La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto Filosofía en español
Benito Jerónimo Feijoo 1676-1764

Cartas eruditas y curiosas / Tomo cuarto
Carta X

Respondiendo a una consulta sobre el Proyecto de una Historia General de Ciencias, y Artes


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1. Muy señor mío: Aún no del todo convalecido de una penosa fluxión, que padecí estos días, y me hizo retardar la respuesta a la Carta de V.S. digo, que recibí ésta con singular estimación, por lo mucho que V.S. me honra en ella, suponiendo mera liberalidad al mérito que no tengo; en cuya cuenta entra también el considerarme apto para satisfacer a V.S. sobre la consulta que me hace en orden al gran Proyecto Literario que ha concebido de Historia General de Ciencias, y Artes; y en que cuanto yo puedo hacer, es representar a V.S. la arduidad de la empresa.

2. Esta, Señor Conde, no es obra para un hombre sólo, ni para tres, cuatro, o cinco, sino para muchos, y éstos muy versados en las Facultades, cuya Historia se intenta, uno en cada una; aunque podrá hallarse tal, o cual sujeto que cómodamente abarque tres, o cuatro. No sería menester tanto, si hubiese Historias particulares de todas esas Facultades. Digo que no sería menester tanto. Pero siempre sería menester mucho; porque para extractar la Historia particular de cualquiera Facultad, aunque no se requiere un perfecto conocimiento de ella, es necesario mucho más que aquello que se llama meramente tintura. [119]

3. En esto padecen, no pocos, un engaño notable; y es, que aunque no hayan estudiado ésta, o aquella Facultad, juzgan que con tener libros de ella, y aplicarse a su lectura, podrán suplir esta falta, por lo menos para imponerse en algunos puntos particulares, cuya inteligencia desean. Si uno de éstos se introduce a escribir (como en efecto se introducen algunos), ¿qué absurdos no da a la prensa? Piensa el pobre que copia fielmente lo que leyó en el libro, y lo que escribe es diversísimo de lo que leyó. Esto procede, ya de que la inteligencia de una especie pende del conocimiento de otras de la misma Facultad, las cuales él enteramente ignora; ya de que el Autor, en quien lee, habla debajo de alguna suposición, y él toma, como absoluto, lo que en el libro es hipotético; ya porque de arriba viene derivada alguna restricción que él no leyó, u de que no se hizo cargo; ya de que tomó algún término en la significación que tiene en el uso común, y no en la que tiene dentro de aquella Facultad; ya de otros principios, que es excusado enumerar.

4. Ya por estos principios, ya por aquellos, ya por los otros, ¡qué monstruosidades, y cuántas he visto salir a luz de las plumas de algunos de estos aventureros de la República Literaria! De Virgilio se dijo, que sacaba oro del informe, o rudo plomo de Ennio, u otra materia, que no es menester nombrar ahora, más vil que el plomo, y la escoria. Mas estos Escritores, sin vocación, sin ingenio, sin estudio, como Alquimistas al revés, el oro que encuentran en los libros, transforman en hierro, en plomo, en escoria.

5. No niego yo que hay sujetos capaces de imponerse muy bien en una, u otra Facultad, y aun poseerlas ventajosamente, sin voz viva de Maestro, mediante el mero auxilio de los libros: pero éstos son

6. Son muy pocos, son raros. Pero son muchos aquellos [120], entre quienes cada uno piensa de sí mismo que el uno de esos raros. De aquí viene verse tratados, u de intento, o por incidencia, asuntos de que ni aun una superficial inteligencia tenían sus Autores, y por consiguiente vertidos en ellos errores crasísimos. Y aun esos pocos, que son capaces de instruirse solamente por los libros en esta, o aquella Facultad, es menester que por los mismos libros tengan estudio metódico, empezando por los principios, tomando de ellos el hilo a las consecuencias inmediatas de ellos; de éstas a las mediatas, distinguiendo con cuidado lo cierto de lo solamente probable, &c. Es verdad que aquellos a quienes Dios dotó de un entendimiento claro, y reflexivo, no necesitan de que otro les haga esta advertencia. Ellos la sacan de su propio fondo. Y los que tienen tan cortos talentos, que por sí mismos no advierten esto, poco, o nada adelantarán, aunque se dediquen a estudiar metódicamente por los libros.

