XIX Congreso Mundial de Pax Romana España 1946

 
El Escorial
Día 28 de junio de 1946 a las ocho treinta de la tarde

Continúa la discusión del tema quinto

Bajo la presidencia del Excmo. Sr. Arzobispo de Cardiff; Excmos. Sres. Obispo auxiliar de Madrid-Alcalá, Dr. Morcillo, y Administrador eclesiástico de Valencia, Dr. Hervás, y Presidente internacional, Sr. Ruiz-Giménez, se abre la sesión, que comienza discutiendo la última parte de las conclusiones de la primera Comisión de la V Ponencia.

El Dr. Mariño, Presidente de aquella Comisión, de la Delegación de Colombia, lee las conclusiones, referentes a lo que en el programa se denominan «Soluciones para los problemas particulares de orden internacional», iniciándose el debate con lo referente a las minorías, respecto de lo cual la Comisión afirma que ante la existencia de pueblos atrasados en los órdenes económico, cultural y religioso, existe el deber de la formación de organismos de protección, con las condiciones de que la tutela en la minoría no haga perder la propiedad ni limitar la autoridad de los pueblos menores; que la protección debe ser transitoria, y que la tutela sólo se justifica si está encaminada al progreso de los pueblos menores, para que puedan obtener una prosperidad cultural, religiosa o económica, y no precisamente a favor del protector.

Respecto del problema misional, la Comisión proclama la necesidad de fomentar el estudio de las cuestiones misionales, especialmente de las referentes al mundo musulmán, tratando de elevar su cultura, sin que pierdan por eso su religiosidad. Reconocer, por otra parte, la insuficiencia de misioneros, y por tanto, proponer que los universitarios estudien la cooperación profesional, complementaria del trabajo misional.

Al ser leído este concepto, el Sr. Obispo auxiliar de Madrid-Alcalá advierte la necesidad de aclarar la frase «sin perder la religiosidad», que podría dar lugar a interpretaciones ambiguas.

El Presidente la aclara, en el sentido de querer significar que se adaptarán a las características culturales a su temperamento y a sus formas de vida. Cuadra, de la Delegación española, lee unas líneas de la encíclica pontificia Summi Pontificatus, en la que se habla de la necesidad de conservar en aquellos pueblos su personalidad cultural, y en este sentido es aceptada la interpretación. En el campo de las aplicaciones prácticas, el Rector de la Universidad de Oviedo, Dr. Alvarez Gendín, propone al Congreso, como medio para obtener un acercamiento y un conocimiento de los problemas del mundo musulmán, un Congreso en Beirut. El Prof. De Sanctis, de la Delegación italiana, plantea el [85] problema de las Iglesias disidentes, haciendo la salvedad de que, si bien no es una cuestión misional, sí sería conveniente un voto en favor de la unión de estas Iglesias al seno de la Iglesia Romana. El Dr. Mariño dice recomendará la colaboración con el Secretariado Pro Oriente de PAX ROMANA. Kibedy, de Hungría, considera debe hacerse una labor misional, no solamente en los países misionales típicos, sino también en aquellos en que existe una gran masa descristianizada, a lo cual contesta el Presidente, diciendo que ya está esto tratado en la primera ponencia.

Respecto a las cuestiones que plantea la colaboración interamericana, el doctor Mariño lee las conclusiones de la Comisión; en las cuales PAX ROMANA proclama la necesidad de coordinar todas las fuerzas católicas de América en una concepción amplia, flexible y ortodoxa, sin imponer ningún criterio de carácter católico cultural por su carencia de valor universal absoluto. Proscribir enjuiciamientos de un pueblo por otro por la incomprensión que plantean las mentalidades restringidas, manteniendo un estilo de comprensión y una garantía de respeto a intereses católicos peculiares. El Presidente internacional dice que es ésta una conclusión que tiene mucha importancia para Iberoamérica y América en general, y que, por tanto, debe referirse a lo tratado en este punto por la Conferencia de Lima; pero que aquí está desplazada, porque es de tipo exclusivamente americano. El delegado de Cuba, Sr. Escarpenter, manifiesta que, en nombre de la Acción Católica cubana, tiene que decir que si bien, en efecto, América no es el Mundo, sí constituye la mayor y mejor reserva del Catolicismo. Y, por otra parte, que si es aprobada esta proposición por PAX ROMANA en un Congreso mundial, adquirirá extraordinaria importancia, ya que en América existe un iberoamericanismo católico definido, un angloamericanismo católico con características propias, e incluso cabe también hablar de un francoamericanismo católico con notas peculiares, que en la práctica se invaden mutuamente, originando incomprensiones, que no son, sin embargo, verdaderos antagonismos. Pero como el Catolicismo es una fuerza imperial y una cultura característica, sus problemas son de una repercusión universal. De ahí la necesidad de la conclusión presentada. Ruiz-Giménez contesta, diciendo que ya está esto aprobado en las conclusiones de Lima y, a tal efecto, las lee. El P. Rey de Castro, de Cuba, pide entonces que el Congreso haga suyas aquellas conclusiones. El Presidente de la Delegación ecuatoriana dice que los problemas del Catolicismo son problemas que interesan a todo el mundo. En definitiva, quedan aprobadas y recogidas de nuevo las conclusiones de Lima. El doctor Mariño dice que falta que tratar aún en esta Comisión de los problemas referentes al Protestantismo y a los países ocupados por las fuerzas comunistas; pero la Presidencia le contesta que para el primero existe una Comisión especial de estudio, y que respecto del segundo, se excluyó su consideración por los jefes de las Delegaciones, reunidos en Madrid antes de dar comienzo el Congreso. Con esto se da fin a los trabajos de la primera Comisión, pasando inmediatamente a considerar las conclusiones de la segunda.

Existe en ésta una conclusión general, en la que se establece que cada Federación Católica debe dar su atención a los problemas de la Cristiandad y comunicar este interés a sus miembros, que deben difundirlos por las técnicas más modernas. Debe darse una concepción precisa de estos problemas con un espíritu de ayuda, y, para más efectividad, se crea un Secretariado especializado, conectado con el Subsecretariado correspondiente de PAX ROMANA. Aquel Secretariado dispondrá de un grupo de expertos y de propagandistas, con métodos modernos de penetración y conquista por medio de las ideas. El delegado portugués pide a esta conclusión que se haga una clara alusión a la sumisión de aquellos expertos de que se habla a la jerarquía, siendo recogida la sugerencia. También propone la Comisión una segunda conclusión en la que declara que PAX ROMANA combatirá para obtener la libertad de comunicación de la jerarquía y del pueblo cristiano con la Santa Sede. Conclusión que es aprobada por unanimidad.

En una tercera dice que considerando los problemas enormes de los estudiantes católicos de las Islas Filipinas y del Oriente se recomienda que PAX ROMANA organice un estudio de la situación para un programa de colaboración que debe ser inaugurado y más ampliamente discutido en Friburgo.

La cuarta conclusión recomienda a las Federaciones unos estudios intensos de los mensajes de Navidad y de las doctrinas pontificias, con lo cual terminan los trabajos de la quinta ponencia, y es levantada la sesión.

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Pax Romana
XIX Congreso
XIX Congreso Mundial de Pax Romana
Madrid 1946, páginas 84-85