XIX Congreso Mundial de Pax Romana España 1946

 
El Escorial
Día 2 de julio de 1946 a las once de la mañana

Discusión de las conclusiones al tema segundo

A las once de la mañana, bajo la presidencia del Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo auxiliar de Valencia y del Presidente internacional, se abre la sesión a las once de la mañana.

El delegado de Chile, Sr. Pascal, que actúa de Director de debates, indica la necesidad de ser inflexibles en el tiempo de duración de las intervenciones, y al propio tiempo ruega que no intervengan más que los jefes de delegación de cada país, para abreviar y llegar cuanto antes a resultados definitivos.

Se da lectura a la siguiente moción, presentada por las estudiantes que asisten a este Congreso:

«Como primera intervención de las universitarias católicas, vamos a dar lectura de las siguientes conclusiones específicas para la mujer, haciendo constar nuestra adhesión a las que, con carácter general, se han aprobado anteriormente:

I. En lo que se refiere a la mujer universitaria, consideramos que debe hermanar sus actividades intelectuales con la más exquisita feminidad, que ha de manifestarse:

a) En su vida de estudiante:

1º En su relación con los demás alumnos, dentro del mayor compañerismo, no ha de olvidar nunca cuál debe ser el trato entre personas de distintos sexos.

2º En la vida deportiva, con la selección de los deportes apropiados a su sexo y en la práctica de los mismos.

3º En la vida apostólica, utilizando como medios, además de su prestigio intelectual, sus notas específicas de comprensión, abnegación y delicadeza.

b) En el ejercicio de las profesiones:

1º La feminidad no impide que la mujer ejerza una profesión; más aun: al ejercer su carrera universitaria, utiliza un precioso instrumento que Dios ha puesto en sus manos.

2º Pero la mujer deberá evitar algunas modalidades no adecuadas a su sexo que presentan determinadas profesiones.

3º El ideal sería que la mujer, al contraer matrimonio, pudiera dedicarse enteramente a sus obligaciones domésticas, aunque las circunstancias, en determinadas ocasiones, la impulsen a salir fuera del hogar.

II. Proclamamos la necesidad de una coordinación en los trabajos apostólicos de los universitarios y universitarias. [97]

III. Proponemos que las Federaciones Católicas Universitarias deberán facilitar a la mujer el más amplio acceso a todos los medios de formación en la alta cultura católica, que la capacite para realizar su función social y apostólica.»

El Director de Debates pregunta a la Asamblea si tiene que oponer alguna objeción a la moción que acaba de ser leída.

El Delegado de Italia, Prof. De Sanctis, dice que, únicamente, lo que hay que procurar dejar bien sentado es que aunque vaya la mujer a la Universidad, no tenga el peligro de perder su feminidad, y que, por tanto, siga siendo mujer de su hogar.

El delegado de Chile dice que como éste es un asunto que interesa principalmente a las universitarias, entiende debe concedérseles la palabra, por si tienen que oponer algo a la moción citada.

Contesta la Srta. Enríquez de Salamanca, delegada de la juventud Femenina de Acción Católica Española, que como todas las universitarias se han reunido para hacer de común acuerdo la moción, no cree que ahora tengan que hacer ninguna objeción.

El delegado de Italia insiste en que se debe evitar el peligro de que la mujer pierda su feminidad, y que debe ir a la Universidad con mentalidad universitaria, pero sin dejar de ser mujer de su casa.

Monseñor Zacarías de Vizcarra dice que la mujer tiene derecho a entrar en la vida universitaria y a ejercer sus profesiones; esto es una cosa que ya está concedida anteriormente. Ahora bien: el peligro está en que no se conserve su feminidad dentro de eso que ya se les concede. Así es que las que van a la Universidad van desde luego con espíritu universitario y con deseo de ejercer su profesión; y lo que se dice en esta moción es que se debe procurar que conserven íntegramente toda su feminidad. Con esto están ya delimitados los dos aspectos de la moción.

