Proyecto Filosofía en español
Compendio moral salmaticense Tratado séptimo. De la fe
Capítulo primero. De la naturaleza, objeto, sujeto, necesidad, y preceptos de la Fe

Punto segundo <<<>>>
Del objeto, y sujeto de la Fe

P. ¿Cuál es el objeto de la fe? R. Que es de dos maneras; porque uno es material o formal quod, y otro es formal quo. El objeto formal o material quod primario es el mismo Dios, y todas las verdades que se creen de Dios: El secundario son todas las verdades reveladas por Dios con respeto a las criaturas, como las que hablan de Adán, Eva y de otras. El objeto formal quo, o razón formal sub qua es la primera verdad obscure revelans, o la revelación formal; porque si a un fiel le preguntasen, ¿por qué crees que Dios es Trino? Respondería: Porque así lo ha revelado Dios, que ni puede engañar, ni ser engañado. La propuesta de la Iglesia sólo es una condición que nos expone lo que ha sido o no revelado por Dios.

P. ¿Qué certidumbre gozan las verdades y misterios de nuestra fe? R. Que gozan una certidumbre más que metafísica, y que excede cualquier otra certidumbre; de manera que es imposible sea lo [170] contrario, por estribar en el testimonio de Dios, en quien no es hallarse falsedad.

P. ¿Cuáles son los actos principales de la fe? R. Que los tres siguientes: Credere Deo: Credere Deum: y Credere in Deum, esto es: Credere Deo, como a primera verdad revelante: Credere Deum, como a verdad revelada, o creer su existencia: Credere in Deum, como en fin último. Por lo que, aunque creamos la Iglesia Católica, no creemos en la Iglesia Católica, no creemos en la Iglesia Católica. Credimus Paulum, sed non in Paulum, dice S. Agust. Tract. In Joan.

P. ¿Quién es el sujeto de la fe? R. Que el prójimo es al entendimiento donde se recibe como virtud intelectual. El sujeto quod es todo viador; y así el entendimiento sólo es sujeto quo. No se da fe en los Bienaventurados por gozar de la vista clara de Dios incompatible con la obscuridad de la fe. Por la misma razón no la hubo en Cristo, que siempre fue perfectísimamente comprehensor. Los Ángeles la tuvieron cuando fueron viadores. S. Tom. 1. p. q. 57. art. 5. ad. 3.

P. ¿Se halla en los condenados fe sobrenatural? R. Que no; porque ni son viadores, ni comprehensores, sino obstinados en la maldad, destituidos de todo bien y auxilio sobrenatural. Las palabras de Santiago cap. 2. daemones credunt, et contremiscunt se entienden de una fe natural, y forzada por las señales que conocen, y principalmente por los tormentos que padecen. En las almas del Purgatorio permanece la fe juntamente con la caridad, y esperanza, porque aún no ven lo que creen. Los pecadores, que no son infieles ni herejes, retienen la fe aunque lánguida y casi muerta; porque fides sine operibus mortua est. Los herejes se hallan destituidos de la verdadera fe sobrenatural; pues desechan su razón formal, que es la divina revelación propuesta por la Iglesia. Creen lo que les place, y lo que no, lo niegan; y por esta causa aun respecto de aquellas verdades, que les parecen creer con fe verdadera, no la tienen en la realidad, sino opinionem quandam, secundum propiam voluntatem, como dice S. Tom. 2. 2. q. 5. art. 3. [171]


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Moralistas Compendio moral salmaticense
Pamplona 1805, tomo 1, páginas 169-170