XIX Congreso Mundial de Pax Romana España 1946

 
Salamanca
Sesión del día 25 de junio de 1946 a las doce de la mañana

Conclusiones del tema primero

Bajo la presidencia del Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de Cardiff, del Obispo de Salamanca, Presidente internacional de PAX ROMANA, Mr. Abraham Mucientes, Rector del Seminario y otras personalidades, se reunió el pleno, dando comienzo la sesión con la intervención del delegado mejicano, Ramón Sánchez, que expuso la redacción nueva que se ha dado al proyecto de la primera Comisión, y que queda redactado de la siguiente forma:

I. La persona humana es una sustancia singular, no comunicada, de naturaleza racional y constituye una, unidad sustancial compuesta de cuerpo y alma.

II. Son atributos esenciales de la persona humana la sustancialidad, la racionalidad, la libertad y la perfectibilidad.

III. La persona humana in statu viae está sujeta al tiempo y al espacio y tiene como atributo propio la historicidad.

IV. La persona humana no es una parte, sino un todo; no un medio, sino un fin, y se ordena a Dios como a su fin natural y a la comunidad, en cuanto ésta le sirve para alcanzar su perfección.

V. La persona humana es imagen de Dios y a ella se ordena toda la naturaleza irracional; es principio responsable de acción y está destinada a perfeccionarse en sociedad.

VI. La persona humana ha sido elevada al orden de la gracia y está destinada a la posesión sobrenatural de Dios por el conocimiento y el amor.

VII. En consecuencia, la persona humana es sujeto de derechos y deberes inalienables, que deben ser reconocidos y garantizados en todo ordenamiento jurídico, de los cuales importa hoy destacar, según los mensajes pontificios, los siguientes:

a) El mantenimiento y desarrollo de su vida corporal, intelectual y moral.

b) La formación y educación religiosa y el culto a Dios, privado y público, incluida la acción caritativa religiosa.

c) La libre elección de estado, incluidos el sacerdotal y religioso.

d) La constitución e integridad de la sociedad conyugal y doméstica.

e) El trabajo y el uso de los bienes materiales con las necesarias limitaciones sociales.

f) La seguridad jurídica y, por tanto, una esfera concreta de derechos protegida [66] contra todo ataque arbitrario, mediante una legislación clara e intergiversable, garantizada por recursos ante jueces independientes (Mensaje de Navidad de 1942); y

g) Participación en la vida política de la comunidad a través de un ordenamiento representativo de los verdaderos y naturales organismos sociales.

Inmediatamente, el jefe de la Delegación inglesa dice que debe aprobarse en bloque, si no hay cambios esenciales que introducir; es decir, trátase de evitar en cuanto sea posible las discusiones que no afecten al fondo del asunto.

Francesco de Piazza, Vicepresidente de la F. U. C. I., propone una serie de modificaciones al proyecto que, en síntesis, son las siguientes:

Respecto al punto VII, dice que no cabe hablar de deberes inalienables, por lo que es necesario restringir ese calificativo simplemente a los derechos. En el IV punto, propone la adición de una segunda parte, por considerarlo de otro modo incompleto, sugiriendo que la redacción de ese párrafo contenga la mención de que la persona humana está ordenada a la sociedad en cuanto el amor por ella es un reflejo necesario del amor por Dios. Con respecto al VI, dice debe incluirse el concepto de persona cristiana, consistente en la inhabitación de Dios.

El P. Sauras, O. P., Consiliario de la Delegación de Valencia, dice no es posible hablar de un concepto de persona cristiana sino más bien de persona humana, con perfección cristiana, tal como está redactado en el punto VI. Y respecto a la sugerencia de introducir el concepto en este mismo punto, de la vía trinitaria, ya está esto contenido en la palabra gracia.

El delegado mejicano, Quiroga, propone como moción de orden que las propuestas de los delegados no pasen de la Comisión al Pleno si ya han sido rechazadas en aquélla, como ha sucedido con las sugerencias del delegado italiano.

El Presidente, Ruiz-Giménez, resumiendo las anteriores intervenciones, dice que sobre los tres primeros puntos no existe problema, así como en el quinto. Respecto al cuarto, admitir la sugerencia italiana, y al VII, hacer la corrección respecto a la calificación de los deberes, quedando aprobado en este sentido el proyecto de la Comisión.