Queda aprobada la moción tal como viene redactada.

El Director de debates dice que se van a considerar los acuerdos que faltan de la primera Comisión.

El Sr. Quiroga, delegado de Méjico, pone de relieve las dificultades que han existido en el seno de la Comisión, de la que es Presidente, por las diferentes posiciones adoptadas en su seno, por lo que somete el caso de una manera especial a la consideración del Congreso.

Primera conclusión: «De acuerdo con la misión formativa de la Universidad, y en defensa de su puro sentido cultural y científico, PAX ROMANA proclama el principio autónomo de la Universidad dentro de la nación, y por tanto, es contraria a la intervención del Estado en la estructura, docencia, administración y vida del Claustro, en orden a su fin institucional. Pero afirma que este principio no se opone a la superior vigilancia y protección, que corresponde al Estado, en orden al bien común temporal.»

El delegado de Chile, Sr. Pascal, director de Debates, dice que la Mesa desea que se hagan solamente las objeciones de carácter general, y que las de detalle se pasen por escrito a la Comisión, para que las tenga en cuenta en la redacción definitiva.

El Sr. Piazza, delegado de Italia, Vicepresidente de la F. U. C. I., pide a la Mesa que sean leídas todas las conclusiones, porque su proposición depende del cuadro general de la propuesta.

El Sr. Quiroga, delegado de Méjico, considera que tiene un grave inconveniente leer seguidas todas las conclusiones, porque tratan de cinco o seis aspectos diferentes. Cree que si se leen en esa forma ha de haber muchas objeciones. Ahora bien: se afirma y se ratifica en que no tiene interés personal alguno en no leer todas las conclusiones, y sí en ahorrar tiempo. Aclara que la proposición de la Delegación italiana es concretamente que se vaya más allá, y las otras proposiciones son que no lleguemos a tanto. La solución –dice– es que se apruebe esta propuesta en general; y como es muy justo que el pensamiento italiano se tome en cuenta, así como el portugués, que ambos se consideren en la redacción final.

El delegado de Chile, Director de debates, dice que, de conformidad con la petición de la Delegación italiana, se va a dar lectura a las cuatro conclusiones de la propuesta.

Son leídas por el Secretario de la Comisión.

El delegado de Chile, Director de debates, dice que la Mesa entiende que, habiéndose dado lectura a todos los puntos de la propuesta, se debe entrar en la discusión y aprobación de cada uno de ellos en particular.

El Sr. Quiroga, delegado de Méjico, da lectura a la

Primera conclusión: «De acuerdo con la misión formativa de la Universidad, y en defensa de su puro sentido cultural y científico, PAX ROMANA proclama el principio [98] autónomo de la Universidad dentro de la nación, y por tanto, es contraria a la intervención del Estado en la estructura, docencia, administración y vida del Claustro, en orden a su fin institucional. Pero afirma que este principio no se opone a la superior vigilancia y protección, que corresponde al Estado, en orden al bien común temporal.»

El Sr. Piazza, delegado de Italia, entiende que éste es un asunto muy interesante en la vida universitaria, y hace la siguiente propuesta, que pide sea traducida a los tres idiomas inglés, francés y español, y que se someta a votación.

La proposición dice así: «Proponemos la autonomía de la Universidad en orden a su concreta actuación, con libertad de investigación y de enseñanza, a fin de que la Universidad alcance rápidamente su objetivo de educar en la Verdad. Es necesario desvincular la vida cultural y universitaria de la vida estatal, reivindicándose para todas las Universidades completa autonomía didáctica y administrativa.

En particular, todas las Universidades, sean libres, sean subvencionadas por el Estado, deben tener estos dos derechos: 1º Ordenación didáctica enteramente regulada por el propio estatuto interno. 2º Ordenación administrativa enteramente regulada por este mismo estatuto interno.

