La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto Filosofía en español
Antonio de Guevara 1480-1545

Reloj de Príncipes / Libro I

Capítulo V
De cómo fue entre los antiguos muy estimado el philósopho Bruxilo y de la vida que hizo, y de la habla que hizo a los romanos a la hora de la muerte, y de cclxxx mill dioses que dio a los romanos.


Pharasmaco, libro xx De libertate deorum, de quien haze mención Cicerón in De natura deorum, dize que en los tiempos que los godos tomaron a Roma y cercaron el Capitolio vino con ellos un philósopho que avía nombre Bruxilo, el qual después que los gallos fueron alançados de Italia él quedóse con Camillo en Roma. E como en aquellos tiempos Roma carecía de philósophos, fue este Bruxilo tenido en grandíssima veneración por todos los romanos, en tanto que él fue el primero estrangero cuya statua siendo bivo se puso en el Senado; porque los romanos tenían por costumbre a los naturales hazer estatuas en la vida y a los estrangeros no sino en la muerte.

Fue la edad deste Bruxilo ciento y treze años, los sessenta y cinco años de los quales residió dentro de los muros de Roma, y entre las otras cosas cuentan siete muy notables de su vida. La primera, que en sessenta años jamás romano le vio salir fuera de los muros de Roma; porque antiguamente eran tenidos en muy poco los sabios si con ser sabios no eran hombres muy retraýdos. La segunda, que en sessenta años nunca hombre le oyó dezir palabra ociosa; porque las palabras demasiadas mucho deshazen la auctoridad de las personas. La tercera, que en todo aquel tiempo nunca le vieron perder una hora de tiempo; porque no ay mayor excesso en el sabio que es verle perder un momento de tiempo. La quarta es que en [86] todo aquel tiempo de ningún vicio fue notado, y no se tenga esto en poca excellencia; porque pocos son de larga vida que no sean notados de alguna infamia. Lo quinto, que en todos aquellos sessenta años ninguno tuvo dél enojo ni querella, y no menos esto que lo otro se ha de tener en mucho; porque a la verdad monstruo se puede llamar en natura el hombre que en este mundo vivió sin dar a otro enojo ni pena. Lo sexto, que le aconteció estarse tres y quatro años que no salía fuera de los templos, y en este caso se mostró aquel filósofo ser hombre limpio; porque el hombre virtuoso no se ha de contentar con carecer de los vicios, sino que se ha de apartar de los hombres viciosos. Lo séptimo, que más vezes hablava con los dioses que no con los hombres.

Venido, pues, este filósofo a la hora de la muerte, como le viniesse a visitar todo el Senado, y le diessen muchas gracias por el tiempo que en tan buena conversación con ellos avía vivido, y que muy de coraçón pesava a toda Roma porque tan excellente hombre perdía la vida, el buen philósopho en presencia de todos dixo estas palabras al Senado. [87]


{Antonio de Guevara (1480-1545), Relox de Príncipes (1529). Versión de Emilio Blanco publicada por la Biblioteca Castro de la Fundación José Antonio de Castro: Obras Completas de Fray Antonio de Guevara, tomo II, páginas 1-943, Madrid 1994, ISBN 84-7506-415-9.}

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