Seguidamente se pasa a examinar el texto redactado por la segunda Comisión, que es como sigue:

I. PAX ROMANA PROCLAMA IA UNIDAD DEL GÉNERO HUMANO DENTRO DE LA VARIEDAD DE RAZAS, RECONOCIENDO EN CADA HOMBRE UN HERMANO, POR SER TODOS HIJOS DE DIOS, SEGÚN LA DOCTRINA DE LA IGLESIA CATÓLICA. POR CONSIGUIENTE, CONDENAMOS TODA SEPARACIÓN EN LA VIDA SOCIAL Y TODA NEGACIÓN DE DERECHOS PÚBLICOS Y PRIVADOS FUNDADAS EN LA DIVERSIDAD DE RAZAS Y LUCHAREMOS POR QUE TODOS LOS HOMBRES LLEGUEN AL CONOCIMIENTO Y PRÁCTICA DE ESTE CONCEPTO, ASÍ EN LA UNIVERSIDAD COMO EN LA SOCIEDAD Y EN LAS TIERRAS DE MISIÓN.

II. El Congreso reconoce como graves peligros que hay que evitar y que acechan a esta concepción de persona, por un lado, la despersonalización del hombre, por su absorción por el capital inhumano, por la masa colectivizada o por el Estado, y, por otra parte, en el extremo opuesto, la exaltación egocéntrica del individuo con preterición de la subordinación de su actividad al bien común. Por tanto, concluimos:

PAX ROMANA CONSIDERA INDISPENSABLE LUCHAR POR QUE LA PERSONA HUMANA SEA RESPETADA POR LAS LEYES DE CADA NACIÓN Y LOS INDIVIDUOS O SOCIEDADES E INSTITUCIONES DE LAS MISMAS, Y ESTIMA NECESARIO, EN DEFENSA DE LA MISMA PERSONA HUMANA, EL ESTABLECIMIENTO DE PREVENCIONES Y SANCIONES EFICACES PARA QUIENES PUEDAN LESIONARLA.

III. Considerando:

Que la persona humana tiene derecho a una paz social que sea garantía de la paz del espíritu.

Que hay que llevar a cada individuo la convicción de que su paz interior, que no es otra cosa que la concordia entre el cuerpo y el alma, es base imprescindible de la paz de la familia, de la de las clases sociales y de la paz internacional, y que, por tanto, toda progresión o regresión en su vida interior tiene una repercusión en la paz familiar, social e internacional.

Que la persona tiene derecho a disponer de tiempo e independencia para la intimidad de la vida familiar y religiosa. [67]

Concluimos:

PAX ROMANA PROCLAMA LA NECESIDAD DE QUE LA SOCIEDAD ESTÉ ORGANIZADA EN FORMA TAL QUE PERMITA A LA PERSONA HUMANA DESARROLLARSE INTEGRALMENTE, REALIZAR SU PERFECCIÓN Y AFIRMAR SU PERSONALIDAD, SIN PERJUICIO DEL BIEN COMÚN Y COOPERANDO A ÉL.

IV. Ante el actual derrumbamiento de los ideales y el consiguiente escepticismo, que sitúa en el mismo plano a la verdad y al error, proclamamos:

ES PRECISO TENER CARIDAD CON LOS EQUIVOCADOS, PERO NO TRANSIGENCIA CON SUS IDEAS. EL DERECHO NATURAL A LA VERDAD IMPIDE QUE SE PONGA A ÉSTA EN EL MISMO PLANO QUE AL ERROR.

V. Considerando que la guerra ha destruido la paz interior y la intimidad de la Persona, es preciso que dichos bienes sean recuperados mediante el fomento del espíritu religioso, del espíritu de trabajo y del espíritu familiar. Ante la preocupación de la guerra, es preciso desarraigar, por un lado, el peligro y sensación de inseguridad y, por otra parte, el afán de seguridad por encima de las exigencias de la caridad y de la justicia. Por ello, concluimos:

PAX ROMANA TRABAJARÁ POR LLEVAR A LAS NACIONES A LA CONVICCIÓN DE QUE LAS GUERRAS Y REVOLUCIONES SON EXTREMOS A LOS QUE SÓLO SE HA DE LLEGAR CUANDO POR OTROS MEDIOS NO SEA POSIBLE LOGRAR LAS EXIGENCIAS DE LA JUSTICIA Y DE LA CARIDAD, QUE ESTÁN POR ENCIMA DE TODO BIENESTAR INDIVIDUAL.

