islámica

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Abentofail   1110-1185
Ibn Tufayl (Abu Bakr Muhammad ibn Abd Al-Malik)
El filósofo autodidacto
(Risala Hayy ibn Yaqzan)

Traducción de Ángel González Palencia
según la edición del CSIC, Madrid 1948, 201 págs.
de la que se mantiene la paginación, pero no las notas,
y que reproduce los grabados de la de Ockley, Londres 1708

Prólogo del autor | Historia de Hayy Ibn Yaqzan | Hayy hace la disección de la gacela | Al llegar al tercer septenario de su vida... | Llega a la conclusión...
Historia de Asal y Salaman

Prólogo del autor. Motivo ocasional de este libro: el éxtasis. Opinión de Avempace acerca del éxtasis. Opinión de Avicena acerca del éxtasis. Diferencia entre la percepción mística y la percepción filosófica. Naturaleza de la visión extática. Estado de los conocimientos místicos en Al-Andalus. Escritos de Avempace sobre filosofía. Escritos de Al-Farabi, conocidos de los españoles. Obras de Avicena referentes a mística. Ideas de Al-Gazali en punto a mística. Ibn Tufayl se declara discípulo de Al-Gazali y de Avicena, con cierto eclecticismo. Quiere comunicar sus ideas acerca de la mística, y para ello escribe este libro con la historia de Hayy Ibn Yaqzan y la de Asal y Salaman.

Historia de Hayy Ibn Yaqzan. Posibilidad de que haya una región en el mundo, en la cual el hombre nazca por generación espontánea. Opinión de los que creen a Hayy hijo de una princesa, que para evitar el deshonor se ve obligada a abandonarlo, arrojándolo al mar. Hayy, salvado en tierra, es recogido por una gacela. Explicación que dan los partidarios del nacimiento de Hayy por generación espontánea. Emanación del espíritu. Las potencias se someten al espíritu. Formación del corazón y del resto del cuerpo. Hayy es criado por la gacela y vive los primeros años entre estos animales. Observa Hayy las diferencias que tiene respecto de los demás animales, viéndose inferior a ellos. A los siete años de edad, Hayy se viste con hojas de los árboles y emplea varas como armas en su lucha con los animales. Se viste con las plumas y la piel de un águila muerta. Muerte de la gacela: Hayy trata de explicarse este fenómeno. Piensa que la muerte de la gacela había sido originada por un daño en algún miembro oculto del cuerpo. Este órgano debe radicar en el centro del cuerpo.

Hayy hace la disección de la gacela y halla el corazón. Después de un minucioso análisis del corazón, Hayy se convence de que el ser que había en sus compartimentos se ha marchado. Siente desprecio por el cuerpo y admiración por el ser que lo gobernaba. A imitación de un cuervo, Hayy entierra a la gacela que lo había criado. Hayy toma cariño a las gacelas; no halla en la isla ningún individuo de su propia especie, y cree que todo el mundo se reduce a aquella isla. Conoce Hayy el fuego y lo mantiene vivo en su cueva; aprende a comer carne asada y se ejercita en la caza y en la pesca. Sospecha que el ser desaparecido del corazón de la gacela fuera de la misma naturaleza del fuego. Después de hacer la disección de animales vivos, se convence de la existencia del alma animal, que gobierna al cuerpo.

Al llegar al tercer septenario de su vida, Hayy se había hecho vestidos, armas y choza y había domesticado ciertos animales. Hayy observa las coincidencias y diferencias en las distintas clases de seres del mundo. Encuentra la unidad de cada especie, a pesar de la multiplicidad de sus individuos, y comprende la unidad del reino animal. Halla la misma unidad en el reino vegetal. Encuentra ciertas coincidencias entre el reino animal y el vegetal. Halla también la unidad del reino mineral. Coincidencias que ve Hayy entre el reino vegetal y el mineral. Hayy observa que todos los cuerpos tienen movimiento, o hacia arriba o hacia abajo. Ve que los cuerpos han de tener, por lo menos, pesadez o ligereza, y se convence de que la realidad esencial de los cuerpos se compone del atributo corporeidad con otros diferentes añadidos. Deduce la existencia del alma animal, del alma vegetativa y de la naturaleza de los seres inanimados. Dedica su atención a conocer el alma. Llega a discernir las funciones del alma vegetativa. Naturaleza de los cuatro elementos. La extensión, cualidad corpórea. La forma y la materia de los cuerpos. El cambio de forma en el agua sugiere a Hayy la idea vaga de un «creador» de la forma. Comprende Hayy que el «agente» productor de las formas no puede ser cuerpo de este mundo sensible, y estudia los cuerpos celestes. Es imposible un cuerpo infinito: razonamientos de Hayy.

