Proyecto Filosofía en español
Compendio moral salmaticense Tratado diez y ocho. Del séptimo y décimo precepto del Decálogo
Capítulo primero. De la justicia y del derecho

Punto tercero <<<>>>
De la injusticia y vicios opuestos a la justicia

P. ¿Se da vicio opuesto a la justicia por exceso? R. Que no; pues sólo peca contra esta virtud el que no da, o da menos de lo que debe, pero no el que da más. El vicio que declina de la justicia se llama injusticia. Esta puede ser de dos maneras; es a saber, general, que incluye toda la colección de los vicios; y particular opuesta a la justicia. S. Tom. q. 59 art. 1.

Se divide esta injusticia según las especies referidas de justicia. Por esto, la que se opone a la justicia legal, se denomina injusticia legal, o relajación de las leyes. A la justicia distributiva se opone la aceptación de personas. A la conmutativa se oponen todos aquellos vicios, que causan algún perjuicio al prójimo en la vida, fama, honra o bienes temporales, sea por pensamiento, palabra, u obra; como son el homicidio, hurto, rapiña, la injusta sentencia del juez, el falso testimonio, la contumelia, detracción, y otros muchos de que hablamos en todo el discurso de esta Suma.

P. ¿La injusticia es de su género pecado mortal? R. Que sí; pues se opone a la caridad. Charitas enim, dice S. Tom. 2. 2. q. 66. art. 6. consistit principaliter quidem [476] in dilectione Dei; secundario vero in dilectione proximi ad quam pertinet, ut proximo bonum velimus, et operemur.

P. ¿Qué es propiamente injusticia? R. Que es: habitus, quo quis volens infert inaequale contra ius alterius nolentis. Se dice volens; porque para que haya acto de injusticia debe proceder scienter de la voluntad de querer damnificar. Se añade: contra ius alterius nolentis; para denotar que queriendo, nadie puede padecer injusticia, si fuera la voluntad justa, y pura. Debe ser justa; esto es: que el que quiere sea de tal manera dueño de la cosa, que pueda justamente querer. Por falta de esta circunstancia, aunque el marido consienta en el adulterio de su mujer, siempre padece en él injusticia. Debe ser también pura la voluntad, y no mezclada de involuntario, porque si hubiere éste, podrá padecer agravio el que quiere, como se ve en el que por miedo da el dinero al ladrón, y en el que por necesidad recibe dinero a usuras. S. Tom. art. 3. ad. 2.


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Moralistas Compendio moral salmaticense
Pamplona 1805, tomo 1, páginas 475-476