VI. Partiendo de la doctrina pontificia (Syllabus Propos., 77-80; Libertas, 28-30; Mirari Vos, 11-12; Inmortale Dei, 41; Divini illus Magistri, 28, &c.), que establece que la persona humana no ha de hacer de su libertad un fin en sí mismo, en vez de un medio para la consecución de su supremo destino, y que manda que el uso de la libertad ha de estar sujeto a la ley divina y a las leyes humanas justas, para no caer en un liberalismo práctico, mantenemos que:

LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA EXIGE QUE SEA LIMITADA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN TODO LO QUE ATENTE A LA MISMA. LAS OBRAS QUE MANTENGAN DOCTRINAS ANTICONCEPCIONALES, LA DIFAMACIÓN DE LAS PERSONAS Y TODO OTRO ATENTADO DIRECTO O INDIRECTO A LA DIGNIDAD HUMANA, DEBE SER EVITADO O CORREGIDO EFICAZMENTE POR LA AUTORIDAD PÚBLICA.

VII. Considerando que los universitarios católicos debemos vivir la tesis católica sobre la unidad del género humano y sobre la universalidad de la religión frente a los dos polos opuestos en los que la persona humana se desnaturaliza por exceso o por defecto.

Que a todo fiel se le exige la superación del individualismo, proyectándole hacia todo el género humano, y que la acción misionera de la Iglesia ofrece al mundo el espectáculo vivo de una exaltación justa de la persona al trabajar infatigablemente, a fin de hacer a todos los hombres participantes de una misma fe y procurando la hermandad no sólo natural, sino sobrenatural de todos ellos.

Que las Misiones, que son la Catolicidad en ejercicio, además de demostrar prácticamente la exaltación de la persona humana, ofrecen como una especie de complemento al mostrar y realizar una exaltación de las personas colectivas, concluimos:

LA EXTENSIÓN DEL CONCEPTO CRISTIANO DE PERSONA HA DE PROMOVERSE, EN PRIMER LUGAR, PARA CUMPLIR EL MANDATO EVANGÉLICO DE LA UNIVERSALIDAD DE LA DOCTRINA CRISTIANA, Y, EN SEGUNDO TÉRMINO, PARA QUE LA DIFUSIÓN DE UN CONCEPTO CATÓLICO DE LA VIDA SIENTE LAS BASES DE UNA VERDADERA PAZ INTERNACIONAL.

Inmediatamente de ser leído el anterior proyecto de la segunda Comisión, el delegado inglés se levanta y expone, con respecto al punto sexto, la dificultad de restringir la libertad de expresión, que sería difícil de mantener en los términos propuestos en el proyecto en los países en que los católicos no tienen el control de las leyes, y pide atenerse tan sólo en la redacción a las leyes naturales o morales, sin entrar en la formulación de principios aplicables a las leyes positivas.

Fernando Stiglich, jefe de la Delegación del Perú, dice que es necesario afirmar la tesis, puesto que es cierta; y que en la práctica se procurará llevarla a efecto de la manera más eficaz posible, según los distintos países. El jefe de la Delegación suiza, Schwarzenbach, dice que también los católicos en Suiza están en minoría, pero que debemos mantener [68] enhiestos los principios, para que el mundo los conozca y sepa por lo que luchamos. Por la Delegación italiana, el Prof. De Sanctis afirma que nota una laguna en el proyecto de conclusiones y que consiste en la falta de una afirmación del concepto cristiano de libertad, tan absolutamente necesario, y que propone sea redactado un octavo punto de la siguiente manera:

«VIII. PAX ROMANA, teniendo en cuenta las estrechas relaciones que hay entre el concepto de persona y el de libertad, invita a las asociaciones adheridas a que tomen el empeño de defender, en el espíritu de la Iglesia y según la enseñanza pontificia, como esencial al desarrollo pleno de la personalidad el principio de libertad, y lo afirmen contra cualquier violación en el campo político y económico.»

Adhiriéndose al resto de la declaración.

El delegado del Perú dice que no hay que buscar la libertad como a un fin en sí misma, sino como medio, en tanto en cuanto sirve para el mantenimiento de la dignidad humana en orden al fin último del hombre.

El Prof. de la Universidad de Zaragoza, Sr. Guallard, propone se establezca un punto que hable de las limitaciones de la analogía en la aplicación de las leyes, con lo cual la seguridad jurídica quedaría asegurada. Ruiz-Giménez le contesta que ya está recogida esta sugerencia.