7. Pase esto por digresión; y volviendo al propósito digo, que creo, que aun fuera de lo mucho que V.S. podrá hacer por sí mismo, habrá en la Corte sujetos bastantes para extractar muy bien las Historias que haya escritas de muchas Ciencias, y Artes, ya que no de todas. ¿Pero querrán todos los que son hábiles para ello dedicarse a ese trabajo? Mucho lo dificulto. Unos estarán empleados en otras tareas, que considerarán más útiles para sus personas. Otros se hallarán ligados de obligaciones, o Políticas, o Morales, que les impedirán trabajar para la imprenta. Otros tendrían otros obstáculos.

8. Aun vencida esta dificultad, si es posible vencerla, resta la de encontrar los libros necesarios para esa gran colección. Yo pienso que son pocos los que hay de Historias particulares de Ciencias, y Artes. O por lo menos son pocos los que han llegado a mi noticia. No obstante apuntaré a V.S. lo poco que me fuere ocurriendo conducente a su proyecto. [121]

9. Para la Historia de la Filosofía hay en los dos Tomos, que escribió el Inglés Thomas Stanley, debajo de este mismo título, cuanto se puede desear de la Filosofía antigua. Para continuar desde allí la Historia hasta nuestros tiempos hallará V.S. muchos materiales en varios Discursos del Teatro Crítico, v.gr. Guerras Filosóficas: El gran magisterio de la Experiencia: Mérito, y fortuna de Aristóteles, &c. Pueden conducir al mismo asunto los tres libritos del Padre Regnault, cuyo título es Origen antiguo de la Física Moderna.

10. La Historia de la Medicina escribió Daniel Le-Clero docto Médico de Ginebra. Es verdad que no se extiende más que hasta Galeno; pero hizo después un Plan de continuación hasta nuestros tiempos, que puede servir mucho. Y algo hay conducente en mi discurso sobre la Medicina.

11. Para la Historia de la Geometría, Aritmética, Astronomía, y otras Ciencias Matemáticas hay mucho en el Tratado Proemial, de Progressus Matheseos, et Illustribus Mathematicis, que estampó el Padre Dechales en el primer Tomo de su Mundo Matemático.

12. De la Música se puede formar Historia casi completa de los muchos materiales que hay para ella en la Historia, y Memorias de la Academia Real de las Inscripciones, y bellas letras. En el Tomo undécimo, que es Indice de los diez precedentes, V. Musique, verá V.S. notados todos los lugares donde hay dichos materiales.

13. Los Coloquios sobre la vida, y obras de los más excelentes Pintores antiguos, y modernos, que compuso el señor André Felibien, dan muchas noticias conducentes a la Historia de la Pintura, como para la de la Arquitectura la Colección Histórica, que hizo Juan Francisco Felibien, hijo del referido, de la vida, y obras de los más célebres Arquitectos.

14. Finalmente, en defecto de Historias formadas indicaré a V.S. tres fuentes copiosas de noticias para la [122] Historia de Ciencias, y Artes, que son el Theatrum Vitae Humanae de Lorenzo Beyerlink: las Memorias de Trevoux, y los tres Tomos últimos de la Historia Antigua de Monsieur Rollin. En el primero no hay sino buscar por el orden alfabético el nombre de la Facultad, de quien se desean las noticias, y debajo de él se hallarán. V. gr. Quiere V.S. noticias conducentes para la Historia de la Jurisprudencia. En el cuarto tomo, pág. 748, verá el título Ius. Iurisprudencia; y consiguientes a él trece hojas llenas de especies pertenecientes a esta Ciencia. Es verdad que el Autor de esta dilatada Obra suele ser poco exacto: defecto común a los que toman por su cuenta muy abultadas colecciones.

