Antoine
de Saint- Exupèry
"El Principito"
Con ilustraciones
del Autor
XXIV
Era ya el octavo día en
medio del desierto, y había escuchado la historia del
mercader, mientras bebía la última gota de agua que
quedaba.
-Ah!-dije al principito-
Me gustan tus recuerdos pero aún no he podido reparar mi
avión, ya no queda nada para beber y también me agradaría
dirigirme muy lentamente hacia una fuente.
-Mi amigo el zorro...-me
dijo.![](capitu35.jpg)
-Mi pequeño hombrecito,
ya no se trata más del zorro!
-Por qué?-preguntó algo
indignado el principito.
-Porque vamos a morir de
sed...
Sin comprender mi
explicación agregó:
-Es hermoso haber tenido
un amigo, aún si vamos a morir. Soy feliz por haber tenido
un amigo zorro...
"No tiene noción del
peligro-me dije- Nunca siente hambre, nunca sed... Un poco
sol es suficiente para él"
Me miró y dijo como
respondiendo a mis pensamientos:
-También tengo sed...
Veamos si encontramos un pozo...
Expresé un gesto de
cansancio. Nada mas ridículo que buscar un pozo al azar en
medio del desierto. De todas formas, emprendimos la marcha.
Caminamos horas en
silencio hasta que cayó la noche y las estrellas comenzaron
a brillar. Parecía estar soñando, estaba algo afiebrado a
causa de la sed. Danzaban por mi mente, palabras del
principito;
-Tú también tienes
sed?-pregunté.
No me respondió.
Simplemente me dijo:
-El agua también puede
ser buena para el corazón...
Me resultaba ciertamente
complicado comprender su respuesta, pero como sabía que era
mejor no interrogarlo, me callé...
Se lo veía algo cansado.
Se sentó y yo cerca de él. Luego de un silencio dijo:
-Las estrellas son bellas,
por una flor que no se ve...
"Seguramente"-dije-
Sin hablar miré las ondulaciones de la arena bajo la luna.
-Es muy bello el
desierto-agregó.
Pensaba igual. Siempre he
amado el desierto. Puede uno sentarse sobre un médano sin
ver nada, sin oír nada y sin embargo... algo resplandece en
el mágico silencio.
-Lo que embellece aún más
al desierto-dijo el principito-, es que escode un pozo en
cualquier parte, en el sitio menos esperado...![](capitu36.jpg)
Comprendí de pronto el
misterio del resplandor de la arena. Cuando era jovencito,
vivía en una casa muy antigua y contaba la leyenda que allí
había un tesoro escondido. Nadie pudo descubrirlo y quizá
nadie lo haya buscado. Sin embargo, encantaba toda la casa.
Mi casa guardaba un secreto en el fondo de su corazón...
-Sí-dije al principito-;
se trate de la casa, de las estrellas o bien del desierto
mismo, lo que indudablemente embellece es invisible.
-Así es como piensa mi
zorro, me gusta que estés de acuerdo con él-dijo.
Tomé en mis brazos al
principito que había quedado dormido, y proseguí la
marcha. Sentía una gran emoción recorrer mi cuerpo. Me
parecía estar cargando un frágil tesoro. Y aún más, sentía
que no existía algo más frágil sobre esta Tierra. La luz
que provenía de la luna iluminaba la pálida frente del
hombrecito, sus ojos cerrados y los cabellos dorados movidos
por el viento. Me dije: "Lo que aquí veo, es solo una
corteza. Lo más importante es invisible..."
Sus labios permanecían
entreabiertos esbozando una suave sonrisa. Me dije: "Lo
que me emociona de este principito es su fidelidad por una
flor, es la imagen de una rosa que brilla en él aún en su
sueño como la llama de una lámpara..." Lo sentí aún
más frágil. Es muy necesario cuidar de las lámparas ya
que un golpe de viento puede apagarlas...
Y así, caminando
lentamente, descubrí el pozo al amanecer.
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