El Rvdo. P. Cuesta, de la Universidad Pontificia de Comillas, dice debe hacerse una explícita afirmación, con objeto de tener las ideas claras.

Por la Delegación de Méjico, Quiroga dice que el punto se redactó tal como aparece en el proyecto, con objeto de huir de los errores extremos y que la libertad de expresión debe limitarse en lo que atente a la dignidad de la persona humana y que es totalmente necesario establecer prevenciones o sanciones a la violación de este principio. El jefe de la Delegación ecuatoriana propone una aplicación al campo económico y una afirmación de la propiedad privada, si bien teniendo en cuenta su función social.

Puentes, por la Delegación del Perú, replica diciendo que pertenece la propuesta del delegado ecuatoriano a la competencia de la tercera ponencia, en vista de lo cual aquél retira su propuesta.

El Vicepresidente internacional, Mr. Kirchner, dice que está de acuerdo con la necesidad de una limitación de la libertad de expresión, pero que tiene miedo que, por ejemplo, esto en su país sea mal interpretado, y que, por otra parte, a ellos les es absolutamente necesaria para su labor de apostolado. A lo cual contesta el Presidente internacional, Ruiz-Giménez, diciendo que el problema planteado es más bien de redacción, pero que, desde luego, hay que afirmar el principio, ya que no cabe emplear la libertad de expresión al servicio del error o a destruir la noción de persona. E incluso propone la redacción de un texto más rotundo, desde luego esencialmente idéntico en sus bases doctrinales, para los países de tipo hispánico, en los cuales no existan los inconvenientes señalados por Mr. Kirchner.

El delegado de la Universidad de Sevilla, Sr. Ibarra, no quiere admitir la posibilidad de una doble redacción y, por otra parte, propugna la absoluta libertad de expresión, sosteniendo que ya existe la acción de calumnia y las distintas acciones de tipo civil o penal, reconocidas en todas las legislaciones, y que cabe aplicar sin distinción ninguna, tanto a los particulares en sí mismos como a los periódicos y periodistas, como tales. Mr. Kirchner vuelve a insistir de nuevo en sus afirmaciones, ponderando aquéllas como un medio para poder atacar el error.

El delegado inglés dice cree centrar la cuestión sosteniendo que las leyes de los países deben prohibir publicar lo no verdadero, a lo cual se adhiere el delegado de Oviedo, reafirmando que no puede colocarse en el mismo plano la verdad que el error. Otro miembro de la Delegación inglesa dice que es necesario reconocer la libertad de expresión, ya que también los que se oponen a los católicos creen están en posesión de la verdad, y por esto la libertad es un medio favorable a los católicos.

Como colofón, el Presidente, Ruiz-Giménez, lee un párrafo de la Encíclica Libertas, en el cual se pone en su justo punto este problema, con lo cual queda aprobado el proyecto de la segunda Comisión, tomando nota aquélla de las sugerencias realizadas para la ulterior redacción de las conclusiones definitivas, esencialmente iguales en el fondo.

Seguidamente, el Presidente de la tercera Comisión, Ivo Murgia, de Italia, presenta al Pleno dos proyectos de conclusiones para esta tercera, que son los siguientes:

Primer proyecto. Implantación, por la palabra y por el ejemplo, de una concepción cristiana de la persona en la Universidad y en la Sociedad. [69]

En particular, para dar a los universitarios una educación de la personalidad, según la concepción cristiana, hace falta:

a) Educarlos por la meditación personal y la participación íntima en la vida litúrgica.

b) Educarlos para reaccionar a las corrientes de masa, haciendo de su propia mentalidad y de su propia conducta una conquista personal, así en lo que concierne a sus estudios como a su vida moral.

c) Educarlos en un espíritu de investigación y de crítica sobre la base de un conocimiento perfecto de la doctrina cristiana.

d) Educarlos en el espíritu de colaboración entre estudiantes y profesores para la fecundidad de los estudios y el mejoramiento de la vida organizada.

Con la palabra:

Lo que acaba de ser expuesto se ha realizado por la palabra, por medio de conferencias, relaciones, emisiones de radio, publicaciones, contactos personales, y todo esto teniendo en cuenta las condiciones adversas en que se encuentran los universitarios, sobre todo en los países arruinados por la guerra. En estas actividades deberá primar el derecho de la persona humana a la libertad y defender todos los intereses de la manera como ha sito afirmado por las Comisiones precedentes, y lo que será dicho todavía en las próximas ponencias.

