Nuestra Bandera, revista teórica y política del partido comunista de españa
Madrid, febrero-marzo 1966
número 47-48
páginas 118-119

Respuesta al camarada E. V.

Con motivo de la publicación en «Nuestra Bandera» (mayo-junio, 1965) de una breve reseña del Coloquio sobre «Problemas de organización del futuro democrático de España», en el que tomaron parte unos cuarenta camaradas responsables del Partido, hemos recibido una carta del camarada E. V. que nos ha parecido interesante y, sobre todo, un ejemplo concreto de cómo un comunista ha de leer los materiales del Partido y hacer uso de su derecho a opinar sobre los mismos con el sentido de responsabilidad y la seriedad que lo hace el camarada E. V.

La carta empieza así:

«En mi parecer el propio titulo «Autonomía nacional, regional, provincial y municipal», ya induce a confusión, porque de buenas a primeras se limita el principio fundamental sobre la autodeterminación de las naciones.
Tampoco me parecen muy oportunas, por idénticos motivos, afirmaciones tan rotundas como la de que «debemos estar en contra del federalismo». Con ello se vuelve a poner en tela de juicio el principio de autodeterminación de las naciones, diciéndoles de antemano, más o menos: «Autodeterminad lo que queráis, pero no lo hagáis por la forma federal.»
Me inclino más por el planteamiento de que «ninguna restricción por nuestra parte del concepto de autodeterminación se justifica» y «dejando que el pueblo participe activamente en la solución del problema nacional y sea el que diga la última palabra». Esto tiene una enorme importancia.»

Como vemos, por la carta misma del camarada E. V., en el Coloquio, mejor dicho, en la reseña de «Nuestra Bandera» sobre el Coloquio, se ha dado respuesta a la propia duda del camarada E. V. Sin embargo, la Redacción considera que se impone –por su parte– una explicación autocrítica sobre la forma en que fue presentado ese Coloquio en las páginas de la revista. Decíamos en la presentación (pág. 11).

«El intercambio de opiniones fue tan amplio por el número de sus participantes y tan rico en ideas, en planteamientos teóricos, que su publicación íntegra constituiría un voluminoso libro.»

Pero esta necesidad de abreviar, condensar y extractar nos llevó a dar una visión confusa de lo que fue el Coloquio. Aparte de la carta del camarada E. V. hemos recibido quejas por lo mismo de parte de camaradas y simpatizantes –incluso responsables de otras fuerzas de la oposición antifranquista– pero, sobre todo, de algunos de los participantes en el propio coloquio.

Cuando se intercambian opiniones sobre temas tan complejos, y este intercambio se realiza en forma de Coloquio, sin informes previamente elaborados y documentados, es natural que haya formulaciones y afirmaciones que, tomadas aisladamente y Transcritas sobra el papel, aparezcan confusas y hasta incorrectas. Un Coloquio es esto –confrontación de ideas– y, por lo mismo, tiene un gran valor para la elaboración posterior de una plataforma que, en este caso, era política.

No logramos –está visto– dar en nuestra reseña del Coloquio una imagen de lo que fue. De ahí la carta que nuestra reseña ha inspirado al camarada E. V., y las quejas que por otros conductos nos han llegado. [119]

La experiencia nos habrá de servir para el futuro. Esta es la conclusión a la que hemos llegado en la Redacción.

Ahora bien: desde la aparición en nuestras páginas del Coloquio sobre los problemas de la organización del futuro Estado democrático de España, ha salido el libro del Secretario General de nuestro Partido, camarada, Santiago Carrillo. El libro «Después de franco, ¿qué?» contiene, entre otras cosas de gran importancia política, la respuesta a la carta del camarada E. V. Es natural que el libro del camarada Santiago haya recogido el fruto de lo que fue el Coloquio y otras experiencias de la vida política de nuestro Partido, la síntesis y las conclusiones de debates, discusiones y análisis que hayan tenido jugar en todo el Partido.

A estas horas el camarada E. V. tiene los elementos que le permitirán ver que, sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos, el Partido tiene una posición clara, marxista-leninista y en concordancia con la evolución que –en el problema nacional como en tantos otros– se está produciendo en nuestro país.

De todas maneras, para aquellos lectores que no hayan tenido ocasión de leer el libro del camarada Santiago Carrillo, hemos considerado útil recordar lo que se dice en el mismo, en relación a la carta del camarada E. V.

En la página 100 del libro «Después de franco ¿qué?», el Secretario General del Partido Comunista de España dice:

«Nosotros concebimos esa nueva democracia como un Estado multinacional, proclamando sin reservas los derechos nacionales de Cataluña, Euzkadi y Galicia, integrados en él no por la coacción y la imposición del poder central, sino por su libre y voluntaria decisión. Los comunistas mantenemos firmemente el principio de autodeterminación de los pueblos y el derecho de Cataluña, Euzkadi y Galicia, a desarrollar y enriquecer su cultura, su lengua y sus libertades nacionales. Sólo un Estado que respete la diversidad y la personalidad nacional de los pueblos que le integran estará real y sólidamente unido en un común destino; sólo por ese camino se afianzará la verdadera hermandad de los pueblos de España.»

Creemos que en lo expuesto por el camarada Santiago Carrillo en su libro, la posición de los comunistas sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos, está bien clara. En la intervención del camarada Gregorio López Raimundo en una reunión de militantes del P.S.U. de Cataluña, celebrada en octubre de 1965, los comunistas catalanes se identifican totalmente con esas posiciones de principio.

El que algún camarada se haya manifestado en el Coloquio en contra de una solución federal y de la organización de una Cámara o Asamblea de las Nacionalidades, no quiere decir –como afirma el camarada E.V.– que se «ponga en tela de juicio el principio de autodeterminación de las naciones». Derecho de autodeterminación significa que la nación es libre de decidir por sí misma, sin injerencias extrañas, incluso su separación del Estado y su constitución en Estado independiente. Pero reconociendo y defendiendo este derecho, los comunistas pueden y deben pronunciarse, en cada momento, por una u otra solución (autonomía, Federación o separación) según convenga a los intereses de la clase obrera y del pueblo.

En el Coloquio se enfocó así la cuestión por parte de otros camaradas y si la reseña que del mismo hicimos en «Nuestra bandera» no lo ha reflejado se debe, exclusivamente, a una insuficiente elaboración de dicha reseña por nuestra parte.

Consideramos, pues, que el camarada E.V. tiene ya la respuesta a su carta en los documentos citados. Sin embargo, era preciso contestarle desde las páginas de «Nuestra bandera» y alentarle –tanto a él como a los demás lectores– para que den su opinión sobre lo que aparece en nuestra revista con la seguridad de que, unos y otros, aprenderemos mucho con ello.

La Redacción


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