La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto Filosofía en español
Antonio de Guevara 1480-1545

Libro áureo de Marco Aurelio

Capítulo XLIV
Cómo este exçellente Emperador a la hora de la muerte, delante su hijo Cómmodo, único heredero, declaró los que quedavan por governadores del Imperio.


Passado gran espaçio de la noche, ya que quería quebrar el día, aunque al buen Emperador se le allegava el tiempo de acabar la vida, no por eso perdía el cuidado de ordenar las cosas para después de su muerte. Estavan a la sazón allí en la guerra muy exçellentes hombres de los senadores de Roma. Entre las otras cosas, en ésta se mostró ser muy sabio: que jamás en su casa quiso tener hombre viçioso. Traýa entre los otros cinqüenta cavalleros en su compañía, que a cada uno dellos podían fiar la governaçión de Roma. Muchas vezes solía él dezir: «Los prínçipes más seguros biven ayuntando en sus casas thesoros de hombres buenos, que no sus arcas thesoros de dineros malos. Malaventurado es el prínçipe que se preçia de tener sus arcas llenas de thesoros y sus consejos llenos de hombres perdidos. Los hombres malos hazen a los príncipes pobres y un hombre bueno abasta a hazer un reyno rico.»

Por çierto dezía bien este buen Emperador, porque cada día vemos lo que un padre solo allegó en cinqüenta años, sus hijos perderlo en medio año. Eligiendo, pues, de muchos pocos, y de pocos, los mejores, señaló seis muy señalados varones, los tres de los quales fuesen ayos del hijo y los tres, governadores del Imperio. Fue el uno Pértinax, el qual fue después Emperador. El otro se llamava Pompeyano, casado con su hija, varón más maduro en los consejos que no en los [187] años. El terçero fue Cneo Patroclo, del antiguo linaje de los Pompeyanos, el qual no menos tenía la vida limpia que la cabeça blanca. Otro se llamó Andrisco, al qual en hermosura de gesto, altura de cuerpo, esfuerço de ánimo y cordura con sçiençia ninguno se le igualava en Roma. El quinto se nombrava Bononio, el qual a la sazón era cónsul y en las leyes antiguas muy diestro. El postrero se llamava Ianuario el Bueno; era llamado «el Bueno» porque jamás en sesenta años le vio hombre hazer obra mala, ni dezir palabra oçiosa, ni hazer cosa que no fuese en provecho de la república.

Caso que todos quedaron yguales en la governaçión (digo estos tres postreros), pero a este Ianuario particularmente dexó por capitán del exército, y mandó entregar sus thesoros, y en sus manos puso el testamento, y con muchas lágrimas le encomendó al príncipe Cómmodo. Pues como fuese grave la enfermedad y cada hora de vida esperase la hora de la muerte, mandó despertar al hijo Cómmodo, el qual, descuidado, dormía su sueño. Traído, pues, en su presençia, era lástima de ver los ojos del viejo hechos carne de llorar y los ojos del hijo apegados de dormir. El hijo no podía despertar con el descuido, y el padre no podía tomar el sueño con el cuidado. Puesto, pues, en su presençia, visto quán en poco tenía el hijo la muerte del padre y quánto deseava el padre la buena vida del hijo, moviéronse los coraçones de todos los grandes señores que allí estavan a tener compañía al buen viejo, y no menos a tomar enojo del moço. Entonçes, el buen Emperador, dirigiendo las palabras al hijo, dixo. [188]


{Antonio de Guevara (1480-1545), Libro áureo de Marco Aurelio (1528). Versión de Emilio Blanco publicada por la Biblioteca Castro de la Fundación José Antonio de Castro: Obras Completas de Fray Antonio de Guevara, tomo I, páginas 1-333, Madrid 1994, ISBN 84-7506-404-3.}

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Edición digital de las obras de
Antonio de Guevara
La versión del Libro áureo de Marco Aurelio, preparada por Emilio Blanco, ha sido publicada en papel en 1994 por la Biblioteca Castro, y se utiliza con autorización expresa de su editor y propietario, la Fundación José Antonio de Castro (Alcalá 109 / 28009 Madrid / Tel 914 310 043 / Fax 914 358 362).
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