Con el ejemplo:

El ejemplo a dar por el universitario católico deberá, sobre todo, consistir en:

a) Una competencia en tanto que el estudiante sea digno de su consciencia de cristiano.

b) Una exigencia de dignidad en la enseñanza universitaria de parte de todos los profesores.

c) Una coherencia de la vida práctica entre la fe y los presupuestos doctrinales.

d) Un generoso desenvolvimiento de la caridad, que vaya desde la tolerancia hacia las opiniones de otro hasta la práctica de las actividades caritativas (Conferencia de San Vicente, &c.).

e) Una defensa franca y valerosa de la fe católica, de la Iglesia, del Papa, contra todo error, comprendido el laicismo de los bautizados.

f) Una presencia activa en el dominio del pensamiento y de la acción, a fin de que pueda sentirse la fuerza y la actualidad del Cristianismo vívido.

Fraternidad universitaria entre la raza:

Se realizará superando las diferencias de raza y de nacionalidad establecidas, no por la división de los pueblos, sino por la composición armoniosa de las diversas energías. Se establecerán, pues, contactos recíprocos de personas, intercambios de publicaciones y se fomentarán relaciones amistosas entre los universitarios de las organizaciones de los diversos países.

Intercomunicación con las Universidades de los países de misión en un fin sobrenatural.

En cada nación será creado un organismo que, de acuerdo con el Secretariado Internacional de PAX ROMANA, deberá estudiar y desenvolver el problema de las Misiones y provocar una tributación efectiva, desde el punto de vista económico y apostólico, de los universitarios a las Misiones:

a) Favoreciendo los estudios sobre los temas misionales.

b) Favoreciendo la práctica profesional de los nuevos licenciados en las tierras de misión.

c) Desarrollando los contactos entre los colegios eclesiásticos y las Universidades laicas por medio de las organizaciones católicas universitarias.

d) Haciendo propaganda (publicidad) para las Misiones, llevando a conocimiento de los universitarios su naturaleza y sus posibilidades.

e) Uniendo las plegarias de todas las organizaciones a las intenciones del Soberano Pontífice.

El segundo proyecto que presenta Ivo Murgia a esta Comisión es el siguiente:

«De acuerdo con las enseñanzas pontificias y las declaraciones de este Congreso, los afiliados a PAX ROMANA deberán:

I. Vivir una vida profundamente cristiana, que pueda servir a todos de ejemplo.

II. Estudiar con un interés cada vez más profundo las enseñanzas pontificias sobre [70] la persona humana, insistiendo de una manera especial sobre la igualdad de origen de destino de todos los hombres.

III. Divulgar estas enseñanzas en la Universidad y en la Sociedad por medio de conferencias, actos culturales, revistas, periódicos, radio, &c.

IV. Velar de una manera especialísima sobre sus hermanos de países infieles, estudiando las Asociaciones pontificias misioneras y contribuyendo a su difusión.

V. Defendiendo la persona humana contra los ataques que sufre:

a) Antes de su nacimiento, por las doctrinas anticoncepcionistas.

b) Durante su infancia y su juventud, por falta de medios económicos y de enseñanza religiosa.

c) Durante su vida, por las injusticias sociales y por el paganismo moderno, que se manifiesta por las uniones ilegítimas, el divorcio, &c., &c.

VI. Finalmente, deberán llegar, por todos los medios, a establecer una fraternidad universal de todos los estudiantes, basada en los principios católicos.

Sobre estos dos proyectos de conclusiones presentados, Quiroga, delegado de Méjico, dice no hubo acuerdo en el seno de la Comisión, en vista de lo cual propone la formación de una tercera Comisión que dilucide cuáles han de ser las conclusiones definitivas.

Ivo Murgia, Presidente de la F. U. C. I., insiste, diciendo que la primera engloba totalmente a la segunda y que, por tanto, debe ser la discutida.

Ruiz-Giménez, Presidente internacional, propone que se vote acerca de si se considera aceptable refundir ambas en una única propuesta, y después de unas cortas intervenciones apoyando este punto de vista del P. Almeida y del delegado del Perú, Stiglich, se decide por el Congreso adoptar el criterio de Ruiz-Giménez.

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Pax Romana
XIX Congreso
XIX Congreso Mundial de Pax Romana
Madrid 1946, páginas 65-70