Zeferino González (1831-1894)
Obras del Cardenal González
Historia de la Filosofía
Primer periodo de la filosofía griega

§ 29

Tales

Este filósofo, apellidado por Aristóteles príncipe (hujus philosophiae princeps) o fundador de la escuela jónica, nació en Mileto por los años 640 antes de la era cristiana. Si hemos de dar crédito al citado Aristóteles, afirmaba que el agua es el principio, causa y substancia primitiva de todas las cosas. Fundaba su opinión en que el agua es la que suministra alimento y nutrición a todas las existencias. Hasta el calor vital de los animales depende para su producción y conservación, de la humedad producida por el agua. En la sangre, con los demás humores y líquidos que se observan en la economía animal, así como también en los jugos y savia de las plantas, en todos predomina la humedad o el principio acuoso.

También le atribuye Aristóteles las siguientes opiniones:

a) Que la tierra flota en el agua, o se halla como sumergida en este elemento.

b) Que el imán es un ser animado, toda vez que atrae al hierro.

Cicerón afirma que, además del agua como [104] principio material de las cosas y como substratum general de la naturaleza, admitía la existencia de una inteligencia o mente {19}, como fuerza ordenadora de los seres formados o compuestos del agua. Pero en esta parte, merece más crédito Aristóteles, que atribuye esta doctrina a Anaxágoras, posterior a Tales, opinión que tiene en su favor el sufragio de los más autorizados críticos e historiadores de la Filosofía.

El filósofo de Mileto cultivó también las matemáticas y la astronomía, estudio muy en armonía y muy conducente para el progreso y consolidación de su doctrina filosófica, atendido su carácter físico-cosmológico. Se le atribuye el descubrimiento y primera resolución de algunos problemas geométricos de los más importantes, y no faltan autores que afirman que predijo el eclipse solar acaecido en el año 585 antes de la era cristiana. Esto revela que nuestro filósofo poseía conocimientos astronómicos nada vulgares, atendida la época, y explica por qué fue considerado generalmente en la antigüedad, no solamente como el primer filósofo, sino como el primer geómetra y el primer astrónomo. Herodoto y Diógenes Laercio hablan de Tales como de un notable hombre político, y, entre otras, aducen como prueba el consejo que dio a sus conciudadanos disuadiéndoles de formar alianza con Creso en contra de Ciro.

Tales, como casi todos los representantes de la escuela jónica durante sus primeros pasos, consideraba la naturaleza o materia como vivificada y animada [105] (hylozoísmo) por una fuerza interna y esencial a la misma, y poblaba el universo mundo de divinidades, las cuales probablemente no eran para el fundador de la escuela jónica más que manifestaciones más o menos perfectas, más o menos sutiles de esa fuerza viva, inherente y esencial a la materia, que constituye para el filósofo de Mileto la substancia y el fondo real de todas las cosas. En otros términos, los dioses de Tales son los dioses del politeísmo helénico; son personificaciones diferentes de las fuerzas y de los fenómenos de la naturaleza, según que son compatibles con la teoría hylozoísta. Por otra parte, sus conocimientos stronómicos y meteorológicos, que debían ser bastante notables para aquellos tiempos, a juzgar por el testimonio de algunos autores antiguos {20}, se prestan a la concepción naturalista del politeísmo griego.

La teoría concreta de Tales acerca del agua como principio y substancia de las cosas, fue seguida más tarde por Hipon, natural de Samos, según unos, y de Regio, según otros, y que vivía en Atenas en tiempo de Pericles. A juzgar por ciertos pasajes de Aristóteles {21}, Hipon fue hombre de escaso mérito como filósofo. [106]


{19} «Thales Milesius aquam dixit esse initium rerum, Deum autem eam mentem, quae ex aqua cuncta fingeret». De Nat. Deor., lib. I, cap. 10.

{20} Apuleyo, entre otros, dice que Tales conoció temporum ambitus, ventorum flatus, stellarum meatus, tonitruum sonora miracula, siderum obliqua curricula, solis annua reverticula, palabras que revelan la alta opinión que se tenía del saber y conocimientos especiales del fundador de la escuela jónica, en orden a los fenómenos naturales y físicos.

{21} Después de mencionar la teoría de Tales y de otros acerca del principio de las cosas, añade: «Hipponem etenim nemo dignabitur cum istis connumerase, propter intellectus ejus simplicitatem.» Metaphys., lib. I, cap. II.

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Zeferino González Historia de la Filosofía (2ª ed.)
Madrid 1886, tomo 1, páginas 103-105