15. Las Memorias de Trevoux contribuirán con grandes, y más seguros socorros para el asunto; grandes, porque ésta dilatada Obra fue, y está dedicada a ese fin; y así le pusieron, y ponen sus Autores el título de Memorias para la Historia de las Ciencias, y bellas artes, más seguros, por la mejor crítica, y más ciencias de los Autores; porque como son muchos los que trabajan asociados en esta Obra, dividiendo entre sí los asuntos, abarca cada uno sólo aquello que es proporcionado a su estudio, inteligencia, y comprehensión.

16. El modo de usar de dichas Memorias es recurrir a la tabla, que hay al fin de cada año, donde en distintas divisiones se coloca el índice de todos los escritos de que se dio noticia en los cuatro Tomos pertenecientes a aquel año, poniendo las distintas materias debajo de los títulos correspondientes, v. gr. debajo del título Medicina se citan en sus respectivos lugares los libros pertenecientes a esta Facultad, de que se hizo crisis, o extracto en aquellos cuatro Tomos; lo mismo debajo de los títulos: Poesía, Música, &c.

17. En los tres Tomos últimos de la Historia Antigua de Monsieur Rollin tendrá V.S. un servicio muy pronto, porque en ellos trata el Autor de varias Ciencias, y Artes, apuntando el progreso que han tenido desde la [123] antigüedad hasta nuestros tiempos. Es Autor muy exacto, claro, y de bello juicio, aunque en esta materia no da muchos materiales, porque procede muy compendiariamente.

18. En caso que con los auxilios indicados, y otros, que ocurrirán, agregándose sujetos aptos, y en suficiente número para la Obra, considere V.S. asequible su proyecto, le exhortaré no obstante, que no comprehenda en él la Sagrada Teología; a menos que de su Historia se cargue algún Teólogo muy docto, y de gran extensión en esta Facultad. De otro modo es próximo el peligro de caer en innumerables, y crasísimos errores. Esto por las razones que apunté arriba. Piensa el que no es Profesor, que copia lo que leyó en el libro; y en vez de una doctrina muy buena, estampa un desatino.

19. Yo tuve algunos años há el pensamiento de escribir la Historia de la Teología; pero habiéndolo comunicado a algunas personas, cuyo juicio me era, y es más respetable, me disuadieron de él; representándome, que en España había mucho mayor necesidad de Literatura mixta, cuyo rumbo había yo tomado, destinada a desengañar de varias opiniones erradas, que reinan en nuestra región, y aun en otras, que de Historia Teológica. A esto se añadió considerar, que el Plan, que yo me había formado para esta Historia, se extendía a una tal amplitud, que era muy verosímil me faltase la vida, o las fuerzas para concluirla; porque había de comprehender, no sólo la Teología Natural, Dogmática, Escolástica, y Moral, mas también la que abusivamente se llama Teología; esto es, la Errónea, en que se incluyen la Heretical, y Gentílica antigua, y moderna: tres campos vastísimos, y uno de ellos; esto es, el de la Teología Gentílica antigua, cubierto de innumerables obscuridades.

20. Espero que V.S. me avise si da algún principio a la ejecución de su proyecto, y con qué circunstancias, [124] en cuya vista es posible subministre a V.S. algunas noticias, o reflexiones conducentes a su prosecución, deseando complacer a V.S. en esto, y en todo lo demás que quiera ordenarme. Nuestro Señor guarde a V.S. muchos años. Oviedo.

Noticia Curiosa
Relativa a un punto de la Carta antecedente

21. Dije en ella, que son pocos los que sin voz viva de Maestro, mediante sólo el auxilio de los libros, pueden llegar a poseer ventajosamente esta, o aquella Facultad. Ahora digo, que entre esos pocos ocupa un lugar muy distinguido cierto doctísimo Inglés moderno, de quien se da noticia en las Memorias de Trevoux del año de 1732 págin. 109, mediante una Carta que escribió un Miembro de la Sociedad Regia de Londres a uno de los Diaristas de Trevoux. La Carta traducida es como se sigue:

22. Un gran genio supera todas las incomodidades de la fortuna, del nacimiento, de la educación. Mons. Stone es un raro ejemplo de esta verdad. Hijo de un Hortelano del Duque de Argile, llegó a la edad de diez y ocho años sin saber leer. Su padre no era capaz de enseñarle su oficio con aquel modo elevado, que hace la cultura de Huertos, y Campos una parte muy útil, y noble de la Física.

