Blas Zambrano 1874-1938 Artículos, relatos y otros escritos

A quien deba ser
El Heraldo Granadino, 27 junio 1899

 

Repetimos lo dicho. Al calor de los legítimos intereses, heridos, puede cultivarse la semilla de la idea, olvidada.

El pueblo, el país entero, está en las peores relaciones posibles con sus amables gobernantes.

Y como en los momentos de excitación individual o colectiva, el proceso del tiempo se acorta, como lo que en períodos normales exige larga preparación, en períodos anormales es obra momentánea, bastaría a ese objeto que una voz autorizada y elocuente, dijera a todos, donde todos pudieran oírla:

¿Sabéis por qué se arruina a la nación y se oprime al pueblo?

¿Sabéis por qué se provocó la cuestión de Melilla y por qué fue resuelta deshonrosamente?

¿Sabéis por qué no se evitó la insurrección de Cuba y la sublevación de Filipinas?

¿Sabéis por qué fuimos a una guerra desastrosa con los Estados Unidos, y por qué esa guerra, a más de desastrosa, ha sido hecha sin fe, y termina sin honor?

¿Sabéis por qué, ahora, no se disminuyen los gastos de la nación?

¿Sabéis por qué se recargan hasta lo inaguantable todo género de tributos?

¡Ah!, sí lo sabéis

Sabéis que se provocó, a sabiendas, la cuestión de Melilla, para debilitar distrayendo la opinión pública, a las partidas republicanas, entonces unidas y poderosas; y que se terminó, de la peor manera, por miedo a complicaciones exteriores, que pudieran, de rechazo, alterar lo existente.

Sabéis que no se evitó la insurrección de las colonias, porque en las colonias tenían que enriquecerse los auxiliares más firmes, mejor dicho, los núcleos constituyentes de los partidos monárquicos.

Sabéis que el gobierno fue a la guerra con los Estados Unidos, aun sabiendo que la guerra se perdía, y con ella, la vida de muchos españoles y el dinero y la honra de España entera, por miedo a que la opinión, extraviada por esos ilustres políticos, no fuera a reaccionar contra lo que esos engañadores defienden.

Sabéis que fue terminada esa guerra a destiempo y sin honor, no por patriótico escrúpulo ¡buenos patriotas están ellos! de que la patria se dividiera; sino por el temor egoísta de que al verificarse cualquier conmoción en el cuerpo nacional, se desprendiera de los hombres de ese cuerpo una cabeza vacía, una cabeza que reina y no gobierna.

Sabéis que no puede hacerse ninguna economía –no es preciso que los sepáis, si no lo sabéis– no puede hacerse ninguna economía, porque es necesario tener satisfechos a cuantos viven de la nación sin servirla aunque la nación padezca.

Es necesario tener satisfecha a la iglesia, no disgustar al ejército ni a la marina y mantener, como hueste política, mercenaria y servil, a la inmensa balumba de empleados, para la nación inútiles, para la monarquía necesarios.

Y como los vidrios rotos por nuestros gobernantes en beneficio de algo que no es la patria, tiene que pagarlos la patria, es también imposible, absolutamente imposible que sufra disminución alguna el actual presupuesto de ingresos.

Pero es necesario que no lo sepáis fríamente. Es necesario que os paréis a considerar la suma enorme de energías perdidas, de dinero gastado, de honra, ida para no volver, si por ella no volvemos.

Y es necesario que compareis luego lo que valía y representaba lo perdido, y lo que vale y representa aquello por lo que todo se perdió.

Considerar, también, qué es lo que vendrá, si no varía. Porque los hombres, con ligeras diferencias, todos somos iguales. Pero no son iguales los principios, los sistemas, las formas.

Y, luego de pensar y de sentir, sobre estas verdades, que todos sabéis, decidid.

Los pueblos cultos y viriles deben conocer el mal, y aplicarle, sin pueriles contemplaciones ni miedos femeninos, el único eficaz remedio.

Blas J. Zambrano

<<< >>>

La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto filosofía en español
© 2001 www.filosofia.org
  Edición de José Luís Mora
Badajoz 1998, páginas 80-81