidado la alianza entre el proletariado y los campesinos trabajadores. La realización de hondas transformaciones democráticas ha hecho posible que tales revoluciones se convirtieran en socialistas. En consecuencia, la democracia popular, que aparece en un principio como dictadura democrática del pueblo, ha empezado a cumplir las funciones de dictadura del proletariado. Este decurso general de la revolución ha presentado sus particularidades concretas en los diversos países. [111] La forma de democracia popular está condicionada por el amplio sostén de clase de la revolución democrática popular no sólo la apoyan el proletariado y los campesinos, sino, además, determinadas capas de la burguesía), por el carácter pacífico con que dicha revolucion se transforma en socialista, lo cual ha permitido utilizar algunas viejas formas de representación (parlamento). Son rasgos característicos de la democracia popular la existencia de un sistema de varios partidos (excepto en algunos países de Europa); aparte de los partidos comunistas, hay otros partidos democráticos que mantienen posiciones socialistas y reconocen el papel dirigente de la clase obrera; la existencia de un tipo de frente popular que une a los partidos políticos y a las organizaciones de masas. Las otras particularidades del período en que se forma la democracia popular estriban en la ausencia de limitaciones a los derechos políticos, en la mayor duración del plazo para acabar con el viejo aparato estatal, &c. La experiencia histórica ha demostrado que la democracia popular constituye un instrumento poderoso para la edificación del socialismo. Actualmente, «en los países de democracia popular predominan las relaciones socialistas de producción, se han liquidado las posibilidades sociales y económicas de restauración del capitalismo» (Documentos del XXII Congreso del P.C.U.S.», pág. 333).


www.filosofia.org Proyecto filosofía en español
© 2001 www.filosofia.org
  Soviético
Enciclopedias