Llega a la conclusión de que el cosmos o reunión de los cuerpos celestes es esférico. Semejanzas del mundo celeste con el mundo sublunar. Piensa Hayy si el mundo sería producido o eterno. Razones que halla en pro y en contra de cada tesis. Si el mundo es producido, necesita un creador, que no será cuerpo. Si el mundo es eterno «a parte ante», necesitará un motor, exterior a él e incorpóreo, que haya producido su movimiento. Se confirma Hayy en su idea de la existencia de un autor incorpóreo. Este autor será causa de los demás seres, creador de ellos. Huellas de este autor, que Hayy ve en todos los seres. Tiene este autor todas las cualidades de la perfección y está libre de las de la imperfección. Hayy se siente inclinado hacia este autor, cuya existencia conoció a los treinta y cinco años de edad. Trata de saber con qué facultad había conocido a este ser: no había sido por medio de los sentidos ni por la imaginación. Lo había conocido por su propia esencia, por estar impreso en su alma el conocimiento de él. El alma es incorpórea e incorruptible. Hayy trata de averiguar cuál será el destino del alma después que el cuerpo haya desaparecido. Diversa situación del alma si, durante la vida del cuerpo, no conoció al ser necesario, si lo conoció y se apartó de él, o si lo conoció y no se separó de él. Hayy trata de mantenerse siempre en el estado de visión intuitiva de Dios, que es la perfección y el placer de su propia esencia. Ve que los animales y las plantas no conocen a este ser. Sospecha que los cuerpos celestes, en cambio, lo conocen. Los cuerpos celestes son incorruptibles. Los seres son más perfectos a medida que tienen más formas. Razonamientos que mostraron a Hayy el parecido de su alma con los cuerpos celestes. Hayy se ve entonces distinto de los demás animales. Juzga necesario asemejarse a los cuerpos celestes y al ser necesario. Otras asimilaciones que había de procurar, por ser cuerpo, por ser animal y por tener alma. Ventajas e inconvenientes de las tres asimilaciones dichas. Limitaciones que puso Hayy a su vida material, que era necesaria para su vida espiritual. Clases y cantidad de alimentos que debía tomar. Busca Hayy la asimilación a los cuerpos celestes, según sus tres clases de cualidades. Hayy procura ejercer en los minerales, plantas y animales la misma acción beneficiosa que los cuerpos celestes. Hayy procura imitar con su limpieza el resplandor de los cuerpos celestes, y hacer, como ellos, un movimiento circular. Intenta asemejarse al ser necesario, abstrayéndose totalmente de la vida material y recurriendo al movimiento de rotación hasta desvanecerse. Reflexiones de Hayy acerca de los atributos positivos y negativos del ser necesario. Trata de eliminar de su propia esencia los atributos de la corporeidad, por medio del reposo y de la inmovilidad y del pensamiento en el ser necesario, solo, sin asociarle nada. Hayy alcanza la visión intuitiva del ser necesario. El autor del libro anuncia una explicación alegórica del «estado» que Hayy alcanzó. Hayy, en su visión, pierde la noción de su esencia y de las demás esencias separadas, y llega a pensar que él es la misma esencia divina. Naturaleza de las esencias separadas, que conocen la verdad. Objeción, basada en la confusión de lo uno y de lo múltiple, a que se llega considerando el estado de Hayy, y se resuelve teniendo en cuenta que la «manera» mística es diferente de la facultad lógica ordinaria. Visión por Hayy de la esfera suprema. Visión por Hayy de la esfera de las estrellas fijas: símil de los espejos que van reflejando luces. Visión por Hayy de la esfera de la Luna. Visión por Hayy de su propia esencia. Las más excelsas visiones de Hayy. Hayy sale del éxtasis. Naturaleza de las esencias divinas y de las almas soberanas, que no pueden conocerse aplicando el criterio lógico. Hayy se esfuerza en conseguir el éxtasis de modo habitual.

Historia de Asal y Salaman. Diversos criterios de Asal y de Salaman en punto a religión: aquél partidario del retiro; éste, de la vida social. Asal se retira a la isla donde Hayy vivía. Encuentro de Asal con Hayy Ibn Yaqzan. Asal da a Hayy a comer provisiones de las que guardaba del mundo, y esto le sirve de obstáculo para conseguir el éxtasis. Asal enseña a Hayy a hablar. Asal se maravilla al saber que Hayy ha llegado, por la razón natural, a los más altos grados espirituales que él pensaba alcanzar por medio de la religión. Hayy encuentra acorde lo que Asal le comunica de la religión con lo que él mismo había aprendido por la razón. Causa a Hayy extrañeza que el Profeta empleara alegorías y que los hombres se preocuparan de las riquezas y cosas materiales. Desea Hayy comunicar a los hombres la verdad. Hayy y Asal se trasladan a la isla gobernada por Salaman. Las enseñanzas de Hayy son despreciadas por los hombres, incapaces de comprender tales sublimidades. Encarga Hayy a Salaman y sus amigos que guarden los preceptos de la religión y desiste de instruirles en las ciencias místicas. Asal y Hayy vuelven a la isla desierta y continuan su vida mística. Razones que el autor ha tenido para divulgar este libro.

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