Antoine
de Saint- Exupèry
"El Principito"
Con ilustraciones
del Autor
IX
Sospecho que su
partida, la realizó a través de una migración de pájaros
silvestres. Antes de marcharse, ordenó detalladamente su
planeta. Deshollinó los volcanes en actividad con sumo
cuidado, eran dos y el principito los utilizaba diariamente
para calentar su desayuno. Había un tercer volcán, pero en
estado de extinción. Sin embargo, como decía mi amigo:
"nunca se sabe...!" y deshollinó igualmente el
volcán extinguido. Si se deshollinan regularmente los
volcanes, pueden evitarse las erupciones. Para la grandeza
de nuestra tierra, somos demasiado minúsculos para
deshollinar volcanes, es por eso que nos causan tantos
disgustos.
Arrancó tristemente los
últimos brotes de baobabs que se hacían visibles. Tenía
la sensación de no volver jamás. Esa mañana en
particular, estos trabajos de rutina le eran sumamente
agradables. Regó la flor por última vez, la resguardó con
el globo de las fuertes corrientes de viento, y descubrió
deseo de llorar.
-Adiós-dijo a la flor.
La flor no respondió.
-Adiós-insistió el
principito.
La flor tosió, pero no
precisamente por padecer un resfrío.
-He sido tonta-murmuró al
fin- Te pido disculpas e intenta ser feliz.
Estaba estupefacto por la
ausencia de reproches. Algo paralizado, permanecía de pie
junto a la flor con el globo en su mano. Intentaba
comprender esa calma mansedumbre.
-Claro que te quiero!-le
dijo la flor- Por mi culpa, no te has enterado de nada. Creo
también que has sido tonto como yo. Guarda ese globo, ya no
lo quiero.
-Pero el viento...
-No estoy tan resfriada...
Soy una flor y estoy segura que el fresco aire de la noche
me hará bien.
-Y los animales...?
-Es necesario soportar dos
o tres orugas si realmente deseo conocer a las mariposas.
Debe ser hermoso! De lo contrario, quién vendrá a
visitarme? Tú ya estarás lejos. En cuanto a los animales,
tengo mis garras para defenderme, no les temo.
Lució inocentemente sus
cuatro espinas. Luego dijo:
-No demores tu partida, es
molesto. Si has decidido irte, pues... vete ya.
No quería que la viese
llorar. Ciertamente era una flor muy orgullosa...