Además, y compatiblemente con la situación particular económica de cada nación, se desea que el Estado tenga igual trato financiero para todas las Universidades, subvencionándolas todas según las diversas exigencias. En tal caso serían abolidas una de las dos categorías, y entonces las Universidades llegarían a ser todas completamente libres o todas subvencionadas. Queda en todo caso a salvo la garantía que el Estado debe tener, a fin de que se reconozca a todas las Universidades el derecho de conceder títulos académicos y profesionales con absoluta igualdad jurídica.

En particular, se reafirma el derecho imprescindible y la necesidad de existencia de las Universidades católicas. El Estado, con las debidas garantías, debe reconocer perfecta igualdad jurídica a las Universidades católicas, sobre la base de una completa autonomía didáctica y administrativa, que responda al requisito de estar consultada la Iglesia Católica o explícitamente aprobada por ella.»

El Sr. Ruiz-Giménez, Presidente internacional, interviene para decir que, atendiendo al ruego de la Delegación italiana de que se tenga en cuenta su proposición, entiende que debe someterse a votación en primer lugar la conclusión primera de la Comisión; y caso de que ésta fuese rechazada, se procedería a votar la presentada por la Delegación italiana.

Hecha la votación, se obtiene el siguiente resultado: nueve votos en favor del texto de la Comisión, tres en favor del texto italiano y dos abstenciones.

Queda aprobado el texto de la primera conclusión de la Comisión en medio de grandes aplausos.

Segunda conclusión: «Recordando que la Iglesia tiene derecho a fundar Universidades y demás centros de enseñanza superior, con facultad de dar toda clase de grados y títulos, sin menoscabo del bien común temporal, cuyo gerente es el Estado, PAX ROMANA promoverá los ideales de la Iglesia en orden a la restauración de Universidades católicas libres, y secundará con todas sus fuerzas las iniciativas que, de acuerdo con la jerarquía eclesiástica, se desarrollen para la realización de dichos ideales.»

Mr. Kirchner, Presidente de la Delegación de Estados Unidos y Vicepresidente internacional, pide que se aclare si lo que se dice en la ponencia es que el Estado tiene derecho a intervenir únicamente en los asuntos temporales de la Universidad católica o en todos los asuntos de las Universidades libres.

El Sr. Ruiz-Giménez le contesta que la propuesta se refiere exclusivamente a la intervención del Estado como guardián o vigilante del bien común temporal; pero sin mengua nunca de los derechos y facultades que le correspondan al Estado en cuanto concierne al bien común.

Mr. Kirchner dice que puesto que está presente en el Congreso una gran personalidad de los Estados Unidos, el P. MacKena, sería conveniente que diera su opinión.

El P. MacKena dice terminantemente que en Estados Unidos hay un régimen establecido en que las Universidades católicas dan libremente sus enseñanzas, pero tienen que someterse en todo al Estado, y que, por tanto, si se aprobase aquí una propuesta en otro sentido, se ocasionaría un trastorno y un perjuicio al régimen educacional de los Estados Unidos.

El Sr. Ruiz-Giménez entiende que la conclusión debe ser aprobada en la forma en que está redactada por la Comisión.

Queda aprobada. [99]

Tercera conclusión: «Considerando que las familias tienen un derecho natural a la educación integral de sus hijos, eligiendo a sus educadores según sus legítimas preferencias, y que los particulares, además, lo tienen de comunicar la Verdad, PAX ROMANA proclama el derecho de las familias y particulares a fundar y regir toda clase de centros docentes, y exigir del Estado, al menos, subvenciones proporcionales al número de alumnos, bajo las condiciones exigidas por el bien común.»

El delegado de Portugal hace la siguiente proposición concreta: «Puesto que ya en la conclusión anterior hemos reconocido el derecho de la Iglesia a fundar sus propias Universidades, lo único que puede hacer PAX ROMANA es pedir que el Estado cumpla la obligación que por derecho natural tiene, sin llegar a la exigencia de cuotas económicas determinadas.»

