Proyecto Filosofía en español
Compendio moral salmaticense Tratado quinto. De los vicios y pecados
Capítulo tercero. De los pecados en común

Punto segundo <<<>>>
De la división del pecado

P. ¿De cuántas maneras es el pecado? R. Que tiene muchas, siendo innumerables los modos de pecar, y así sólo trataremos de las principales. Divídese lo primero el pecado en original, y personal. El original es: Quod a primo parente derivatur, et per originem transfunditur. El personal es: Quod a propria voluntare committitur. Lo segundo se divide el pecado personal en actual y habitual. El actual es: Actualis violatio divinae legis, y el habitual es: macula relicta in anima ex peccato praeterito, non expiato per gratiam sanctificatem. Dase también pecado venial actual y habitual. El actual es: actualis transgressio levis divinae legis, y el habitual es: Diminutio fervoris charitatis orta ex peccato levi actuali non dimisso; porque aunque en alguna manera sea mácula, no lo es con propiedad.

Divídese lo tercero, en pecado de comisión y omisión; aquél va contra los preceptos negativos, y éste contra los afirmativos. Lo cuarto se divide el pecado en mortal y venial. El mortal es el que da la muerte al alma privándola de la vida de la gracia. El venial es el que aunque no prive al alma de esta vida sobrenatural, la hace menos grata a Dios, disminuyendo el fervor de la caridad.

Divídese lo cuarto en carnal y espiritual. El primero se consuma en la carne, como la gula y lujuria; y el segundo en la mente, como la soberbia, y envidia. Lo sexto hay pecados que son contra Deum, contra proximum, et contra se ipsum. Los primeros se dicen contra Dios, no porque haya pecado que no le sea contrario, sino porque con cierta especialidad se le oponen; como la blasfemia, y herejía. Los segundos se llaman contra el prójimo, porque se le oponen con especialidad; tales son el hurto, homicidio, y otros que le damnificam. Los terceros [141] se llaman igualmente contra el que los comete; porque aunque toda culpa ceda en daño del pecador, estos lo damnifican con más especialidad; como el embriagarse, o el quitarse la vida, y otros semejantes.

Lo séptimo el pecado se divide en pecado cordis, oris, et operis. El que se consuma en la mente, como el odio de Dios, el juicio temerario, la simple deleitación morosa, se llama pecado cordis. Si se consuma en la boca, como la detracción, la mentira, y contumelia, será pecado oris. Y últimamente el que se consuma en la obra, como el hurto, homicidio, y otros, se dice pecado operis.

Divídese lo octavo el pecado en pecado cometido ex infirmitate, ex ignorantia, y ex malitia. Ex infirmatione es el que se comete vencido el pecador de alguna grave tentación o instigación. Ex ignorantia es el que se hace por alguna ignorancia vencible; y ex malitia es el que se abraza por mera elección de la voluntad scienter y de industria; o que procede de una mala costumbre o hábito vicioso, o finalmente tiene su origen en una afectada ignorancia, como dice S. Tom. 1. 2. q. 78. art. 2. y 3.

Lo nono se divide el pecado en propio y ajeno. Propio se dice el que comete el sujeto por sí mismo, y ajeno el que se comete por medio de otro tercero, concurriendo a él con mandato, consejo, auxilio, persuasión, o de otra manera.

Se da también pecado llamado contra el Espíritu Santo, el cual consiste en ir contra la bondad atribuida a este divino Espíritu de un modo especial. Así lo van la desesperación, presunción, impugnación de la verdad conocida, la envidia de la gracia del prójimo, la impenitencia, y obstinación. También se llama este pecado irremisible; no porque absolutamente lo sea; pues no hay alguno que no se pueda remitir, sino por la dificultad con que se remite, a causa de que tales pecadores rara vez hacen penitencia verdadera.


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Moralistas Compendio moral salmaticense
Pamplona 1805, tomo 1, páginas 140-141