Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana Hijos de J. Espasa, Barcelona 1917 |
tomo 33 páginas 809-810 |
Pedro Mata y Fontanet
Hay que distinguir en don Pedro Mata al político, del profesional y del literato. En los partidos avanzados en que militó, siempre con grande consecuencia y austeridad, fue responsable de todas las arbitrariedades e injusticias que aquéllos cometieran. Científicamente hay que ver en Mata al maestro, al pensador original y al propulsor de las instituciones médico-legales. Su claridad de concepción, sus dotes de orador y sus conocimientos enciclopédicos hicieron de Mata el maestro querido, ideal, útil, libre de los verbalismos retóricos de la época. Aparte sus méritos de introductor en España de los conocimientos de medicina legal y de la influencia y el mérito de su obra Tratado teórico-práctico de medicina legal y Toxicología, que dura aun hoy, ya que de las seis ediciones la última fue refundida y corregida con lo más moderno en 1903 (veintiséis años después de su muerte), hay que ver al pensador original. Casi todos los problemas médico-legales pasaron por las manos de Mata con ordenaciones y aclaraciones originales, así, por ejemplo, los tiempos de la putrefacción cadavérica, pero es completamente original su procedimiento para conservar las huellas de los pies y modo de reproducirlas y la modificación de la traumatología legal en armas y seudoarmas, haciendo constar las circunstancias que modifican el pronóstico de las heridas para resolver la responsabilidad del agresor. Fue el creador de la medicina legal en España, fundándose gracias a él las cátedras de la asignatura en 1843, llenando durante treinta años la historia de la medicina legal en España (científica y profesionalmente). Asimismo fue el propulsor de la organización del cuerpo médico-forense (R.D. de 13 de Mayo de 1862), y gracias a él se presentó y aprobó la ley del Registro civil (17 de Junio de 1870). Menéndez y Pelayo estudia, en su Historia de los Heterodoxos Españoles, la significación materialista y determinista que Mata, con menos originalidad que audacia, mostró en sus obras. Dentro de sus erróneas doctrinas, Mata brilló singularmente en la cátedra, en el Parlamento y en la prensa, como estilista fácil y relativamente correcto, y como orador fogoso que dominaba perfectamente el idioma y sabía imponerse a los auditorios. Como poeta, su labor no pasa de mediocre, pues en la época en que el romanticismo triunfaba en España, los versos, novelas y dramas de Mata ocupaban un lugar muy inferior a los del duque de Rivas, García Tassara y Zorrilla. Sus novelas, especialmente, parecen escritas más con vistas al lucro del momento que al deseo de dar al público una producción verdaderamente artística. Se conserva de Mata un drama inédito, Pedro Abelardo, cuyo original autógrafo posee su sobrino, el doctor don Ricardo Mata, de Reus. Es obra curiosa en la historia literaria, y está escrita con singular conocimiento de los recursos escénicos y gran calor lírico, siendo de lamentar no llegara a representarse. La ciudad de Reus dio al doctor Mata el nombre de uno de sus paseos más hermosos y el del notable Instituto Frenopático establecido en las afueras de la misma. El Centro de Lectura de la propia ciudad colocó su retrato en el salón de sesiones en acto solemne en 1916, leyendo su necrología el doctor don Pedro Barrufet. Bibliografía. L. Comenge, La medicina en el siglo XIX (Barcelona 1914); M. Menéndez Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, Elías de Molíns, Diccionario de artistas y escritores catalanes (Barcelona 1882); P. Barrufet, Necrología del doctor D. Pedro Mata (Reus 1916); Arturo Masriera, El catalanismo literario en las regiones (Barcelona 1914). |
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