El delegado de Chile, Director de debates, dice que como el tiempo apremia, la Mesa acuerda proceder inmediatamente a la votación de la conclusión de la Comisión, para ver si se aprueba tal como está, y en caso contrario, si se acepta o no la sugerencia del delegado portugués.

El Sr. Ruiz-Giménez cree no hay inconveniente en recoger la sugerencia del delegado portugués, puesto que no hay ninguna objeción fundamental, y únicamente se trata de disminuir el rigor del texto de la Comisión en lo que se refiere a exigir del Estado subvenciones proporcionales al número de alumnos. Como lo esencial de la proposición es reconocer a los grupos familiares, con arreglo a la doctrina católica, el derecho de dar educación, sin mengua de estas exigencias del bien común, realmente no hay contradicciones entre el texto de la Comisión y la proposición del delegado portugués, y se puede mejorar la redacción y paliar lo excesivamente riguroso de la palabra «exigir», en cuyo caso no es necesario llegar a la votación.

El delegado portugués se muestra conforme con lo manifestado por el señor Presidente.

El Sr. Quiroga quiere advertir que para la traducción en inglés y en francés es suficiente la palabra «pedir»; pero para Hispanoamérica y para los españoles es necesario emplear la palabra «exigir», por el distinto valor gramatical de ambas palabras en los distintos idiomas.

El Sr. Ruiz-Giménez considera que no es necesario emplear la palabra «exigir» para expresar el concepto que buscamos. Podría emplearse cualquiera otra, como, por ejemplo, «gestionar», «procurar», &c., y con cualquiera de ellas se obtendría el mismo resultado práctico.

El delegado de Deusto cree se puede mantener la palabra «exigir» sin inconveniente alguno, puesto que es una deuda de justicia, y toda deuda de justicia puede y debe exigirse.

El Excmo. Sr. Obispo auxiliar de Madrid se muestra conforme con la manifestación hecha por el delegado de Deusto, y se aprueba la conclusión tal y como viene redactada.

Cuarta conclusión: «Afirmamos que el Estado, tiene en la educación una función supletoria de la familia, y, además, el derecho a exigir que en la Universidad se impartan los conocimientos necesarios para ejercer los derechos cívicos y nacionales.»

El Sr. Quiroga, delegado de Méjico, al dar lectura a la conclusión anterior, expone a la Asamblea que la Delegación española ha puesto a la misma la siguiente apostilla: «Y que no se ataque en ella la dignidad y unidad de la Patria, el sentimiento de su historia o se socave la autoridad del Estado.» «Yo –dice– no me adhiero a esta apostilla; pero la presento porque es de justicia.»

Mr. Kirchner estima que es peligrosa esta intervención del Estado en la Universidad, y propone, como solución, que se añada al final de la propuesta de la Comisión lo siguiente: «De conformidad con los principios cristianos.»

El delegado del Ecuador propone que se ponga una referencia especial al reconocimiento de los derechos que tiene la familia para establecer escuelas y se diga: «Siempre que con ello no se atente contra los principios católicos, religiosos y morales.»

El delegado de Chile, director de debates, advierte que hay ya un acuerdo con respecto a la sugerencia de Mr. Kirchner, que está en conformidad plena con lo manifestado por el delegado del Ecuador, y por tanto, la Mesa estima que no es necesario hacer ninguna otra modificación en este sentido.

El Sr. Quiroga, delegado de Méjico, con respecto a la apostilla que agrega la Delegación española al texto de la Comisión, cree que no debe ser admitida, porque no se deben aprobar cosas que puedan prestarse a equivocaciones, y considera que basta con lo aprobado, y no hay necesidad de agregar nada más.

Así se acuerda, y se levanta la sesión a la una y quince minutos.

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Pax Romana
XIX Congreso
XIX Congreso Mundial de Pax Romana
Madrid 1946, páginas 96-99