Tercer Congreso Católico Nacional Español Sevilla 1892

 

Conclusiones de la Sección tercera
aprobadas por el tercer Congreso Católico

Punto I

1ª Siendo necesario fomentar cada día más la obra del «Dinero de San Pedro» cuanto más apremiantes son las necesidades de la Santa Sede, convendrá a este propósito encarecer a los católicos que en sus testamentos dejen consignadas limosnas para Su Santidad, y pedir al Gobierno que exima de derechos reales estos legados de piedad filial.

2ª También será un medio eficaz para dicho fin que en todas las hermandades y congregaciones piadosas se haga cada año una cuestación a favor del Sumo Pontífice.

Punto II

1ª Dadas las circunstancias de la época presente es urgentísimo que en las principales poblaciones de todas las diócesis de España se reorganicen o vigoricen los gremios mixtos recomendados con empeño por el Romano Pontífice y acomodados a las condiciones de los tiempos actuales, como remedio saludable a las perturbaciones de la sociedad moderna.

2ª Estos gremios tendrán por base las prácticas religiosas, la caridad, la protección o apoyo y la enseñanza; estarán fundados bajo los auspicios del Prelado de la Diócesis, y serán dirigidos por una Junta compuesta de varios individuos con los cargos especiales propios de cada sociedad, de un número suficiente de vocales para constituir las secciones respectivas que podrán [708] reducirse a cuatro: la de caridad, la de ahorros, la de protectorado y defensa, y la de enseñanza; y además de un vocal eclesiástico o consiliario nombrado por el Obispo con carácter oficial y permanente.

3ª Debe procurarse que haya en cada gremio: una caja de socorros, cuya administración correrá a cargo de la comisión de caridad, para favorecer a los obreros y sus familias en la desgracia; una caja de ahorros, a cargo de la comisión de este nombre; otra de préstamos administrada también por la comisión anterior; una comisión de protectorado y defensa para facilitar trabajo al que no lo tenga, arreglar las diferencias entre obreros y amos y defender los derechos de los agremiados; por último habrá una clase dominical y, si es posible, otra nocturna diaria para la enseñanza propia del obrero, dando preferencia a la parte religiosa. Un reglamento general del gremio, aprobado por el Diocesano, y los especiales de las secciones determinarán el objeto, utilidad y ventajas del gremio, los beneficios y deberes de los agremiados y las atribuciones de cuantos intervienen en la Junta directiva y secciones.

4ª Conviene también establecer círculos, patronatos o centros escolares dominicales de obreros en las principales poblaciones y centros de obreros en las menos importantes. Cada una de estas sociedades de obreros podría tener una organización análoga, en cuanto a la parte esencial, a la expresada en los párrafos anteriores, pudiendo servir de modelos el Círculo Barcelonés de Obreros y Patronato del Obrero establecidos en Barcelona, el Centro Escolar Dominical de Pamplona, el Círculo de Obreros de la Propaganda Católica de Palencia, los Círculos Católicos de Obreros y el Patronato de la Juventud Obrera de Valencia y otros muchos.

Punto III

1ª Para combatir la usura y prevenir sus funestos efectos son excelentes medios prácticos: 1º facilitar la creación de asociaciones económico-industriales y benéficas; 2º fomentar aquellas instituciones que se dedican a hacer préstamos con interés moderado, ajustándose siempre estrictamente a la doctrina de la [709] Iglesia tocante a esta materia; 3º establecer Bancos Agrícolas y reconstituir con espíritu cristiano los antiguos Pósitos para librar de la usura y de sus funestos resultados a los agricultores; 4º extender la acción de los Montes de Piedad a las pequeñas industrias y a la agricultura, prestando aperos, utensilios de labranza y máquinas sencillas. Todos estos establecimientos e instituciones de que se ha hecho mérito, deberán someter sus reglamentos a la Autoridad eclesiástica. Son también oportunos medios para combatir la usura las sociedades cooperativas de obreros y cajas e ahorros de que se ha hablado en el punto anterior.

Punto IV

1ª El descanso Dominical preceptuado por la Religión produce en el orden económico social, entre otras ventajas, las siguientes: renueva las fuerzas físicas del hombre y conforta su espíritu para que pueda continuar sus tareas con más vigor y con más intensa aplicación; aumenta la fecundidad y eficacia del trabajo y la perfección de los productos; impide la depreciación de los salarios; atenúa los inconvenientes que se siguen de la división excesiva del trabajo y del uso de ciertas máquinas; limita la concurrencia inmoderada; estrecha los lazos de la familia; fomenta las buenas costumbres; disminuye el pauperismo; es condición indispensable para la existencia del patronato y de las asociaciones de obreros; acrecienta el bienestar de estos y de los patronos, y en suma, lejos de ser perjudicial es sobremanera beneficioso para la prosperidad de los pueblos.