23. Habiendo, por casualidad, un doméstico enseñado a leer al joven Stone, nada más fue necesario para hacer explicarse, y salir a luz la rara fuerza de su genio. El se aplicó, él estudió, él arribó a la inteligencia de la más sublime Geometría, y del cálculo, sin Maestro, sin conductor, sin otra guía que su proprio entendimiento.

24. A la edad de veinte y ocho años ya había hecho [125] todos estos progresos, sin que nadie lo entendiese, y aun se puede decir, sin entender él mismo los prodigios que pasaban en él; esto es, sin presumir que otro cualquiera no adelantaría lo mismo que él, aplicándose del mismo modo.

25. Milord, el Duque de Argile, que junta a todas las virtudes Militares, y a todas las cualidades propias de un Héroe, un conocimiento universal de todo lo que puede adornar, y perfeccionar el entendimiento de un hombre de su clase, paseándose un día en su Huerta, vio sobre la yerba el famoso libro de los Principios Matemáticos de la Filosofía Natural del Caballero Newton en Latín; y llamando a alguno para que le recogiese, y llevase a su Biblioteca, acudió al punto el joven Hortelano, diciendo que aquel libro era suyo. ¿Cómo tuyo? (replicó el Duque) ¿Pues sabes tú la Geometría? ¿Entiendes el Latín? ¿Y sobre todo entiendes a Newton? Algo de todo eso entiendo, respondió Stone, con un aire de sencillez, procedida de la profunda ignorancia de sus propios talentos, y del exceso de su saber.

26. Sorprehendido el Duque, le examinó, proponiéndole varias cuestiones, a que Stone dio respuestas tan claras, tan adecuadas, y decisivas, que admirado el Milord, le preguntó, ¿cómo había arribado a saber tanto?

27. Señor (respondió Stone) ha diez años que un doméstico de la Casa de V.E. me enseñó a leer; sucedió ver después hacer una Obra de Arquitectura en vuestro Palacio; noté que el Arquitecto usaba de una regla, y un compás, y que calculaba; y preguntando yo, qué era aquello, y de qué servía, vine a saber que hay una Ciencia, que llama Aritmética; otra, que se llama Geometría, y en general el uso que tienen estas Ciencias. Compré, pues, lo primero un libro de Aritmética, y aprendí esta Facultad; luego libros de Geometría, y la aprendí también. Vine a saber después, que había buenos libros de estas dos Facultades en Latín. Compré un Diccionario; y aprendí [126] la lengua Latina. Supe también que había bellos libros de la misma Facultad en Francés. Compré un Diccionario de esta Lengua, y la aprendí. Ve aquí, Señor, todo lo que he hecho; y a mí me parece que para aprender cuanto se quiera, no es menester más que conocer las veinte y cuatro letras del alfabeto.

28. Hechizado de esta relación el Duque, sacó al nuevo Geómetra de la obscuridad en que estaba, dándole un empleo en que podía subsistir muy honradamente, y le dejaría todo el lugar necesario para sus estudios, y especulaciones. Descubrió en él igual excelencia de genio para la Música, para la Pintura, para la Arquitectura, y otras Ciencias.

29. El resto de la Carta, sobre los grandes elogios al soberano ingenio de Mons. Stone, por el cual hizo muchos nuevos descubrimientos en la más sublime Geometría, añade, que bien lejos de engreirse con la satisfacción de sus raros talentos, éste es un hombre de una sencillez, candor, y modestia admirables.

30. Lo que en esta Carta se dice del Duque de Argile nada tiene de raro en Inglaterra; donde los nobles de todas clases cultivan las letras mucho más que en Francia, ni en Italia, ni otra parte alguna del mundo; lo que puedo asegurar, por haberlo leído en Autores Franceses de la mejor nota.


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{Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764), Cartas eruditas y curiosas (1742-1760), tomo cuarto (1753). Texto tomado de la edición de Madrid 1774 (en la Imprenta Real de la Gazeta, a costa de la Real Compañía de Impresores y Libreros), tomo cuarto (nueva impresión), páginas 118-126.}


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