2ª Además de los medios generales de propaganda, de los mencionados por los Congresos Católicos de Madrid y Zaragoza y de los indicados en el punto 1º de la Sección primera, se recomienda especialmente para lograr la observancia del descanso dominical: 1º trabajar para que se extienda todo lo más posible la Pía Sociedad Salesiana que en sus «Oratorios de los días festivos» «Asilos», y «Talleres» con la palabra y el ejemplo por modo excelente enseña y acostumbra a los obreros a santificar las fiestas: 2º trabajar con actividad incansable hasta conseguir, usando del derecho de petición, que se apruebe definitivamente el proyecto presentado a las Cortes del Reino sobre el descanso dominical. [710]

Punto V

1ª Se dan por reproducidas las conclusiones que fueron aprobadas por el Congreso Católico de Zaragoza en lo relativo a la cuestión social.

2ª Publicada con posterioridad la Encíclica «Rerum novarum» en la que Su Santidad León XIII, ha expuesto de tan admirable manera las doctrinas fundamentales referentes a la solución de la cuestión social, debe recomendarse eficazmente la propagación de este importantísimo documento, a fin de que sus enseñanzas puedan llegar tanto a los ricos como a los pobres. Debe asimismo invitarse a todos los centros de enseñanza de ciencias morales, como también a los individuos de las llamadas clases directivas a que dediquen preferente lugar en sus estudios a la cuestión social bajo el aspecto católico, tomando por guía la precitada Encíclica, y a las asociaciones de propaganda para que difundan ejemplares de esta en todas partes.

3ª Para resolver satisfactoriamente el pavoroso problema social hácese indispensable el empleo de todos aquellos medios encaminados a hacer reinar el espíritu verdaderamente cristiano en las clases superiores de la sociedad, que son siempre espejo donde se miran las clases obreras y que siendo creyentes, morigeradas y verdaderamente católicas no solo influirán con su ejemplo en sus inferiores, sino que se sentirán además siempre dispuestas al sacrificio en favor de ellos.

4ª Además de los medios indicados en el punto 2º de esta Sección al tratar de los gremios y de las asociaciones de obreros, es convenientísimo trabajar por conseguir la reconstitución de la propiedad comunal y el restablecimiento del derecho de poseer bienes inmuebles que disfrutaban las instituciones benéficas, pidiendo al efecto al Estado la legislación conveniente.

Punto VI

1ª Los males que se siguen de la vagancia y del abandono [711] en la educación de la niñez, serían eficazmente remediados y prevenidos con la creación de establecimientos correccionales educativos, de iniciativa particular, para niños adolescentes bajo la dirección del Prelado respectivo.

2ª Será también muy oportuno pedir al legislador la prohibición absoluta de la asistencia de los niños y adolescentes a los juicios orales y hacer activa propaganda contra la indiscreta publicidad que se da por la prensa periódica a los detalles de suicidios y otros crímenes y hechos punibles que preocupan el ánimo de los lectores, como también contra la representación de los mismos en el teatro.

3ª Debe asimismo procurarse, o imprimir mayor impulso, a la fundación y fomento de aquellos institutos religiosos que cuidan de los hijos del pobre, mientras sus padres trabajan en los talleres, y de otras instituciones encaminadas a suplir la deficiencia y abandono de la educación de los hijos.

Punto VII

1ª Es obra importantísima de caridad facilitar por todos los medios más oportunos la pronta tramitación de los expedientes matrimoniales de aquellos que viven en unión ilícita. Para ello conviene establecer y fomentar en las ciudades de alguna importancia la « Obra de San Juan Francisco Regis» dedicada a la legitimación de matrimonios, o bien cualquiera otra asociación que se proponga suplir la reprensible incuria de los que se hallen en tan lamentable estado, tanto para activar la reunión de los documentos necesarios, como para atender a los inevitables dispendios en el caso frecuente de pobreza de los contrayentes. La intervención del Párroco se hace indispensable en estas asociaciones para que sean más fecundos sus trabajos.

2ª Urge emplear todos los medios adecuados, y en especial con energía y constancia el derecho de petición que compete a los ciudadanos y el de moción en las Cámaras que corresponde a los senadores y diputados, para conseguir que desaparezcan del Código Penal militar las penas con que se castiga a determinados individuos del ejército por el hecho de contraer matrimonio y a los párrocos por autorizarlo en ciertas circunstancias; por cuanto [712] dichas sanciones legales implican el desconocimiento de uno de los derechos naturales del hombre y de la más santa de todas las libertades, la de cumplir los deberes morales y religiosos.

3ª Conviene además pedir al Estado la simplificación de los trámites previos del matrimonio dificultados hoy por el nuevo Código civil con la intervención del Consejo de familia, cuando se trata de menores huérfanos.

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C.C.N.E.
III C.C.N.E.
Tercer Congreso Católico Nacional Español
Sevilla 1893, páginas 707-712